La espada que golpea
El mito del pez espada dice que el animal usa de su gran espada para atacar a los barcos y a los barqueros, a los que infiere tales heridas que ya no pueden recuperar la vida los unos y la flotabilidad los otros.
Todo falso: el pez utiliza de su larga nariz para golpear las aguas por las que discurre cuando ve que en ellas flota un banco de sardinas o jureles, para que ¨¦stos, con el fragor del golpe, pierdan su recto destino, se trastabillen, y den con sus raspas en el est¨®mago del cazador.
Conocido y admirado desde la antig¨¹edad esa misma fama le llev¨® a ser protagonista de todo tipo de leyendas, como aquella que lo hace descender de un m¨ªtico nadador, el peje Nicolau, que de tanto bucear se convirti¨® en pez armado; este peje Nicolau se sumergi¨® en las aguas del estrecho del Messina para asegurar a su se?or, el re Ruggiero, que la isla de Sicilia era eso, una isla unida a tierra por debajo y no, como aquel sospechaba, una isla flotante, que hubiese hecho de la singular Sicilia liviano postre.
"Los sicilianos lo guisan a la 'ghiotta', con cebolla, aceitunas, alcaparras y tomate"
Pero alg¨²n viso de realidad tienen las historias; la fama de Sicilia como isla plena de peces espada es completamente cierta, y en funci¨®n de esta verdad la gastronom¨ªa de citado pez pasa por los sabores de la isla.
No hablemos ya del tiempo en que griegos y romanos se adue?aban del mundo conocido, en que Arqu¨¦strato dec¨ªa: "Pero tomad una rodaja de pez espada cuando veng¨¢is a Bizancio, la propia pieza de la cola. Tambi¨¦n es buena en el estrecho, cerca del cabo Pelorum". As¨ª se?alaba el poeta y cocinero que el pescado se extend¨ªa del uno al otro conf¨ªn de su mundo conocido, ya que Pelorum est¨¢ en Sicilia. No obstante, el comentario, a juzgar por otros datos de la obra de Arqu¨¦strato, permite inferir que a nuestro escritor le parec¨ªa mediano el pez, ya que recomienda, en contra de todas sus teor¨ªas, que se coma un pedazo de la cola, normalmente, m¨¢s seco que la parte central.
Bien, pues cortada la rodaja, los sicilianos la guisan a la ghiotta con cebolla, aceitunas, alcaparras y tomate. O la cubren de una salsa San Farlicchio -que debe ser muy milagrosa- y que est¨¢ compuesta por aceite y ajo machacado, que se calientan levemente al punto en que se les a?aden alcaparras, zumo de lim¨®n y perejil, para con dicho conjunto -caliente pero no hirviente- cubrir delicadamente las lonchas del pez que previamente descansaron en la plancha o en la brasa.
En Trepani hacen cuscusu, palabra que nos indica de forma indubitada su origen ¨¢rabe que hace suyo el guiso tunecino o marroqu¨ª, aportando como elemento propio el espad¨®n.
Pero una manera diferente de comerlo, dentro de Sicilia y la tradici¨®n, consiste en adentrarlo en un hojaldre, mezclado y ligeramente sofrito con cebolla, tomate, aceitunas y alcaparras, y formando capas con la masa y con otras ambros¨ªas cuales son las rodajas de calabac¨ªn enharinadas y fritas. Hojaldre, calabac¨ªn, espada; masa, espada, calabac¨ªn. As¨ª sucesivamente, para pintarlo con huevo y dejarlo al horno poco menos de una hora.
Aunque para comerlo hay que pescarlo, y para ello basta con hablar en griego a las cabezas que sobresalen en el mar que nos ata?e, ya que cuando en siciliano se habla, las espadas se sumergen hasta donde el mar las lleve.
SUGERENCIAS
Restaurante Alghero. Calle Burriana, 52. Valencia. 96 333 35 79.
Restaurante Shiraz. Conquista, 3. Valencia. 96 391 03 64.
Restaurante Venta Toni. Carretera Almansa - Grao Gandia, km. 90.6. 96 283 51 58.
Restaurante Voramar. Paseo Coloma, 1. Benic¨¤ssim (Castell¨®n). 96 430 01 50.
LA INVITACI?N DE QUIQUE DACOSTA
Estamos ante otro pescado que se caracteriza por su falta de sabor, por su falta de grasa, por lo que deberemos buscar f¨®rmulas para que ese defecto quede disimulado.
Me parece que el tratamiento que se usa para hacer los ceviches, o sea, la cocci¨®n por ba?o en un medio ¨¢cido, sin fr¨ªo ni calor, le ir¨ªan bien y le proporcionar¨ªan alg¨²n sabor.
Plantear¨ªa, para que el resultado fuese suave, utilizar en vez de limas o limones -como es habitual en los pa¨ªses que ba?a el Pac¨ªfico- la bergamota, que es un fruto italiano que adem¨¢s de servir para formar parte de mil y un perfumes, nos ayudar¨¢ a curar la carne del pez espada.
Una noche en la nevera, mojado en aceite y bergamota, y con el complemento de todo aquello que est¨¢ en la tradici¨®n peruana, como las cebollas, nos dejar¨¢n al pescado listo para comer.
Pero si queremos que su sabor destaque, no estar¨ªa de m¨¢s rodearlo de algunos granos de granada, fruto que comido al un¨ªsono con el pez le prestara dulce sabor y ruidoso crocante, necesario para que todos los sentidos se nos conmuevan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.