Empieza el espect¨¢culo
El oto?o es engorroso porque de pronto parece como si todo fuera otra vez en serio, se acabaron las rebajas, vamos a fijar los precios, y todo el mundo se va a enterar de lo que es una buena calentura
All¨¢ m¨²sicas
Los valencianos nos lo merecemos todo, por valencianos, y ah¨ª est¨¢ Francisco Camps para que no nos falte de nada. Incluso en un terreno tan arduo como el de la ¨®pera, donde la batuta la llevan todav¨ªa los airosos pasodobles del maestro Serrano. As¨ª que hay que agradecer a Camps los contratos a Lorin Maazel y a Zubin Metha, siete millones de euros de nada, por ocuparse al alim¨®n de elevar el nivel musical de los valencianos a los que les gusta la ¨®pera, el Palau de les Arts, su orquesta, Lorin Maazel y Zubin Metha. Si al Valencia futbolero le diera por fichar a Ronaldinho por veinte millones de euros, nadie tendr¨ªa nada que decir: ese sueldo de mercado se financiar¨ªa con filantr¨®picas aportaciones inmobiliarias. Pero los siete millones de Maazel y Metha, sublimes artistas sin duda, se pagan con nuestros impuestos. Y ah¨ª hasta los falleros y sus animosas bandas de m¨²sica deber¨ªan de decir la suya. A pleno pulm¨®n.
Deslocalizaci¨®n pol¨ªtica
La globalizaci¨®n afectar¨¢ tambi¨¦n al fichaje de pol¨ªticos de prestigio un tanto ajado para formar parte de gobiernos ajenos a sus pa¨ªses de origen y de ejercicio. Si Mariano Rajoy no quiere a Gallard¨®n como segundo, bien podr¨ªa fichar a Joan Ignasi Pla como tercero, en la confianza de que no habr¨ªa de molestarle en nada, y hasta es posible que s¨®lo la distancia haya impedido hasta ahora a Gaddafi reparar en las enormes virtudes de Rosa D¨ªez como jefa de comunicaci¨®n de su gabinete. En esta tesitura, cada vez menos inveros¨ªmil, no es estrafalario sugerir que Jos¨¦ Bono ser¨ªa un excelente relaciones p¨²blicas del reino de Marruecos, que Mariano Rajoy pudiera sustituir a Fidel Castro si se dejara crecer la barba o que ?ngel Acebes se convirtiera en jefe de prensa de lo que queda del mandato de Bush bis. Y Zaplana de mu?idor de apuestas en el Hip¨®dromo de la Zarzuela.
La herencia de los Franco
Lo propio de los dictadores es la austeridad para sus s¨²bditos, el enriquecimiento de los ide¨®logos que aportan la vaselina y una envidiable propensi¨®n al ahorro familiar por la que sus deudos y su tropa tienen la vida m¨¢s que resuelta. Franco, el generalito, fue un dictador temible por su mediocridad militante (son deliciosas las an¨¦cdotas que contaba Juan Benet de cuando Franco inauguraba pantanos: en pantuflas, pijama y orinal de oro en su coche oficial, con el uniforme dispuesto para asearse a toda prisa en cuanto avistaba la cinta de inauguraci¨®n), pero muy eficaz como rentista de burgues¨ªa peque?ita. No se le escap¨® ni un solo regalo de los muchos que le hicieron, enormes fincas r¨²sticas incluidas donde le llevaban a hacer como que cazaba leones salvajes, porque, a fin de cuentas, el Pazo de Meir¨¢s es una nader¨ªa para quien ha salvado a la Patria. Pero no para sus familiares que no han puesto a salvo ni su dignidad.
Correo basura
Entre las muchas ventajas de internet no habr¨¢ de ser la menor el correo basura, donde sujetos de Senegal o de la Pomerania se hacen pasar por entidades bancarias remitiendo centenares de mensajes en un castellano imposible para ver si picas y se hacen con unos euros. Tacita a tacita, es posible que m¨¢s de uno de esos tipos que tantas horas pasan ante la pantalla cuidando de su negocio consigan un modesto pasar en premio a su modesta habilidad para el enga?o. Lo que llama la atenci¨®n de esos mensajes es su sintaxis, y es una pena que no podamos gozar tambi¨¦n, a causa de la ola de avances tecnol¨®gicos que nos invade, de su caligraf¨ªa. Es una sintaxis, dir¨ªa yo, pol¨ªtica, en el sentido de que trata de embaucar al usuario no m¨¢s ni de otra forma que el pol¨ªtico al ciudadano. En cuanto a lo otro, donar¨ªa un ri?¨®n por disponer de las notas manuscritas de nuestros pol¨ªticos en las sesiones parlamentarias. Por la caligraf¨ªa.
Caray con el budismo
Este Dalai Lama que a?o tras a?o se pasea por el mundo repartiendo consejos y haciendo caja se parece en casi todo a un extra de Hollywood que hiciera de Dalai Lama en una pel¨ªcula contra la persecuci¨®n de la fe en la China medio comunista, embutido como quien dice en su uniforme religioso. Tiene aire de ser feliz, as¨ª que a lo mejor el budismo contiene alguna ventaja para quienes lo practican (aunque es de suponer, como en todo, que algo m¨¢s para los de arriba que para los de abajo), si bien no se ha demostrado todav¨ªa que la adscripci¨®n de Richard Gere a ese tipo de creencia haya mejorado en nada su trabajo como actor. El budista occidental, o accidental, suele ser un tipo de buena posici¨®n que se relaja meditando sobre la haza?a que perpetrar¨¢ ma?ana, y su jefe tiene, seg¨²n hace camino, un inquietante parecido con Escriv¨¢ de Balaguer, el baturrico.
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