De eso, nada
Siempre ha habido multitud de cosas que se dan por ciertas sin que existan pruebas que las justifiquen. Los periodistas, por ejemplo, llevamos a?os d¨¢ndole vueltas a la idea de que los intereses de los ciudadanos han cambiado mucho en las ¨²ltimas d¨¦cadas y que, progresivamente, la atenci¨®n de los lectores o espectadores se ha ido alejando de los temas "duros" para centrarse en lo que se llama "soft news" o informaci¨®n "blanda". Ahora resulta que nada de eso es cierto y que los ciudadanos se siguen interesando, m¨¢s o menos, por las mismas cosas que les llamaban la atenci¨®n en la d¨¦cada de los ochenta (o, quiz¨¢s, incluso, en 1900): cat¨¢strofes, sucesos, conflictos, empleo, precios... Por no cambiar, no ha cambiado ni tan siquiera el porcentaje de ciudadanos que siguen "muy de cerca" las noticias: oscilaba en torno a un 30% en 1986 y oscila en torno a ese mismo, y escu¨¢lido, 30% en 2006.
Esas son, por lo menos, las conclusiones de un informe elaborado por Michael J. Robinson para el Pew Research Center, un think tank especializado en el valor social de los medios de comunicaci¨®n en Estados Unidos. El Pew lleva 20 a?os elaborando un ¨ªndice mensual sobre el inter¨¦s que despiertan las noticias del momento y Robinson ha utilizado ese ampl¨ªsimo material (200.000 encuestados) para elaborar un trabajo titulado Dos d¨¦cadas de preferencias en las noticias (http://people-press.org).
"Aunque el tama?o y el alcance de los medios de comunicaci¨®n estadounidenses han cambiado extraordinariamente desde 1980, los intereses y preferencias de su audiencia se han mantenido sorprendentemente est¨¢ticos. Los ¨ªndices revelan que las noticias relacionadas con desastres (naturales, incluido el mal tiempo, o provocados por el ser humano, como guerras o terrorismo) siguen siendo las que despiertan mayor inter¨¦s". El segundo grupo lo integran las "noticias del dinero", que tienen que ver, fundamentalmente, no con la bolsa sino con el empleo y los precios. (De hecho, ¨¦sas son las ¨²nicas informaciones que han experimentado un aumento de atenci¨®n notable). Abajo del todo se encuentran las noticias sobre pa¨ªses extranjeros no vinculadas con tu propio pa¨ªs (la cercan¨ªa sigue siendo un elemento b¨¢sico) y las "tabloides", relacionadas con espect¨¢culos y celebridades.
"La evidencia demuestra que las muy discutidas noticias blandas no han aumentado su atractivo para las audiencias nacionales. Eso no quiere decir que los medios est¨¦n equivocados en destinar una parte importante de su cobertura a celebridades y esc¨¢ndalos. En un ambiente tan competitivo como el de los medios de comunicaci¨®n, peque?os movimientos se pueden traducir en grandes ganancias econ¨®micas", asegura Robinson. Lo que no es razonable es atribuir esas coberturas a las apetencias de los ciudadanos. De eso, nada.
El estudio tiene datos muy curiosos: la muerte de Frank Sinatra interes¨® mucho a un 17% de la audiencia. La de la activista de derechos humanos Rosa Parks, a un 25%. El inter¨¦s por el esc¨¢ndalo Clinton-Lewinsky fue menor que el que despert¨® el de las malas condiciones de un hospital para veteranos de guerra. ?Por qu¨¦? Robinson sugiere una tesis: la funci¨®n de perro guardi¨¢n de los medios de comunicaci¨®n es m¨¢s valorada cuando se trata de proteger a v¨ªctimas y menos cuando se ejerce sobre cuestiones estrictamente pol¨ªticas.
Si tuviera raz¨®n, lo que m¨¢s habr¨ªa llamado la atenci¨®n a los lectores de este peri¨®dico estos d¨ªas habr¨ªa sido la historia de Tom¨¢s B¨¢rbulo sobre el intento de los agricultores de Castilla-La Mancha de saltarse a la torera la legislaci¨®n sobre contrataci¨®n de inmigrantes para abaratar el coste de la vendimia (la mayor del mundo). La sucia historia de los viticultores manchegos aguantando con toneladas de uva en las cepas y con miles de trabajadores acampados a la espera de un trabajo ilegal recuerda las peores im¨¢genes de Las uvas de la ira. Al menos en la California de los a?os treinta no exist¨ªan sindicatos: aqu¨ª, para su verg¨¹enza, son los sindicatos agrarios los que se hacen los locos. Tanto como la consejera de Agricultura de la comunidad. Es una historia cercana, con v¨ªctimas inocentes, que afecta al empleo. Deber¨ªa interesarnos. Claro que quiz¨¢s tambi¨¦n ten¨ªa raz¨®n Orwell cuando dec¨ªa que para ver lo que tenemos delante de las narices hace falta una lucha permanente. solg@elpais.es
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