Sayoko Yamaguchi, supermodelo japonesa
Simbolizaba el encanto de Oriente
La ex supermodelo japonesa y ex actriz Sayoko Yamaguchi, de fama internacional y quien lleg¨® a ser elegida en 1977 por el semanario estadounidense Newsweek como uno de los seis principales modelos de moda en el mundo, muri¨® el pasado 14 de agosto a los 57 a?os debido a una neumon¨ªa aguda, inform¨® su oficina de promoci¨®n.
De Yamaguchi, nacida en la ciudad de Yokohama, lindante con Tokio, el 19 de septiembre de 1950, dec¨ªa el dise?ador japon¨¦s de moda Kansai Yamamoto que "llevaba ropa dise?ada por nosotros, los dise?adores japoneses. Revolucion¨® el mundo en los a?os setenta y expres¨® nuestra pasi¨®n".
"No fue simplemente una modelo, sino una comunicadora. Creo que fue la primera persona que hizo pensar a la gente que las mujeres japonesas eran hermosas", seg¨²n Yamamoto. Yamaguchi hizo de modelo para los principales dise?adores nipones como Kenzo Takada, Issey Miyake y Kansai Yamamoto, y recibi¨® en 1984 el Premio de la Moda, que otorga el diario japon¨¦s Mainichi.
Tras graduarse en el colegio de dise?o textil de Tokio Sugino, Yamaguchi irrumpi¨® en el mundo internacional de la moda en la d¨¦cada de los setenta y fue uno de los primeros modelos asi¨¢ticos en participar en los principales desfiles y en aparecer en las principales revistas de moda del mundo. Par¨ªs, concretamente su Semana de la Moda, fue el escenario del debut de Yamaguchi en su carrera profesional en 1972, y desde all¨ª salt¨® a Nueva York y a otras ciudades relevantes en el sector.
Con el tiempo combin¨® su carrera con su trabajo en Jap¨®n, como su actuaci¨®n en teatro y filmes como El mandar¨ªn milagroso, del dramaturgo y poeta Shuji Terayama (1935-1983), en lo que fue una adaptaci¨®n dram¨¢tica del ballet-pantomima del mismo t¨ªtulo del compositor h¨²ngaro B¨¦la Bart¨®k.
Yamaguchi, quien actu¨® en 2001 en la pel¨ªcula Pistol Opera del realizador Seijun Suzuki, fue tambi¨¦n dise?adora textil y maquilladora. F¨ªsicamente, se caracterizaba por su perenne flequillo negro cortado paralelamente a la l¨ªnea de las cejas y por encima de ellas, as¨ª como por sus rasgados y largos ojos, que para muchos occidentales simbolizaban el encanto de Oriente.
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