Tres mujeres

Entre la cincuentona Ruza y la joven Ana, dos de las protagonistas de Fraulein, hay algo m¨¢s que una fractura generacional: la primera dej¨® atr¨¢s un pa¨ªs que ya no existe (Yugoslavia); la segunda, escap¨® de la realidad fracturada y herida por la guerra que vino despu¨¦s. El punto de encuentro de sus distintas modulaciones del desarraigo es Z¨²rich: el lugar en el que Ruza se ha fabricado un b¨²nker existencial a medida, hecho de rutina y claustrofobia emocional. El mismo lugar al que Ana llegar¨¢ como una r¨¢faga de pura vida, parad¨®jicamente tocada por el germen de la muerte. Completa este tr¨ªptico del desamparo la veterana Mila, empe?ada en so?ar un futuro con los materiales de un espejismo en construcci¨®n. Las tres trabajan en el peque?o restaurante que comanda Ruza con g¨¦lido rigor, un perfecto limbo entre la imposibilidad de borrar el pasado y los obst¨¢culos de una integraci¨®n en el fondo indeseada.

Directora suiza con or¨ªgenes familiares en la antigua Yugoslavia, Andrea Staka debuta en el largo con esta ejemplar exploraci¨®n de soledades que saca espl¨¦ndido partido formal de sus planteamientos minimalistas. Premiada en los festivales de Locarno y Sarajevo, Fraulein resuelve la ecuaci¨®n del nuevo realismo de autor mediante una apuesta por la abstracci¨®n que, en ning¨²n momento, pierde de vista la vocaci¨®n de testimonio, el anclaje en el presente. Staka maneja un complejo tejido emocional como si jam¨¢s hubiese o¨ªdo hablar de las exigencias gen¨¦ricas del melodrama: su pel¨ªcula, por tanto, logra que su carga dram¨¢tica se filtre sin golpes de efecto y cale hondo. Fraulein est¨¢ libre de toda sospecha de ser un culebr¨®n encubierto para espectadores sofisticados: Staka propone un sobrio y conmovedor estudio de personajes y su aproximaci¨®n resulta tanto m¨¢s valiosa por lo que queda dentro de sus meditados encuadres como por lo que se deja fuera en cuestiones de sentimentalismo y otros golpes bajos.

Las tres protagonistas de la pel¨ªcula -Mirjana Karanovic, Marija Skaricic y Ljubica Jovic- memorizaron fon¨¦ticamente los di¨¢logos escritos en alem¨¢n: conocer el dato no hace m¨¢s que reforzar la excelencia de unas interpretaciones que sirven a un conjunto presentado como jir¨®n de vida, libre de toda impostura. En esta primera pel¨ªcula de Andrea Staka, modesta y con el riesgo de pasar inadvertida, hay voluntad de estilo, inteligencia en funcionamiento y pudor bien temperado.