Cibeles se afianza como el gran escaparate
La pasarela madrile?a se inaugura hoy convertida en la principal referencia de la moda espa?ola
El desfile de Jes¨²s del Pozo inaugura hoy una edici¨®n singular de la Pasarela Cibeles, convertida en la pasarela principal de la moda espa?ola. En enero se celebr¨® en Barcelona la tercera y ¨²ltima edici¨®n de Pasarel.la Barcelona, la ag¨®nica heredera de Gaud¨ª, que desapareci¨® cuando la Generalitat redirigi¨® su dinero a potenciar el dise?o emergente catal¨¢n y a fomentar la presencia de los dise?adores consagrados en el extranjero en la l¨ªnea de un Josep Font que estar¨¢ en enero en la alta costura parisiense. La edici¨®n n¨²mero 46 de la pasarela madrile?a se convierte, aun sin pretenderlo, en la cita unificada y unitaria que se ha anhelado, temido o ponderado desde que en 2001 el Plan Global de la Moda expresara la necesidad de fusionar los dos escaparates principales de la industria espa?ola.
No hay mucho margen para la sorpresa en la puesta en escena, el peinado o el maquillaje
"En la moda conviene ser prudente, porque nada dura mucho", puntualiza Leonor P¨¦rez Pita, directora del certamen. "De momento, lo ¨²nico que es seguro es que en esta edici¨®n hay varios dise?adores que han venido a Madrid y los hemos encajado como hemos podido". El ¨¦xodo de los creadores se inici¨® en 2005, cuando se anunci¨® el plan de la Generalitat para cambiar el modelo de promoci¨®n del sector. Un plan que supuso el nacimiento, en julio, del 080 Barcelona, un festival callejero que mezcla arte y moda y que seg¨²n su director, Vicen? Mustar¨®s, "deja a un lado la pasarela burguesa".
Las cuatro novedades de los 36 participantes salen de las cenizas de Gaud¨ª. Se trata de Sita Murt y Hannibal Laguna y de dos firmas de ba?o, Guillermina Baeza y Dolores Cort¨¦s. Emprenden un camino que Spastor, Victorio & Lucchino o Lydia Delgado recorrieron poco antes. "Para determinadas cosas, s¨®lo existes si desfilas en Madrid", explica Delgado. "Se nota much¨ªsimo la diferencia. Yo antes era muy conocida en Catalu?a. Ahora me he dado a conocer en todas partes".
Modesto Lomba, dise?ador y presidente de la Asociaci¨®n de Creadores de Moda de Espa?a (ACME), se alegra de que Cibeles "se consolide como la pasarela representativa de la moda espa?ola". El veterano Jes¨²s del Pozo cree que "vive una ¨¦poca de rigor y profesionalidad como ninguna otra antes. Nos hemos colocado en el panorama internacional. Somos peque?os pero, dentro de nuestras posibilidades, respetados". Y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se atreve a situarla como la cuarta en importancia del mundo, por delante de Londres. Sergio Pastor, de Spastor, se muestra menos complaciente: "Para ser una semana s¨®lida, tendr¨ªa que tener otra magnitud y no s¨®lo ser lo ¨²nico que hay".
Convertirse en el ¨²ltimo refresco en el desierto no ha provocado m¨¢s peticiones para entrar, se reciben unas treinta de media, pero s¨ª que nazca el concepto del entorno Cibeles: presentaciones que no est¨¢n en el calendario oficial y que se organizan por libre. En ¨¦l se inscriben desfiles como el de TCN (hoy lunes, en el Florida Park), otra firma salida de Barcelona que se estrena en la capital. "La Generalitat ha apostado por los emergentes, y no ha quedado espacio para los de toda la vida. La ¨²nica posibilidad era salir al extranjero, pero prefiero ser cabeza de rat¨®n que cola de le¨®n. Adem¨¢s, es una manera de demostrar en este pa¨ªs que uno se puede costear su propio desfile", cuenta Tot¨®n Comella, dise?adora de TCN.
Seg¨²n P¨¦rez Pita, el Instituto Ferial de Madrid (Ifema) destina unos tres millones de euros a Cibeles: "Es una pasarela totalmente subvencionada: desde las invitaciones hasta la seguridad, pasando por la peluquer¨ªa... todo est¨¢ pagado por Ifema y los patrocinadores. El dise?ador paga su colecci¨®n y nosotros ponemos el resto". Modesto Lomba defiende que un desfile es una inversi¨®n importante tambi¨¦n para los creadores, con unos gastos que cifra en torno a los 180.000 euros. "En todos los pa¨ªses se subvenciona la moda de una forma u otra", afirma Ana Gonz¨¢lez, de Locking Shocking. "Es una industria que genera dinero y empleo, y es l¨®gico que reciba financiaci¨®n p¨²blica, igual que el cine o la agricultura. Otra cosa es el uso que se haga de la subvenci¨®n. Tal vez, habr¨ªa que potenciar m¨¢s la renovaci¨®n de creadores".
La financiaci¨®n y la gesti¨®n p¨²blica de Cibeles es un arma de doble filo para algunos dise?adores. Por un lado, obviamente, les facilita mucho las cosas. Por el otro, les obliga a aceptar una serie de limitaciones. El pasado viernes, por ejemplo, Sergio Pastor se lamentaba amargamente de que su proyecto esc¨¦nico hab¨ªa sido rechazado por cuestiones de seguridad y de tiempo. No ha sido el ¨²nico. Dado que el calendario es apretado y todos los dise?adores est¨¢n obligados a compartir espacio (una carpa en el Retiro) y modelos, no hay mucho margen para la sorpresa en la puesta en escena, el peinado o el maquillaje. "Al final, te obligan a hacer un desfile soso y neutro", reflexiona. "Nosotros hemos desfilado en Par¨ªs y aquello es totalmente diferente. T¨² te tienes que buscar el local, el casting, hacer el papeleo... Desde luego, eres m¨¢s libre. Pero cuando has estado fuera te das cuenta de que no nos podemos quejar. En Cibeles est¨¢s bien cuidado, lo tienes todo muy f¨¢cil y c¨®modo. Somos unos privilegiados, pero es una pena que sean a veces tan cerrados con ciertas cosas, que no sean un poco m¨¢s receptivos con la innovaci¨®n. Ser¨ªa bueno para todos".
En los pr¨®ximos cinco d¨ªas se ver¨¢n las colecciones de la temporada primavera-verano de 2008, pero algunos de esos vestidos nunca ver¨¢n la calle y tienen b¨¢sicamente un valor de imagen que luego se rentabiliza con otros productos. "Es cierto que hay dise?adores que deciden que de su colecci¨®n, o de determinadas piezas de ella, se produzcan cantidades peque?as", defiende Modesto Lomba. "Pero hace falta tiempo. Mi empresa, por ejemplo, tiene hoy una facturaci¨®n saludable, pero cuando empec¨¦ necesit¨¦ ayuda. Estamos invirtiendo en algo con potencial. La pasarela es, hist¨®ricamente, un centro de inversi¨®n. Si tuviera que desfilar quien m¨¢s factura, dejar¨ªa de ser una manifestaci¨®n cultural. ?Que no se venden vestidos? Da igual, porque hoy la moda no se sostiene con los vestidos, sino otros con productos, desde los cosm¨¦ticos hasta los muebles".
La normalizaci¨®n de la b¨¢scula
En sus dos ¨²ltimas ediciones, Cibeles ha sido noticia sobre todo por su decisi¨®n de no contratar a modelos que no alcanzasen el ¨ªndice de masa corporal que la Organizaci¨®n Mundial de Salud establece como saludable: a partir de 18. La medida implicaba que todas las chicas y chicos pasasen un control antes de desfilar y despert¨® encendidos aplausos y algunas cr¨ªticas: a algunas modelos el tr¨¢mite les parec¨ªa ignominioso, y los dise?adores se quejaban porque ve¨ªan desaparecer un casting que en los ¨²ltimos tiempos hab¨ªa alcanzado altura internacional. Un a?o despu¨¦s, los ¨¢nimos se han aplacado. "No vamos a estar lloriqueando", opina Modesto Lomba. "Se consider¨® que hab¨ªa un problema, se enfrent¨® y se resolvi¨®. Y el resultado es positivo. As¨ª lo han expresado la Administraci¨®n y las asociaciones de afectados". La normalizaci¨®n del criterio y el tr¨¢mite no quiere decir que todas las partes acepten el trato. "Ver¨®nica Blume y Martina Klein, por ejemplo, no participan en Cibeles porque no les parece bien", explica Fernando Merino, su agente. "Es cierto que ya tampoco est¨¢n en el momento de hacer todos los desfiles, pero si alg¨²n dise?ador las pide, no las tiene porque ellas se niegan a pesarse. No pasa nada, la organizaci¨®n, como cualquier cliente, establece cu¨¢les son sus requisitos y necesidades". Merino explica cu¨¢l es la importancia de la pasarela madrile?a en la carrera de una modelo: "Para una chica que empieza puede tener algo de repercusi¨®n, pero para una modelo consolidada, no. Pero es, junto con Mil¨¢n, la pasarela m¨¢s rentable. En Par¨ªs se paga mucho menos, porque da prestigio y a las chicas les interesa estar all¨ª".
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