La credibilidad de las ONG
Hasta ahora todas las encuestas que sondean el nivel de confianza de los ciudadanos del mundo en diferentes tipos de organizaciones siempre han situado a las ONG en el primer lugar. As¨ª se constata en el octavo bar¨®metro de confianza presentado el pasado mes de febrero por la empresa de comunicaci¨®n Edelman y realizado entre 1.500 l¨ªderes de opini¨®n de varios pa¨ªses. Seg¨²n este estudio, las ONG son las instituciones que gozan de mayor nivel de credibilidad (50% de los encuestados en Europa conf¨ªan en ellas, siendo el porcentaje a¨²n mayor en el sondeo espec¨ªfico de Espa?a), por delante de las entidades religiosas (45%), las empresas (36%), los medios de comunicaci¨®n (28%) y los gobiernos (27%). Se valora positivamente que las ONG trabajen por el bien com¨²n sin defender intereses particulares.
"Hace m¨¢s ruido un ¨¢rbol que cae que otros cien que crecen", nos recuerda el dicho popular. Qu¨¦ duda cabe que la credibilidad del conjunto de las ONG ha quedado seriamente afectada en Espa?a por los supuestos delitos de apropiaci¨®n indebida, presuntamente atribuidos a los m¨¢ximos responsables de dos organizaciones concretas: Intervida y Anesvad, ambos casos pendientes de decisi¨®n judicial. La trayectoria muy positiva de cientos de ONG que realizan un trabajo de gran relevancia en el ¨¢mbito de la cooperaci¨®n al desarrollo o en otros campos como la acci¨®n social, el medio ambiente o los derechos humanos ha quedado s¨²bitamente bajo sospecha a consecuencia de las supuestas irregularidades de estas dos ONG.
Seguramente, lo que m¨¢s desconcierte a los ciudadanos, y por ende afecta a la credibilidad de las ONG, es que estas acusaciones vayan directamente dirigidas contra los que han sido sus respectivos presidentes. Muchas personas se preguntan: ?c¨®mo vamos a confiar en las ONG si no podemos confiar en aquellas personas que est¨¢n al frente de ellas? Lo que se espera de un l¨ªder de cualquier instituci¨®n, y aun m¨¢s si cabe de una ONG, es que sea honesto. Tambi¨¦n es necesario que inspire y entusiasme a voluntarios, t¨¦cnicos y donantes sobre la causa social a desarrollar y que sea competente para alcanzar resultados satisfactorios seg¨²n la misi¨®n de su organizaci¨®n. Pero lo que es imprescindible es que sea honesto y que todas sus actuaciones se basen en los principios ¨¦ticos que deben caracterizar los valores de toda ONG.
Tanto Anesvad como Intervida han tenido graves deficiencias de liderazgo. Todo indica que sus l¨ªderes responden a lo que en la literatura acad¨¦mica sobre el tema se conoce como "s¨ªndrome del l¨ªder fuerte": personas que acostumbran a ser carism¨¢ticas, pioneras de las causas que impulsan, emprendedoras y con una gran capacidad para conducir sus organizaciones durante largos periodos de tiempo. Asimismo, estos l¨ªderes fuertes suelen dominar sus organizaciones, tienen un estilo de liderazgo basado en las afinidades personales, toleran mal las cr¨ªticas o propuestas diferentes de las suyas y no son transparentes ni rinden cuentas de su gesti¨®n. La caracter¨ªstica m¨¢s negativa de este tipo de liderazgo, si bien la m¨¢s excepcional y poco frecuente es el abuso de poder y la apropiaci¨®n personal de los fines de la organizaci¨®n.
Ambas organizaciones tambi¨¦n han sufrido otra grave carencia: el mal funcionamiento de su ¨®rgano de gobierno. Los patronatos de la Fundaci¨®n Intervida y de la Fundaci¨®n Anesvad estaban compuestos, durante el periodo que est¨¢ siendo investigado por la justicia, por personas de confianza de sus presidentes, que segu¨ªan sus indicaciones sin mayor cuestionamiento.
Una tercera deficiencia del liderazgo de ambas entidades era su aislamiento respecto del resto de ONG. Algunas de las pr¨¢cticas de Anesvad e Intervida no se ajustaban al c¨®digo de conducta de la Coordinadora Espa?ola de ONG de Desarrollo. Esto hizo que Anesvad dejase de ser miembro de la misma y que Intervida, cuyo origen es mucho m¨¢s reciente, no fuese aceptada como tal. Al estar fuera de la Coordinadora dejaron de beneficiarse del intercambio con otras ONG, y las carencias de liderazgo de ambas organizaciones a¨²n se acentuaron m¨¢s. Asimismo, ninguna de las organizaciones que nos ocupan est¨¢ entre las ONG que voluntariamente se someten cada a?o al control de la Fundaci¨®n Lealtad, la entidad impulsora de la Gu¨ªa de la transparencia y las buenas pr¨¢cticas de las ONG. En su quinta edici¨®n la gu¨ªa analiza a 117 ONG que en conjunto suponen aproximadamente el 40% de los fondos gestionados por las ONG con presencia en nuestro pa¨ªs. En la web www.fundaci¨®nlealtad.org aparece el grado de cumplimiento de los nueve principios por parte de cada una de dichas organizaciones, con un balance general bastante satisfactorio.
Sin restar importancia a los hechos que la justicia est¨¢ examinando, vale la pena recordar que los casos de Intervida y Anesvad son la excepci¨®n y no la norma en el panorama de las ONG. Y no s¨®lo eso, sino que adem¨¢s est¨¢n generando una reacci¨®n en el conjunto del sector, y en las propias dos organizaciones afectadas, que, afortunadamente, va mucho m¨¢s all¨¢ de la l¨®gica actitud defensiva de su credibilidad. Se est¨¢n reforzando diversas iniciativas para asegurar el buen gobierno de las ONG. Ha quedado claro que es prioritario mejorar el funcionamiento de sus ¨®rganos de gobierno. ?ste es un punto d¨¦bil del sector no lucrativo en todos los pa¨ªses. Las ONG crecen y se hacen m¨¢s complejas a un ritmo superior que la evoluci¨®n que experimentan sus ¨®rganos, los patronatos en el caso de las fundaciones y las juntas directivas en el de las asociaciones, a los que corresponde asegurar un buen gobierno de las mismas. Va a haber un cambio de tendencia en virtud de la cual el buen gobierno, que tambi¨¦n incluye m¨¢s transparencia y mejor rendici¨®n de cuentas y de resultados, pasar¨¢ a ser uno de los ¨¢mbitos en los que las ONG est¨¢n dispuestas a avanzar con mayor determinaci¨®n.
Si algo caracteriza al sector de las ONG es su voluntad de ir a la ra¨ªz de los problemas. La crisis de dos organizaciones determinadas est¨¢ haciendo avanzar al conjunto del sector. Las ONG son conscientes de que su credibilidad est¨¢ en tela de juicio y de que se ha acabado la edad de la inocencia, pero asumen el reto de ganarse diariamente la confianza de los ciudadanos con la clara voluntad de aprender de la situaci¨®n creada y hacer de ello una oportunidad para mejorar.
Ignasi Carreras es director del Instituto de Innovaci¨®n Social de ESADE.
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