Leibowitz elige Segovia para retratar a Pe

Pen¨¦lope Cruz posa estos d¨ªas para la edici¨®n norteamericana de revista Vogue en un ambiente muy espa?ol. La actriz, en algunas sesiones, ha estado acompa?ada por el bailaor y core¨®grafo Rafael Amargo, que marcaba el ritmo con su caja de madera mientras que disparaba su c¨¢mara la prestigiosa fot¨®grafa Annie Leibowitz, autora de retratos como el de John Lennon desnudo en la cama junto a su esposa Yoko Ono.

Aunque en un principio la artista pens¨® en localizar capillas como escenarios naturales de los posados, despu¨¦s se inclin¨® por patios porticados de grandes edificios medievales de Segovia, como el de los marqueses de Lozoya. Leibowitz incluso quiso utilizar la bicentenaria plaza de toros en la que estaba prevista tambi¨¦n la aparici¨®n de Cayetano Rivera Ord¨®?ez. Pero, hasta ayer, jueves, el torero no fue dado de alta, despu¨¦s de sufrir una cornada en la cara interna del muslo derecho, en la feria de Albacete.

Lesionado, el diestro opt¨® por posar con la actriz pero m¨¢s cerca de donde tiene previsto seguir recuper¨¢ndose, en un coso de una localidad madrile?a que no se dio a conocer y al que lleg¨® tras abandonar la cl¨ªnica, seg¨²n personas vinculadas a la producci¨®n.

Pen¨¦lope Cruz, que ha vivido muy de cerca el mundo del toreo, tras protagonizar con Adrien Brody una pel¨ªcula sobre la vida de Manolete, de Menno Meynes, se dej¨® ver muy poco por las calles segovianas -ciudad a la que previsiblemente volver¨¢ hoy-, aunque se mostr¨® muy amable con la gente con la que se cruz¨® al descender de un Mercedes, como un ni?o que dijo haberla reconocido por un anuncio televisivo de cosm¨¦tica.

El trabajo se lleva con absoluta discreci¨®n y confidencialidad, al menos eso se le ha pedido al Ayuntamiento de Segovia, con el argumento de que hay personajes populares que han pedido trabajar a gusto y sin agobios de p¨²blico. La prensa local, eso s¨ª, ya ha logrado algunos robados, como el de la protagonista de Volver bajando de una caravana con rulos en la cabeza, o, a trav¨¦s de la rendija de una puerta, posando con un vestido con toque oriental, con bordados en oro, rojo, y un sombrero del mismo color.

Por su parte, Amargo no quiso marcharse sin probar el cochinillo, e incluso particip¨® en la ceremonia de trocearlo con el borde de un plato, junto con el mesonero C¨¢ndido L¨®pez. Eso s¨ª, pidi¨® que colocaran al animal de tal forma que no pudiera verle la cara.