La lucha contra los gorrones

Algunos males de la Universidad espa?ola se arrastran desde hace d¨¦cadas sin que ninguna ley haya podido acabar con ellos. Tal es el caso de la selecci¨®n del profesorado. El Gobierno reconoce ahora que hay fallos que atajar sin demora. Lo explic¨® con tanta sencillez como dureza el secretario de Estado de Universidades, Miguel ?ngel Quintanilla, en una charla informal con unos licenciados, que los periodistas grabaron: admiti¨® que ser un "gorr¨®n" ha sido muy rentable en la universidad y que, ahora, la carrera acad¨¦mica depender¨¢ del "sacrificio" y la "capacidad acad¨¦mica" de los aspirantes, y no de "pol¨ªticas de pasillo". Reconoc¨ªa con ello que algunos contratados universitarios acaban obteniendo sus puestos en funci¨®n de sus buenas relaciones con los jefes de departamento y lamentaba que otros, m¨¢s preparados, tienen las puertas pr¨¢cticamente cerradas en los campus espa?oles.

Un estudio del CSIC se?alaba el a?o pasado que el 70% de los profesores titulares obtuvo su plaza fija siendo el ¨²nico candidato que se presentaba, es decir, sin competencia ninguna, y que el 96% de ellos ya trabajaba en la universidad en la que logr¨® su puesto.

Los departamentos universitarios a veces han utilizado subterfugios para dar la plaza a un candidato previamente elegido en un proceso que perd¨ªa transparencia e imparcialidad, como han reconocido los tribunales en m¨¢s de una sentencia. En ocasiones, el curr¨ªculo exigido para optar a la plaza estaba tan cortado a la medida del candidato a favorecer, que los for¨¢neos ni se molestaban en presentarse. La selecci¨®n de tribunales era propicia para ello y funcionaba con soltura el hoy por ti, ma?ana por m¨ª.

Muchos afectados en las oposiciones denunciaron su caso a la Justicia y han visto reconocidos sus derechos, pero, la mayor¨ªa de la veces, ya era tarde para volver atr¨¢s.