Obvias dificultades
Despu¨¦s de leer la carta de Xavier Pericay [25-8-07], me temo que tanto ¨¦l como yo vamos a tener que seguir repitiendo obviedades cada cual por su lado, porque las nuestras no coinciden del todo. Contrariamente a Pericay, creo que la educaci¨®n moderna ha primado claramente la educaci¨®n sobre la instrucci¨®n, desde Montessori o Iv¨¢n Illich hasta Brunner. El pecado de la LOGSE no fue ir contra esta modernidad, sino acatarla con exceso de celo. Tambi¨¦n los reproches que se hacen a dicha ley son m¨¢s educativos que de instrucci¨®n: no primar el esfuerzo ni el m¨¦rito, relajar la disciplina escolar, etc¨¦tera.
Como trat¨¦ de explicar en mi art¨ªculo, instrucci¨®n y educaci¨®n son esencialmente indisociables, pero es l¨®gico que en ciertas materias prime una perspectiva o la otra. La instrucci¨®n no se discute, mientras que la educaci¨®n ense?a a discutir: por eso hay instrucci¨®n militar a los reclutas, no educaci¨®n militar. En asignaturas que describen y explican sucesos primar¨¢ la instrucci¨®n sobre la educaci¨®n; all¨¢ donde se trate de justificar y promover comportamientos, lo contrario.
De modo que es tan rid¨ªculo escandalizarse de que la ¨¦tica o la educaci¨®n para la ciudadan¨ªa sean ante todo educativas como de que la f¨ªsica o la geolog¨ªa valoren m¨¢s la instrucci¨®n objetiva. Una ¨²ltima palabra, anecd¨®tica. No s¨¦ si hoy son mejor o peor tolerados los diarios de opini¨®n, pero a los 19 a?os yo estuve suscrito a uno parecido a lo que describe Pericay: el Le Monde de Hubert Beuve-Meury, su gran ¨¦poca, con frecuentes editoriales de H. B.-V. en primera p¨¢gina, que hac¨ªan caer a los candidatos presidenciales y temblar a las canciller¨ªas...
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