La m¨²sica como agitaci¨®n total
Eugenio Tr¨ªas trata de grandes compositores en 'El canto de las sirenas'
La m¨²sica, dice Eugenio Tr¨ªas, fil¨®sofo barcelon¨¦s de 65 a?os, es capaz de la mayor agitaci¨®n y tambi¨¦n del mayor sosiego. Termin¨® este libro, El canto de las sirenas (Galaxia Gutenberg / C¨ªrculo de Lectores), m¨¢s de mil p¨¢ginas, en medio de una enorme incertidumbre emocional, antes y despu¨¦s de una operaci¨®n grav¨ªsima, y aparece cuando a¨²n le aflora la ¨²ltima herida de su vida, la muerte de su hermano Carlos; como recordaba aqu¨ª en una hermosa necrol¨®gica Rosa Reg¨¤s, Carlos era la otra parte de aquel seud¨®nimo, Cargenio, con el que en los setenta los Tr¨ªas irrumpieron juntos en la narrativa espa?ola. En la incertidumbre y en el horror, Tr¨ªas encontr¨® en la m¨²sica vitalidad o consuelo. En la introducci¨®n de su libro cuenta de qu¨¦ cosas es capaz la m¨²sica: "Salutaci¨®n, vacilaci¨®n, temor, consternaci¨®n, sufrimiento, angustia, p¨¢nico, alegr¨ªa...". Los m¨²sicos en los que ha basado su excursi¨®n van de Monteverdi, Bach, Haydn, Mozart y Beethoven a Cage, Boulez, Stockhausen y Xenakis. Un ¨²ltimo cap¨ªtulo tiene a Plat¨®n como gu¨ªa, que le introduce en la reuni¨®n de m¨²sica con filosof¨ªa. He aqu¨ª algunos puntos de los que nos habl¨® el pasado viernes en Madrid.
- Agitar. "Quer¨ªa demostrar la capacidad que la m¨²sica tiene de agitar todas las actitudes. La m¨²sica es una forma de conocer nuestra relaci¨®n con el mundo; nos acompa?a desde el origen, en el primer testimonio del Homo simbolicus ya est¨¢ la m¨²sica. Y mi intenci¨®n ha sido ponerla en el centro, porque a veces la relegamos, como si fuera hilo musical. La m¨²sica es como un hilo de Ariadna que nos gu¨ªa. Este libro es una especie de historia de la cultura en clave musical".
- Plat¨®n. "La m¨²sica est¨¢ en el coraz¨®n de su concepci¨®n de la naturaleza, de la educaci¨®n. En Plat¨®n hay muchas concepciones de la m¨²sica, y trato de armonizarlas, porque representan en ¨¦l un continuo: para hablar de la concupiscencia, del Eros... la m¨²sica siempre est¨¢ presente. El alma est¨¢ construida, seg¨²n ¨¦l, por principios musicales... Por eso pongo en primer plano a Plat¨®n en mi libro... Pero no siempre la m¨²sica ha tenido el lugar central que merec¨ªa; en el siglo XX la m¨²sica queda como expulsada. Y no debe estarlo. La escritura musical es una forma de escritura notabil¨ªsima, muy original. Muy de Occidente. Porque surge de los monasterios, y alcanza un gran apogeo en los siglos IX y X".
- La radio. "La m¨²sica me acompa?a desde los 10 a?os. Me conect¨® con el mundo gracias a la radio. Es entonces cuando empiezo a reconocer un tipo de m¨²sica que me emocionaba mucho y cuyos autores eran nombres de pronunciaci¨®n dif¨ªcil: Beethoven, Haydn, Brahms. En Vilasar de Mar, donde verane¨¢bamos, buscaba esos nombres en la biblioteca p¨²blica. All¨ª iba tomando notas y poco a poco me iba formando una cierta idea de lo que era la m¨²sica cl¨¢sica. Mi abuela fue, sobre todo, mi educadora. Me incit¨® a que aprendiera piano. Pero me di cuenta de que mi carrera no iba a ser la de pianista. Por respeto. Lo que me interesaba sobre todo era el aprendizaje de la partitura musical, el solfeo. Quer¨ªa no s¨®lo escuchar la m¨²sica, quer¨ªa leerla".
- ?Y esto de qui¨¦n es? "La m¨²sica es un gesto, un estilo. ?C¨®mo puedes reconocer que esto es de Brahms? Y es fundamental: es de Brahms, pero no es de Beethoven; es de Xenakis, pero no es de Stockhausen. Es un enigma apasionante: descubrir de d¨®nde vienen esos sonidos. En el fondo este libro es la cristalizaci¨®n del trato que he ido teniendo con la m¨²sica durante toda mi vida. A veces he estado m¨¢s enfrascado con la docencia o con la filosof¨ªa, pero la m¨²sica siempre ha estado ah¨ª, diciendo. Es mi pasi¨®n, como el cine. Como en la m¨²sica, el cine me interesa por autores. Ver al creador, eso es lo que quiero, como he hecho aqu¨ª. Yo dirijo el libro al que ama la m¨²sica, o al que quiere amarla".
- El amigo Mendelssohn. "Yo tuve un momento muy delicado no hace mucho, cuando estaba terminando el libro. Sufr¨ª una intervenci¨®n pulmonar grave. En la convalecencia, doloros¨ªsima, ped¨ª permiso para tener un sistema de m¨²sica en lugar del televisor, y el m¨²sico que me acompa?¨® durante todo ese tiempo fue Mendelssohn. Es un m¨²sico que transmite gozo; necesitaba una especie de intensificaci¨®n vital... En momentos de duelo, cuando necesito paz, la compa?¨ªa de la m¨²sica ha sido fundamental. Beethoven, por ejemplo, te ayuda en los momentos confesionales. La buena m¨²sica tiene una capacidad dial¨¦ctica extraordinaria; hay piezas de Beethoven que pasan de la expresi¨®n m¨¢xima de rudeza a un lirismo extraordinario, sabe modular muy bien estos grandes contrastes. Claro que la m¨²sica se puede utilizar tambi¨¦n para fines horribles; ah¨ª est¨¢n el Tercer Reich, el estalinismo, us¨¢ndola para excitar la violencia".
- ?Y a qu¨¦ se agarra uno? "Cuando viene el dolor, como cuando se produjo este verano la muerte de mi hermano Carlos, para m¨ª la m¨²sica adquiere una capacidad de compa?¨ªa superior a cualquier otra arte, e incluso a la filosof¨ªa; tiene un punto de inmediatez, que es otro de sus misterios. Mientras todo esto ocurr¨ªa escuchaba a Beethoven, las tres ¨²ltimas sonatas. Y, al final, cuando tuvimos la ceremonia de su despedida, hubo all¨ª un enorme sentido po¨¦tico: yo hice una carta; Mario Gas, Constantino Romero y Vicky Pe?a leyeron p¨¢rrafos de Carlos, y todo acab¨® con una canci¨®n de Schubert, una canci¨®n de bebedores, para ¨¦l fue tan importante el vino... Lo que se escribi¨® de ¨¦l, el hermoso texto de Rosa Reg¨¤s, Un h¨¦roe de nuestro tiempo, lo que escribi¨® Az¨²a, lo que escribi¨® Gas... todo eso nos confort¨® mucho, y me he alegrado much¨ªsimo por Cristina Fern¨¢ndez Cubas, mi cu?ada, que es la que en este momento vive de modo m¨¢s delicado la situaci¨®n. Carlos ten¨ªa un gran talento literario, se lo reconocer¨¢n... A veces he visitado el texto que hicimos juntos, el que firmamos como Cargenio. Un libro bic¨¦falo, que integraba personajes bic¨¦falos en la propia narraci¨®n".
- Ahora. "Empec¨¦ a escribir este libro cuando ten¨ªa 60 a?os; ahora tengo 65. Cuando me enferm¨¦ sent¨ªa rabia: ten¨ªa esbozados ensayos sobre Verdi, sobre m¨²sicos del Renacimiento, ?y se iban a quedar sin acabar! ?Ahora he acabado una segunda parte del ensayo sobre Beethoven! ?La m¨²sica con la que siempre vivir¨ªa? Con las cuatro ¨²ltimas sonatas de Beethoven, el Quinteto en Sol Menor de Mozart. Con eso podr¨ªa alcanzarse la felicidad en una isla desierta".
Babelia
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