"Hay que luchar por los sue?os"

"Eran las seis de la ma?ana cuando volv¨ª al hotel y a las ocho me llamaron de una radio", relata, al d¨ªa siguiente de su bronce en los 800 metros, Mayte Mart¨ªnez, que no ha dormido m¨¢s de dos horas. Se supone, pues, que s¨®lo ha tenido tiempo para celebrar, no para reflexionar. Pero no. Mayte es una paradoja andante o algo parecido. Lo dice Juan Carlos Granado, su entrenador, su marido, el hombre que hace casi diez a?os, reci¨¦n salido de la Facultad, le dijo: "Eres muy buena". Se enamor¨® de ella, se hizo su preparador y la convenci¨® para que, en su momento m¨¢s bajo, cuando un endocrin¨®logo le dijo que quiz¨¢s deber¨ªa dejar el atletismo, no tirara la toalla.

"Es que es muy buena", repet¨ªa ayer Granado, casi af¨®nico, los ojos brillantes; "es muy buena, muy fuerte y, a la vez, muy d¨¦bil, muy fr¨¢gil. Sufre muchos problemas, lesiones, enfermedades... Y es muy ambiciosa y, a la vez, tiene poca autoconfianza". Es una mujer complicada.

"Quiz¨¢ mi carrera hubiera sido distinta sin mis problemas f¨ªsicos, pero me han hecho m¨¢s dura"

En 1998, antes de los Europeos en pista cubierta de Valencia, Granado le repiti¨® que era muy buena, que seguro que bajaba de los dos minutos. "Y fue a los Nacionales: eran cuatro para tres plazas y se qued¨® fuera. Y el estr¨¦s poscompetici¨®n fue tan fuerte que le gener¨® una reacci¨®n hipertiroidea: se acelera el metabolismo, se consume mucha energ¨ªa, todo el d¨ªa de ac¨¢ para all¨¢ con las pulsaciones en reposo a 80. Bestial", dice advirtiendo que a ella no le gusta que se cuenten sus problemas, no vaya a pensar la gente que quiere darse importancia por superarlos cuando todos los atletas seguro que han tenido los suyos; "estuvo a punto de tirar la toalla, pero resisti¨®. Desde entonces, est¨¢ con pastillas, pero lo controla muy bien".

Y, desde entonces, Mayte, que entr¨® en los Juegos Ol¨ªmpicos de Sidney 2000 en la selecci¨®n espa?ola para no volver a salir, empez¨® a hacerse notar. Por su coraje y su car¨¢cter competitivo, que le ha llevado a logros m¨¢s importantes que los que sus marcas pod¨ªan dar a entender -bronce en los Mundiales de pista cubierta de 2003, plata en los Europeos de 2002, plata en los Europeos indoor de 2005, tres finales de Mundiales al aire libre-, y tambi¨¦n por su nerviosismo, sus dudas, su no parar quieta. "En caliente, ya puedo decir que la medalla lo compensa todo, pero varias veces he pensado en tirar la toalla. He pasado momentos muy duros, pero los he dejado atr¨¢s gracias al apoyo de Juan Carlos y la familia", explica Mayte.

Y todo, sin salir de Valladolid, de su casa en el Pinar de Antequera, donde tambi¨¦n rueda para coger fondo junto a Sergio Gallardo, finalista de los 1.500 metros, otro pupilo de Granado, de las pistas de Renedo, tan descuidadas, donde se entrena.

"A veces, pienso, s¨ª, que mi carrera habr¨ªa sido distinta si no hubiera tenido tantos problemas f¨ªsicos. Pero tambi¨¦n s¨¦ que gracias a ellos me he hecho m¨¢s dura y s¨¦ valorar m¨¢s los buenos momentos. Adem¨¢s, ?de qu¨¦ me sirve pensar en condicional? Si esto, si aquello...". Y los problemas la han convertido en una peleona, adjetivo que obliga a sacar a colaci¨®n a su vecina de Palencia, a Marta Dom¨ªnguez. "Es mi amiga", dice Mayte; "una amiga con la que he compartido grandes experiencias y un espejo en el que mirarme. Una grand¨ªsima competidora. Me ha venido muy bien ser su coet¨¢nea. Ser¨ªa tremendo volver las dos juntas el a?o que viene de los Juegos de Pek¨ªn con medallas".

La medalla de Osaka, su primera mundial al aire libre, el bronce en una de las finales m¨¢s dif¨ªciles de la historia del 800 femenino -la carrera que pasar¨¢ a la historia por ser la primera en la que la mozambique?a Mar¨ªa Mutola se retir¨® al ver que no pod¨ªa ganar-, Mayte se la llev¨® curiosamente el a?o en el que no estuvo compartiendo habitaci¨®n ni campeonatos con Marta, que se qued¨® en Palencia, lo que, dado la importancia que est¨¢n empezando a cobrar las interpretaciones psicol¨®gicas, freudianas, del rendimiento, seguro que significa algo. "Cuando se tiene un sue?o, hay que luchar por hacerlo realidad", comenta Mayte, una tauro de 31 a?os. "Me considero una atleta de buen nivel que sabe ganar a otras que tienen mejor marca. Y muy paciente. El creer en el trabajo de mi entrenador y el que la gente que entiende me dijera que no tirase la toalla me ha hecho olvidar los malos momentos, ha alimentado mi paciencia".