Pa?os calientes

El mismo d¨ªa en que el Banco de Inglaterra iniciaba el salvamento de una de sus instituciones hipotecarias m¨¢s importantes, el banco Northern Rock, los ministros de Econom¨ªa de la UE trataban de transmitir tranquilidad acerca de los efectos de la crisis global en los mercados de cr¨¦dito. Ambos episodios ilustran la brecha cada d¨ªa m¨¢s expl¨ªcita entre ret¨®rica y realidad en relaci¨®n con el alcance de esa crisis. El brit¨¢nico era hasta hace un par de d¨ªas uno de los bancos centrales m¨¢s contrarios a la intervenci¨®n en los mercados.

Los pa?os calientes de los ministros comunitarios, por su parte, contrastan con la manifiesta desconfianza que sigue existiendo entre los principales operadores, los bancos, y las disfunciones que presiden la actividad de los mercados mayoristas en todo el mundo y, desde luego, en Europa. El estrangulamiento de los mercados interbancarios est¨¢ limitando de forma significativa la actividad crediticia general y, con ella, la de la inversi¨®n de las econom¨ªas. Cuanto m¨¢s se demore la normalizaci¨®n del funcionamiento de esos mercados, m¨¢s expl¨ªcita ser¨¢ la gangrena sobre el sector real de las econom¨ªas.

M¨¢s pr¨®ximas a la realidad parecen las declaraciones del secretario del Tesoro de EE UU, el pa¨ªs originario de la crisis. Paul Lauson, que como presidente de Goldman Sachs vivi¨® de cerca crisis financieras anteriores, ha admitido que la clarificaci¨®n de las ramificaciones de la crisis ser¨¢ larga. No es el ¨²nico que cree que llevar¨¢ tiempo descubrir las entidades financieras da?adas por la infecci¨®n de las hipotecas estadounidenses de baja calidad. En consecuencia, la inestabilidad en los mercados, los crediticios y los burs¨¢tiles, no desaparecer¨¢ hasta que lo haga la opacidad hoy dominante con relaci¨®n a las posiciones de los operadores financieros. Es esta dificultad para identificar la extensi¨®n del riesgo la que justifica las reclamaciones de una mayor transparencia y, en todo caso, de un fortalecimiento de mecanismos de control y supervisi¨®n tan globales como el comportamiento de los operadores financieros.

La econom¨ªa espa?ola no est¨¢ quedando al margen de las turbulencias. Sus mercados sufren igual o m¨¢s que el resto. Y a ello no es ajeno el comportamiento expansivo que ha tenido el mercado hipotecario y la necesidad de seguir apelando a los mercados internacionales para cubrir las necesidades de financiaci¨®n que revela nuestro d¨¦ficit exterior. Que, con la informaci¨®n disponible, la pr¨¢ctica generalidad de nuestros operadores financieros no est¨¦n infectados por hipotecas insolventes no significa que no est¨¦n sufriendo las consecuencias de un racionamiento crediticio que ya se traslada a las empresas y a las familias. Es por ello que los supervisores financieros han de verificar que la liquidez inyectada se distribuye correctamente entre todos los operadores.