Defensa alistar¨¢ como militares a m¨¦dicos extranjeros ante la fuga de sus facultativos

El Ministerio de Defensa se propone alistar como oficiales a m¨¦dicos latinoamericanos para suplir la sangr¨ªa que sufre el Cuerpo Militar de Sanidad por la fuga de facultativos. Una enmienda en el Senado a la Ley de la Carrera Militar abrir¨¢ por primera vez la puerta a los extranjeros para convertirse en oficiales y no s¨®lo en soldados o marineros como hasta ahora. La falta de m¨¦dicos -unos 50 se dan de baja cada a?o y en la ¨²ltima convocatoria no se produjo ning¨²n nuevo ingreso- es uno de las carencias m¨¢s graves de las Fuerzas Armadas en materia de personal.

Tras la entrada en vigor de la Ley de Tropa y Mariner¨ªa, el Ej¨¦rcito ha logrado superar en buena medida sus problemas de reclutamiento de soldados, pero sigue teniendo grav¨ªsimas dificultades para cubrir algunos puestos de oficiales y, en especial, los sanitarios.

En la convocatoria del a?o pasado s¨®lo se cubrieron el 12% de las plazas de m¨¦dico militar y en la de este a?o no se ha producido ni un solo ingreso. Paralelamente, unos 50 facultativos militares se dan de baja cada a?o, la mayor¨ªa a petici¨®n propia, para trabajar en la sanidad civil, p¨²blica o privada.

El Cuerpo Militar de Sanidad cuenta con unos 2.300 efectivos, que incluyen, adem¨¢s de m¨¦dicos, psic¨®logos, veterinarios o enfermeros. La plantilla de oficiales de complemento del cuerpo de sanidad, con contrato temporal, s¨®lo est¨¢ cubierta al 50%, aproximadamente, lo que da una idea de las dimensiones del problema.

La carencia de m¨¦dicos no es exclusiva del Ej¨¦rcito. Un estudio del Ministerio de Sanidad estima que en Espa?a faltan unos 3.000 facultativos y apunta que el verdadero origen del problema est¨¢ en la excesiva rigidez del sistema, con el n¨²merus clausus de las universidades, la mala distribuci¨®n por especialidades y la resistencia a la movilidad geogr¨¢fica.

Sin embargo, en las Fuerzas Armadas adquiere tintes espec¨ªficos. La multiplicaci¨®n de las operaciones en el exterior obliga a muchos m¨¦dicos militares a pasar varios meses fuera de Espa?a todos los a?os o cada dos como m¨¢ximo. Cada contingente cuenta con un hospital de campa?a y algunas de estas instalaciones -como la de Afganist¨¢n, que se mantiene ininterrumpidamente desde 2002- son centros sanitarios muy completos, con su propio cuadro de especialistas.

Adem¨¢s, el cierre de la mayor¨ªa de los hospitales militares en Espa?a ha supuesto el traslado de los m¨¦dicos a las unidades militares y muchos de ellos, ante la perspectiva de tener que abandonar la consulta privada que atend¨ªan en su tiempo libre, han optado por pedir la excedencia o darse de baja.

"Hay que tener mucha vocaci¨®n o ser masoquista para quedarse", admite un oficial sanitario. Pese a las mejoras retributivas de los ¨²ltimos a?os, por ejemplo en el pago de guardias, las fuentes consultadas estiman que los sueldos son al menos un 30% superiores en la sanidad p¨²blica que en Defensa.

La soluci¨®n pasa por contratar a extranjeros "de pa¨ªses que mantienen con Espa?a especiales v¨ªnculos, hist¨®ricos, culturales y ling¨¹¨ªsticos" -es decir, iberoamericanos y de Guinea Ecuatorial- por un m¨¢ximo de ocho a?os, salvo que obtengan la nacionalidad espa?ola, en cuyo caso podr¨ªan acceder a militares de carrera.

Se trata del mismo r¨¦gimen que ha permitido, a partir del a?o 2002, la contrataci¨®n de casi 5.000 extranjeros (en torno al 5,5% de los efectivos totales de tropa y mariner¨ªa). Con la diferencia de que ahora ser¨¢n oficiales y no soldados.