Jos¨¦ Miguel de Azaola, vasco y europe¨ªsta
Era el ¨²ltimo superviviente de un grupo de escritores bilba¨ªnos -el llamado Grupo Alea- formado en los albores de la Guerra Civil, es decir, surgido en mal momento, puede que demasiado tarde o demasiado pronto.
En aquel grupo estaban, junto a Azaola, poetas como Blas de Otero, Jaime Delclaux (a quien Juan Ram¨®n Jim¨¦nez dedicar¨ªa La estaci¨®n total) y Esteban Urkiaga (Lauaxeta), fusilado por las tropas franquistas en 1937. Todos eran fervientes cat¨®licos, casi todos burgueses y vagamente liberales todos, aunque probablemente fuera Jos¨¦ Miguel de Azaola (Bilbao, 1917) el m¨¢s genuino y consecuente liberal del grupo. Como primera providencia, se neg¨® a intervenir, marchando a Francia, en una guerra que entendi¨® fratricida.
Licenciado en Derecho por la Universidad de Salamanca, realiz¨® estudios de doctorado en Madrid y Friburgo (Suiza). En 1942 traslad¨® su residencia a San Sebasti¨¢n, ciudad desde la cual ejercer¨ªa una notable actividad cultural. All¨ª se editar¨ªan los Cuadernos del Grupo Alea, colecci¨®n en la que Blas de Otero public¨® ese mismo a?o su primer poemario, C¨¢ntico espiritual. En la capital guipuzcoana funda y dirige la revista Lar, as¨ª como la publicaci¨®n biling¨¹e (castellano / vasco) Egan, complemento literario del Bolet¨ªn de la Real Sociedad Vascongada de Amigos del Pa¨ªs. A comienzos de los a?os cincuenta crea el Centro de Estudios Europeos del Ateneo y C¨ªrculo Cultural Guipuzcoano. La cultura, el Pa¨ªs Vasco y Europa ser¨¢n tres de los ejes de su pensamiento a lo largo de casi siete d¨¦cadas. Algo poco com¨²n en un pa¨ªs tendente al ensimismamiento, la fijeza y los puntos redondos.
Nadie m¨¢s alejado del fanatismo carpetovet¨®nico que este vasco plural y civil que, sin embargo, no renunci¨®, como alguno de sus compa?eros del grupo Alea, a una interpretaci¨®n cristiana de la vida. Junto a Carlos Santamar¨ªa, particip¨® desde su creaci¨®n a finales de los a?os cuarenta en las Conversaciones Cat¨®licas Internacionales de San Sebasti¨¢n. Entretanto, su actividad europe¨ªsta no cesa. Se traslada a Madrid en 1953, trabaja en la Oficina de Publicaciones del CSIC y en el Instituto Nacional del Libro. Funda y dirige el Seminario de Estudios Europeos en el Ateneo de Madrid y ocupa la Secretar¨ªa de Coordinaci¨®n de Grupos Europe¨ªstas de Espa?a. Paralelamente, se dedica activamente al mundo del libro (sobre todo infantil y juvenil), alcanzando la vicepresidencia de la Organizaci¨®n Internacional del Libro Juvenil y presidiendo el jurado internacional del prestigioso premio Hans-Christian Andersen.
Entre 1963 y 1977, como funcionario de la Unesco (jefe del Centro Internacional de Informaci¨®n sobre Derechos de Autor), fijar¨¢ su domicilio en las cercan¨ªas de Par¨ªs. Desde 1979 vivir¨¢ en Friburgo. Su actividad intelectual no se interrumpir¨¢. Azaola seguir¨¢ escribiendo libros, dictando conferencias y publicando art¨ªculos como los que enviaba a EL PA?S. Art¨ªculos que a menudo derivaban en breves y l¨²cidos ensayos. Su paisano Gregorio San Juan dijo de ¨¦l que le hac¨ªa pensar en los humanistas del siglo XV, dada la variedad de sus registros. Azaola escribi¨® poemas y public¨® novelas como Fin de semana y El pan de nadie. Fue tambi¨¦n dramaturgo y autor de ensayos cl¨¢sicos como el archicitado (y fusilado) Vasconia y su destino, publicado en la editorial de la Revista de Occidente en dos tomos en 1972. Europe¨ªsta y tambi¨¦n unamuniano (a diferencia de su querido amigo Blas de Otero), Azaola dedic¨® al pensador bilba¨ªno ensayos como El mar en Unamuno y Unamuno y sus guerras civiles. Pero Azaola no es un agitador como don Miguel, ni lleva el signo de la contradicci¨®n a cuestas.
Azaola fue un vasco pensante, razonable. Vasco comunicante gracias al periodismo que nunca abandon¨®. Un vasco equilibrado que a veces nos recuerda el poema de Javier de Bengoechea en el que dice: "Vivo en una recatada / Bilbao interior sitiada / por el vasco neandertal. / Mi sitio es el del artista / con un abuelo carlista / y otro abuelo liberal". Ha dicho Adri¨¢n Celaya que Azaola "se acerca a lo vasco con serenidad, huyendo de todos los extremismos, y se acerca a Europa sin olvidar que tampoco Europa es nada sin sus hombres y sus pueblos". As¨ª, serenamente, Azaola expresaba en 1998 que "en Espa?a, por desgracia, no hay tradici¨®n federalista. Hay fuertes y a?ejos nacionalismos (frente al centr¨ªpeto, varios centr¨ªfugos) que, a mi entender, s¨®lo podr¨¢n ser superados mediante un paciente e imaginativo cultivo del esp¨ªritu federalista (...). Europa, lo mismo que Espa?a, dif¨ªcilmente tendr¨¢ un sistema federal verdadero y fecundo si el esp¨ªritu federalista no prevalece en ella sobre el de los nacionalismos".
En 1999 la Biblioteca de Bidebarrieta le tribut¨® en Bilbao un homenaje, tras el cual Azaola confes¨® que "todo lo que he podido dar est¨¢ en mis obras". En 2001 la Sociedad de Estudios Vascos / Eusko Ikaskuntza le concedi¨® el premio Manuel de Lekuona. Su obra ensay¨ªstica forma parte, sin duda, de las aportaciones m¨¢s valiosas que el Pa¨ªs Vasco (Vasconia, como ¨¦l dec¨ªa) ha realizado al acervo com¨²n espa?ol y europeo.
Jos¨¦ Fern¨¢ndez de la Sota es escritor y poeta.
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