Elizabeth Murray, pintora
Dise?¨® dos grandes murales de mosaico para el metro de Nueva York
A Elizabeth Murray, una mujer intensa y nada pretenciosa con unos vivos ojos azules y una mata rebelde de pelo prematuramente blanco, se le dedic¨® en 2006 una retrospectiva completa que abarcaba sus 40 a?os de carrera en el Museum of Modern Art, y se convirti¨® en una de las pocas mujeres que ha recibido semejante honor. En 1999 se le otorg¨® la beca para genios de la MacArthur Foundation.
Murray pertenec¨ªa a una extensa generaci¨®n de artistas posminimalistas que pasaron los a?os setenta transformando las tendencias reductivistas del minimalismo y vigorizando el arte con un sentido de narraci¨®n, proceso e identidad personal. Su arte nunca encaj¨® f¨¢cilmente en las subcategor¨ªas existentes del posminimalismo, como arte conceptual, procesal o performance. Puede que esto obedeciera a su lealtad a la pintura, que no entend¨ªa de modas y era inquebrantable. Al mismo tiempo, su osada indiferencia hacia las distinciones entre abstracci¨®n y representaci¨®n o arte mayor y menor pod¨ªa desanimar a los aficionados serios a la pintura.
Ambas tendencias le permitieron formar parte de un reducido grupo de pintores -que inclu¨ªa a Philip Guston, Frank Stella y Brice Marden-, que durante los a?os setenta reconstruyeron el medio partiendo de cero, a?adiendo complejidad, expandiendo sus par¨¢metros y demostrando que todav¨ªa era propicio para la innovaci¨®n, en parte gracias a la riqueza de su historia. Sus fuentes iban desde C¨¦zanne, Picasso, Gris y Mir¨® a Stuart Davis, Al Held y Agnes Martin. Como comentaba Murray en el cat¨¢logo de su primera gran exposici¨®n muse¨ªstica, que se celebr¨® en 1987 y viaj¨® al Whitney Museum al a?o siguiente: "Todo se ha hecho un mill¨®n de veces. En ocasiones lo utilizas y es tuyo; otras veces lo haces y sigue siendo suyo".
En la obra madura de Murray, integrada por formas exc¨¦ntricas o lienzos en m¨²ltiples paneles, fusionaba las formas rotas del cubismo y el sugerente biomorfismo del surrealismo con la escala y parte de la angustia del expresionismo abstracto y m¨¢s de un toque de humor y movimiento al estilo de Disney. Sus formas semiabstractas se descompon¨ªan en tazas de caf¨¦ saltarinas, mesas voladoras o siluetas parecidas a Gumby con brazos y piernas atenuados que recorr¨ªan a toda velocidad las superficies como finos lazos que se desplegaban. Su efecto espacial preferido a menudo parec¨ªa ser un v¨¦rtice arremolinado, en el que la ilusi¨®n de movimiento se ve¨ªa contrarrestada y subrayada por colores densos y superficies gruesas atenuadas por la obra de una esp¨¢tula. La impresi¨®n general era una crisis incipiente aunque estimulante del coraz¨®n o el hogar, como insinuaban t¨ªtulos como More than you know, Quake shoe y What is love?
Nacida en Chicago en 1940, Murray vivi¨® una infancia azarosa que incluy¨® temporadas de indigencia, motivadas en parte por la mala salud de su padre. Murray atribu¨ªa el inicio de su inter¨¦s por el arte a una profesora de parvulario, dibujando sin parar desde muy temprana edad. En 1958, se incorpor¨® a la escuela del Art Institute of Chicago. Se licenci¨® en 1962 y obtuvo un master en bellas artes por el Mills College de Oakland, California, en 1964.
Los cuadros que cre¨® en California y durante su primer trabajo docente en Buffalo estaban repletos de ambici¨®n, confusi¨®n y una afici¨®n por la figuraci¨®n jocosa que era considerada regional, un calificativo despectivo en aquella ¨¦poca. Pero estas obras pusieron a prueba todos los aspectos de su arte posterior: dimensionalidad exc¨¦ntrica, gran escala, superficies de pintura crujientes y narraciones sugerentes cargadas de emoci¨®n e impl¨ªcitamente autobiogr¨¢ficas, expresadas mediante distorsiones extravagantes de las formas.
En oto?o de 1967, Murray se mud¨® a Nueva York, donde su contacto con el trabajo de Marden y Richard Serra, y el de artistas menos conocidos como Ellen Phelan, despertaron su ambici¨®n. El nacimiento de su hijo Dakota en 1969 afianz¨® sus ambiciones. Murray procedi¨® a desmantelar y reconstruir su arte, sustituyendo los acr¨ªlicos por pintura al ¨®leo y trabajando con lienzos peque?os y rectangulares. En la mayor¨ªa de ellos, l¨ªneas negras temblorosas que forman rejillas, escaleras y ventiladores est¨¢n incrustadas en t¨¢ctiles campos monocrom¨¢ticos. En 1973, las l¨ªneas se hab¨ªan convertido en curvas ondulantes, y luego en bandas de Mobius. Empez¨® a exponer en la Paula Cooper Gallery del Soho en 1973 y all¨ª le dedicaron su primera muestra en solitario en 1976. A finales de los a?os ochenta y durante los a?os noventa, Murray cre¨® varios lienzos descarnados de gran tama?o que parec¨ªan tener interiores, con unas formas abultadas que recordaban a embarcaciones aplastadas que descend¨ªan de sus im¨¢genes caracter¨ªsticas de tazas y copas. En torno a esta ¨¦poca, Murray dise?¨® tambi¨¦n dos grandes murales de mosaico para el sistema de metro de Nueva York: uno se encuentra en la estaci¨®n de la calle 59? con Lexington Avenue, en Manhattan, y el otro en la estaci¨®n de la calle 23? con Ely Avenue, en Queens.
Sin embargo, hacia 2000 se embarc¨® en una fase totalmente nueva con unos trabajos que congregaban numerosos lienzos peque?os e irregulares pero planos en unas obras que incorporaban por primera vez cantidades generosas de blanco.
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