Gene Savoy, arque¨®logo
Extravagante explorador de ruinas de las culturas preincaica e inca
Gene Savoy, quien lleg¨® a fundar su propia religi¨®n, ten¨ªa una personalidad de proporciones ¨¦picas y no le importaba lo que la gente pensase. Sus b¨²squedas eran todav¨ªa m¨¢s ¨¦picas: persigui¨® la fuente de la vida, el tesoro de El Dorado, la prueba de que el oro de Salom¨®n proven¨ªa de Suram¨¦rica, y tambi¨¦n lo que su hijo denominaba "las respuestas de la vida".
Entre sus descubrimientos reales est¨¢ el de Vilcabamba, el ¨²ltimo refugio de los incas que hu¨ªan de los espa?oles, el lugar que Hiram Bingham pens¨® que hab¨ªa hallado cuando descubri¨® el Machu Pichu en 1911. Tambi¨¦n se le considera el descubridor del Gran Pajat¨¦n, una ciudad de piedra preincaica. Y su descubrimiento de Gran Vilaya, una intrincada red de 24.000 estructuras de piedra que cubren 259 kil¨®metros cuadrados de densa selva, ayud¨® a establecer que una civilizaci¨®n muy desarrollada hab¨ªa existido en Per¨² separada de la costa y de Los Andes.
"Era un gran explorador y un gran aventurero", aseguraba en una entrevista Tom D. Dillehay, profesor de antropolog¨ªa de la Universidad de Vanderbilt.
Warren B. Church, arque¨®logo de la Universidad estatal de Columbus, en Georgia, elogia a Savoy por el descubrimiento de Vilcabamba. Pero en relaci¨®n con el Gran Pajat¨¦n, afirma que Savoy no fue el primero en reivindicar su descubrimiento en 1965. Seg¨²n Church, un alcalde de la localidad ya hab¨ªa informado de que sus parroquianos hab¨ªan encontrado las ruinas un a?o antes, pero que las autoridades de Lima hab¨ªan hecho caso omiso.
El asunto se complic¨® a¨²n m¨¢s cuando en 1985 se atribuy¨® el m¨¦rito del hallazgo a un equipo de la Universidad de Colorado y Savoy plante¨® la objeci¨®n de que su descubrimiento ya hab¨ªa sido ampliamente divulgado veinte a?os antes. Cuando la revista People inform¨® sobre la controversia entre Savoy y el equipo de la Universidad de Colorado, la revista asoci¨® al primero con Indiana Jones, una imagen que ¨¦l se preocup¨® de difundir.
Los cient¨ªficos tambi¨¦n ponen en duda la tendencia de Savoy a utilizar sus exploraciones para probar teor¨ªas ins¨®litas, su falta de experiencia cient¨ªfica y su propensi¨®n a anunciar a bombo y platillo sus descubrimientos. Keith Muscutt, arque¨®logo de la Universidad de California, afirmaba en Los Angeles Times en 2004 que encontrar ruinas en la regi¨®n por la que merodeaba Savoy "era tan dif¨ªcil como encontrar elefantes en un zool¨®gico".
Otros se preguntaban si la costumbre de Savoy de permitir que exploradores en ciernes pagaran por acompa?arle le llevaba a "embellecer" los descubrimientos que hac¨ªan. En 1967, el coste de una expedici¨®n de 21 d¨ªas de duraci¨®n era de 7.213 euros, seg¨²n informaciones publicadas en The New York Times.
Douglas Eugene Savoy naci¨® en Bellingham, Washington, el 11 de mayo de 1927, y desde peque?o sinti¨® fascinaci¨®n por los indios y por la arqueolog¨ªa. A los 17 a?os se alist¨® en la Armada. Curs¨® estudios en la Universidad cat¨®lica de Portland, pero los abandon¨® para centrarse en la religi¨®n, un tema que cada vez le seduc¨ªa m¨¢s. Se pas¨® 10 a?os estudiando asignaturas como filosof¨ªa y folclore, por su cuenta o con profesores privados.
En 1959 fund¨® La Comunidad Internacional de Cristo, Iglesia del Segundo Advenimiento, que afirma tener miles de seguidores por todo el mundo. Su teolog¨ªa, que supuestamente se deriva de las ense?anzas de la secta de los esenios en los tiempos de Jes¨²s, incluye elementos de muchas religiones mundiales y mantiene que el Segundo Advenimiento ya est¨¢ ocurriendo.
Savoy inici¨® su primera expedici¨®n arqueol¨®gica en 1957 en Per¨². Fue suspendida por falta de fondos, pero ¨¦l se qued¨®. Adem¨¢s de interesarse por la arqueolog¨ªa terrestre, organiz¨® expediciones para intentar demostrar que las antiguas civilizaciones hab¨ªan estado conectadas entre s¨ª mediante los viajes por mar. La primera de estas misiones consisti¨® en un periplo en balsa desde el norte de Per¨² a M¨¦xico. En otra intent¨® dar la vuelta al mundo con el fin de demostrar que los egipcios, japoneses, incas y jud¨ªos de la antig¨¹edad hab¨ªan tenido contacto.
Savoy estuvo casado con Silvia Ontaneda desde 1971 hasta 1992, a?o en que se divorci¨®. Sus otros matrimonios, con Carmel Cervetto y Elvira Clark, tambi¨¦n acabaron en divorcio. Le sobreviven ocho hijos y tres nietos.
Savoy escribi¨® 60 libros sobre religi¨®n y cuatro sobre sus exploraciones. En las entrevistas, no renunciaba nunca a su afici¨®n por los recuerdos floridos. Hablaba de amigos que hab¨ªan sido capturados por piratas, de la vez en que estuvo a punto de morir por la mordedura de una serpiente de cascabel y de la terrible soledad de los mares. Pero tambi¨¦n pod¨ªa ser muy pr¨¢ctico en lo relativo al valor de sus logros: dec¨ªa que sus descubrimientos, basados en corazonadas y conseguidos gracias a su desfachatez, hab¨ªan abierto el camino a los cient¨ªficos.
![Gene Savoy, con su caracter¨ªstico bigote de bandido y su sombrero Stetson, durante una expedici¨®n a Per¨² en 1985.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/D2AFOMWBLACPQZPBDDPS2KKV4U.jpg?auth=90fc750fa693c1de29e7a2ae152303817a6ef3dd46f7083ff9d259ebc0b236af&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.