Sarkozy propone un "nuevo contrato social"
El presidente franc¨¦s pone en marcha la reforma de las pensiones, el mercado laboral y la sanidad
Nicolas Sarkozy abandon¨® ayer definitivamente su lenguaje electoral para fijar los objetivos de la reforma del modelo social franc¨¦s. El jefe del Estado propuso "un nuevo contrato social para Francia basado en el trabajo, el m¨¦rito y la solidaridad". El sistema actual "no es sostenible en t¨¦rminos financieros, desincentiva el trabajo y no garantiza la igualdad de oportunidades", dijo. Sarkozy, que desactiv¨® -al menos temporalmente- el previsible conflicto por la supresi¨®n de los reg¨ªmenes especiales de pensiones evitando ponerles fecha de caducidad, anunci¨® una revisi¨®n del contrato laboral y de la jornada de 35 horas, medidas para penalizar fiscalmente las jubilaciones anticipadas y sanciones para los parados que rechacen ofertas de trabajo.
Antes de un mes se celebrar¨¢ una conferencia sobre el empleo en la que participar¨¢n todos los actores sociales, y que deber¨¢ dar a luz a una comisi¨®n independiente que cada a?o propondr¨¢ la subida del salario m¨ªnimo en funci¨®n de la marcha del mercado de trabajo y del crecimiento econ¨®mico. Sin embargo, el tema m¨¢s esperado del discurso que el presidente franc¨¦s pronunci¨® en una sala del Senado ante la asociaci¨®n de periodistas econ¨®micos franceses -el jefe del Estado tiene prohibido dirigirse a los diputados o a los senadores- era el de la reforma de los reg¨ªmenes especiales de pensiones.
En torno a medio mill¨®n de trabajadores cotizan lo mismo que el resto de los franceses, pero disfrutan de ventajas como, por ejemplo, poder jubilarse con 50 a?os y la totalidad de la paga. Son, mayoritariamente, trabajadores de los grandes monopolios p¨²blicos -?lectrecit¨¦ de France, Gaz de France-, entre otros, y una parte importante del sector del transporte, concretamente los empleados de los ferrocarriles y el metro. Tambi¨¦n se incluyen funcionarios de alto rango, como los del Teatro y la Opera de Par¨ªs.
El jefe del Estado quiere que todos ellos se equiparen al r¨¦gimen general de la Funci¨®n P¨²blica. Este a?o el tesoro p¨²blico deber¨¢ a?adir casi 5.000 millones de euros para enjugar el d¨¦ficit que generan las pensiones de estos ciudadanos. Dos encuestas, una de la empresa CSA y otra de BVA, se?alan que el 68% de los franceses est¨¢ a favor de la reforma social. Sarkozy dice que el sistema es insostenible y quiere reducir un d¨¦ficit p¨²blico que este a?o alcanzar¨¢ los 12.000 millones de euros. La reforma, seg¨²n el plan del Gobierno, deber¨ªa estar terminada para la primera mitad de 2008.
Hasta ahora, estos sectores p¨²blicos han conseguido conservar sus privilegios paralizando el pa¨ªs cada vez que alg¨²n Gobierno intentaba la reforma. El problema es que tocan el nervio de la acci¨®n sindical. Sarkozy hab¨ªa puesto incluso una fecha l¨ªmite -el ¨²ltimo d¨ªa del a?o- para legislar al respecto si no se llegaba a un acuerdo. La frase figuraba incluso en la versi¨®n del discurso que fue entregada a la prensa, pero no la pronunci¨®. El Gobierno no dispone de una ley de servicios m¨ªnimos que impida que los sindicatos puedan paralizar el pa¨ªs.
Pero Sarkozy dej¨® claro que el objetivo sigue siendo el mismo: "han desaparecido las diferencias que justificaban tal o cual ventaja particular", dijo. El presidente se?al¨® que antes de 15 d¨ªas el ministro de Trabajo, Xavier Bertrand, y los sindicatos establecer¨¢n los principios b¨¢sicos de la negociaci¨®n y a partir de este punto cada empresa negociar¨¢ la "armonizaci¨®n" del r¨¦gimen de pensiones.
El presidente incidi¨® tambi¨¦n en la reforma del modelo del contrato laboral, del que critic¨® su rigidez, causa de buena parte de los problemas de creaci¨®n de empleo de las empresas francesas y su falta de competitividad. Las jubilaciones anticipadas, a?adi¨®, son otro de los males del modelo laboral franc¨¦s, que no puede permitirse prescindir de los mayores de 50 a?os. Para cambiar esta t¨®nica, Sarkozy anunci¨® que penalizar¨¢ fiscalmente las jubilaciones tempranas y promover¨¢ la actividad de los mayores de 55 a?os.
"Ning¨²n modelo social puede sostenerse si se olvida que es el trabajo lo que est¨¢ en el centro de la creaci¨®n de riqueza", dijo. La semana laboral de 35 horas, uno de los caballos de batalla de la campa?a electoral del actual presidente, parece tener un futuro incierto. "La estrategia
[del Gobierno del socialista Lionel Jospin] del reparto del trabajo era un error y los franceses lo han pagado caro", dijo. Anunci¨® que ir¨¢ "m¨¢s lejos" en la "flexibilizaci¨®n" de esa norma.
El seguro de desempleo tambi¨¦n ser¨¢ reformado a fondo. Sarkozy considera que hay que incentivar a los parados para que busquen y acepten trabajos. Por un lado se revisar¨¢n los sistemas de subsidios que, en ocasiones, producen efectos negativos sobre quienes buscan un trabajo, de modo que incluso pierden dinero si aceptan un empleo al dejar de percibir beneficios sociales. Por otro, los parados que se nieguen a aceptar dos ofertas de empleo dejar¨¢n de percibir el seguro de paro. Para gestionar mejor la protecci¨®n del empleo, anunci¨® el presidente, se fusionar¨¢ la Agencia Nacional para el Empleo (ANPE) con la entidad que gestiona los subsidios por desempleo, el UNEDIC.
El modelo sanitario tampoco escapar¨¢ a las reformas. Las que se han hecho en los ¨²ltimos a?os, se?al¨® Sarkozy, no bastan para controlar el d¨¦ficit de la Seguridad Social. Adem¨¢s de una mayor eficacia en el control del gasto m¨¦dico, el presidente quiere abrir un debate sobre cu¨¢l debe ser la cobertura que proporciona el sistema p¨²blico y en especial sobre la atenci¨®n a los ancianos y a los enfermos de larga duraci¨®n. Sarkozy es partidario de dar facilidades para que los ciudadanos puedan suscribir seguros privados.
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