El Atl¨¦tico cierra el c¨ªrculo

Siete a?os despu¨¦s, el Atl¨¦tico se meti¨® de nuevo en un bombo europeo. Su nombre se escuchar¨¢ a partir de la una de la tarde, en el sorteo de la Copa de la UEFA, junto al del Villarreal, Zaragoza y Getafe. Fue la noticia principal, la m¨¢s halag¨¹e?a, de la actuaci¨®n del cuadro de Javier Aguirre en el campo de la Vojvodina. El t¨¦cnico mejicano, que se llev¨® la victoria en Serbia de rebote, sac¨® un equipo radicalmente distinto al que perdi¨® el s¨¢bado en el Bernab¨¦u. Con una plantilla alicatada a golpe de talonario, todav¨ªa pendientes de confirmar a Motta -relevo natural de Luccin- y Riquelme, aplic¨® la pol¨ªtica de rotaciones que tan buen resultado le dio en Osasuna. Lo hizo en la primera ocasi¨®n que tuvo. S¨®lo Ra¨²l Garc¨ªa y Forl¨¢n repitieron en el puesto. Perea fue el otro titular, tirado a la banda. Como hace seis d¨ªas, la defensa se desmoron¨® como una caja de cerillas.

El Atl¨¦tico contemporiz¨® el duelo, recostado en un colch¨®n muy mullido, los tres goles que endos¨® a los balc¨¢nicos hace 15 d¨ªas. Y claro, se durmi¨®. Faltaron los ronquidos. Una siesta a la bartola -a falta de luz artificial, la Vojvodina s¨®lo puede jugar con el sol alumbrando- que pudo tener unas consecuencias nefastas. Antes del descanso, Buac resolvi¨® un bal¨®n suelto en el ¨¢rea que resumi¨® las carencias de la zaga rojiblanca. Eller, al que reemplaz¨® Seitaridis tras sufrir un esguince en el tobillo derecho, no se entendi¨® con Z¨¦ Castro. Su apat¨ªa, al menos, benefici¨® a Abbiati. El portero se reivindic¨®. No s¨®lo par¨® un penalti -al medio, flojito y a media altura-; mostr¨® su flema italiana, jug¨¢ndose la cara en todas las acciones en que los centrales le dejaron vendido. Por fin, Leo Franco tiene un segundo de garant¨ªas. Algo bueno ten¨ªa que tener el set que el Bar?a endos¨® en el Calder¨®n, con Pichu de chivo expiatorio, a finales de la campa?a pasada.

Si Abbiati gust¨®, Cl¨¦ber Santana confirm¨® las sospechas. Por mucho que se compare con Deco, no le llega ni al bet¨²n de las botas. A su lado, Ra¨²l Garc¨ªa le puso empe?o y poco m¨¢s. El medio que Aguirre pidi¨® expresamente todav¨ªa no se ha aclimatado. Juega como si lo hiciera en Osasuna, no en un equipo que intenta hacer honor a su historia. Su vaselina, que certific¨® la remontada, aplaz¨® hasta nueva orden las dudas que le atenazan.

El otro que marc¨®, Luis Garc¨ªa, expuso sus virtudes. Aunque pec¨® de diagonales -como Reyes, con el que se amonton¨® en el mediocampo- tiene olfato y anota goles inveros¨ªmiles, ya sea de espuela al Chelsea o con un serbio en el cogote. Hasta hizo bueno el centro de Antonio L¨®pez.

Un punto para la esperanza en un grupo que coje¨® en la medular. Aunque empez¨® con cierto br¨ªo, la manija del Atl¨¦tico no funcion¨®. Se difumin¨® en un c¨¦sped ra¨ªdo, reseco, que no favorec¨ªa la fluidez del bal¨®n. Falta un Mozart. Un mensaje inquietante, sobre todo en Europa, donde nadie regala nada. Despotovic y Popovic, dos desconocidos, apretaron las tuercas m¨¢s de lo aconsejable. Y Europa apenas permite fallos.