Madrid hiberna en agosto
Buena parte de la ciudad cierra por vacaciones. A cambio de las dificultades para conseguir algunos bienes o servicios, los madrile?os disfrutan de una urbe con menos tr¨¢fico y aglomeraciones
Madrid, cerrado en agosto. Suena a t¨®pico. Da pereza. ?Pero no pase p¨¢gina! Venga, siga leyendo. Que seguro que se identifica. Haga caso. Que seguro que se cabrea. ?Mi fruter¨ªa tambi¨¦n cierra! ?D¨®nde compro ahora EL PA?S? Un ejemplo. La calle de Bolivia, en Chamart¨ªn, fiel reflejo del des¨¦rtico agosto madrile?o. Recorremos un peque?o tramo. Es Madrid, la ciudad del asfalto y el tubo de escape y, sin embargo, nos encontramos con muchas plazas de aparcamiento libres. Y tiendas cerradas.
?Quiere ir al bar I?aqui a tomarse su caf¨¦ como en julio? Pues se aguanta. Salga con la cafe¨ªna puesta de casa. O te buscas otro bar. "Cerrado por vacaciones". I?aqui, que no I?aki, es el ¨²nico que sabe que el caf¨¦ de Mar¨ªa, de 26 a?os y varios sentada en la misma barra cada ma?ana, va "en vaso de cristal, largo de caf¨¦ y con leche fr¨ªa". Seguimos. ?Una barra de pan? Tampoco. La panader¨ªa Criot¨ªn no abre hasta el mes que viene. Imposible, tambi¨¦n, llevar un traje o vestido a la tintorer¨ªa Bolivia. ?Pero bueno, no se resigne! Porque en Bolivia, calle se entiende, hay un oasis abierto. El panorama no es tan desolador... ?El H¨ªper 0,60 no cierra nunca! La tienda de los veinteduros es la de los chinos. Y ya se sabe que esta gente tiene un calendario muy raro (con todos los respetos). Que si cerdo, que si cabra, que si drag¨®n, que si serpiente. Ni C¨¢ncer, ni Leo, ni Virgo, ni Libra. Imaginen un c¨®mic. Encima del chino, un bocadillo de esos pensativos. Y el chino que piensa con gesto retorcido: "?C¨®mo voy a cerrar en agosto? ?Estamos locos?". Pues eso, de otro planeta. Del otro extremo. Aqu¨ª tocan vacaciones para una gran mayor¨ªa.
"Agosto ya no es lo que era. La gente ya no se coge todo el mes, como antiguamente"
En la esquina, entre las calles de Bolivia y Potos¨ª, se encuentra el mercado de Chamart¨ªn. Est¨¢ a medio gas, como otros muchos establecimientos similares. Son las doce de la ma?ana y ni los olores ni los colores son tan intensos como en el resto del a?o. Porque la mitad de las veces los ojos de los compradores de agosto se topan con una persiana gris met¨¢lica y un cartelito. Que ni lo leen. Porque el mensaje es obvio: cerrado. "Compro la fruta donde Alfonso, pero estos d¨ªas no abre". Marisa, de 68 a?os, se va de vacaciones en unos d¨ªas: "A un apartamento que tenemos en la playa, con mi hijo, la mujer y los nietos". Pero, ay Marisa... ?eso ser¨¢ en la segunda quincena! ?Qu¨¦ vas a hacer hasta entonces sin los melocotones y el mel¨®n de Alfonso? Esta mujer, entre rubia y canosa, falda azul y blusa floreada, se resigna. Total, son unos d¨ªas, y en septiembre ya comprar¨¢ "donde siempre".
El mercado, de dos pisos, tiene muchas persianas bajadas. De hecho, casi la mitad de las tiendas (pescader¨ªas, poller¨ªas, charcuter¨ªas, fruter¨ªas) est¨¢n cerradas. Hasta el peque?o negocio de Jorge, el afilador y cerrajero. En el mercado por lo menos se est¨¢ fresquito. En la calle los term¨®metros se preparan para desintegrarse. Unos 36 grados, y subiendo. Hoy es de los d¨ªas duros.
Vayamos a otro barrio. En metro. Bajo tierra no hay tanta gente. Pero sudan m¨¢s. ?Y el aire acondicionado? Como la loter¨ªa. En ¨¦ste, s¨ª, y en ¨¦ste, no. La vida es una caja de bombones, como dir¨ªa aqu¨¦l. Las frecuencias parecen ligeramente menores, pero los trenes tienen la misma longitud. Una portavoz de Metro juega con las palabras. Por un lado dice que todo funciona estupendo, "como siempre", como si eso fuera una garant¨ªa. ?Que nos conocemos todos el metro! Por otro lado, que bueno, que s¨ª, que "es cierto que en agosto la demanda se reduce un 50% y que por tanto hay d¨ªas que el puesto de mando puede decidir una disminuci¨®n de trenes". Con los calores que hace lo que m¨¢s apetece para moverse por Madrid es el coche. Ventanilla bajada o aire acondicionado. Hay que aprovechar, adem¨¢s, que el tr¨¢fico es m¨¢s fluido que en el resto del a?o. Pero pongamos por caso que nuestro autom¨®vil... se ha estropeado. ?Al taller! Pues a lo mejor no puedes ir al de confianza. "Cerramos, y ya hasta septiembre, nada", explican en un taller de Ciudad Lineal. As¨ª con todo.
S¨®lo nos queda un medio de transporte. El autob¨²s urbano. Seg¨²n Transportes, las frecuencias no han bajado por ser agosto. "Mam¨¢, se acaba de ir y ahora casi no hay servicio. Vamos a esperar media hora", dice una se?ora mayor a su madre, anciana. Esperan al 132, Moncloa-Hospital La Paz. Una frecuencia de entre 9 y 14 minutos. Minutos de agosto claro, de los de 94 segundos cada uno. ?Ah¨ª viene el 132, con su rojo brillante poquito a poco! ?22 minutos (de 60 segundos) despu¨¦s! Dan ganas de llamar a la Empresa Municipal de Transportes y dec¨ªrselo: ?taaarde!
Vamos al cine, que por lo menos all¨ª no pega el sol. ?Se nota una disminuci¨®n de clientes? "Los fines de semana hay menos gente; sin embargo, entre semana aumenta, porque los ni?os est¨¢n de vacaciones", explica uno de los trabajadores del cine del centro comercial Pr¨ªncipe P¨ªo. El n¨²mero de sesiones se mantiene igual. En ese cine y en todos los de Madrid.
Encontrar un abogado tampoco es f¨¢cil. Y uno se puede meter en l¨ªos en cualquier momento, incluido agosto, y necesitarlo. En el Colegio de Abogados cuentan que muchos aprovechan para irse de vacaciones este mes. Es tal el baj¨®n de la justicia agostera que explican su gran secreto: "Hay procedimientos para los que el mes de agosto no cuenta plazo". O sea, que si normalmente un abogado tiene, por ejemplo, "quince d¨ªas" para un procedimiento, en agosto no corre el tiempo. En este mes, los juzgados funcionan al ralent¨ª.
Andrea, un italiano que vive temporalmente en Madrid, estudia un doctorado de filosof¨ªa. "Suelo ir a una sala de estudio de la UNED (Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia) en Lavapi¨¦s, pero en agosto no puedo ir porque la cierran", se queja. "En casa no puedo estudiar, tengo muchas distracciones, hace mucho calor y no tengo aire acondicionado; ahora voy a La Casa Encendida, pero est¨¢ llena siempre", asegura.
Quien lo tiene m¨¢s f¨¢cil es Laura, de 28 a?os y que vive en Torrej¨®n de Ardoz. Su pasi¨®n, correr por las noches; no hay quien se la quite. "La calle es lo que necesito diariamente para ir a correr, y eso no me lo cierran", r¨ªe.
Por cierto. La desbandada madrile?a tambi¨¦n afecta al consumo el¨¦ctrico. Seg¨²n Iberdrola (que controla dos tercios del mercado madrile?o), agosto es, junto con abril, el mes de menor consumo en la Comunidad de todo el a?o. As¨ª fue en 2006: 1.492.784 megavatios por hora en agosto, frente a, por ejemplo, 1.759.943 megavatios por hora en julio (el tercer mes con m¨¢s consumo, tras enero y diciembre). "Agosto ya no es lo que era. La gente ya no se coge todo el mes, como antiguamente. Los consumos siguen siendo m¨¢s bajos, pero eso se debe al par¨®n de las industrias, pero en cuanto al consumo particular, creo que cada vez se nota menos", explica el portavoz de la el¨¦ctrica.
Lo que nunca cambian son los sitios de comida r¨¢pida. Entramos en uno en la plaza de la Rep¨²blica Dominicana, a pocos metros de uno de los atentados m¨¢s salvajes de la banda terrorista ETA. En el establecimiento, los mismos s¨¢ndwiches que en marzo. Un hombre entra y le dice a la dependienta, sin venir a cuento: "Zapatero es el M¨ªster Bean espa?ol. Y me pone uno de queso fresco con tomate". Es agosto, pero no todo cambia en Madrid.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.