Russafa defiende sus ¨²ltimos ¨¢rboles

El mapa oficial dice que el barrio de Russafa empieza en la plaza de Toros y acaba, al sur, en la plaza de Manuel Sanchis Guarner. Visto desde arriba, tiene forma de tri¨¢ngulo, o de flecha. El centro, en torno al mercado, rompe el esquema racionalista del distrito de L'Eixample, al cual pertenece, a base de calles cortas, que dan fe de que hasta hace 130 a?os esto era un pueblo cuyo t¨¦rmino llegaba hasta L'Albufera. Y se ha convertido ya en una costumbre que algunos de sus 25.000 habitantes y de quienes se acercan a visitarlo y conocen la historia destaquen la contradicci¨®n de que en Russafa, que viene del ¨¢rabe y significaba algo parecido a jard¨ªn, es dif¨ªcil ver un ¨¢rbol y las zonas verdes se miden por palmos. Pero eso no se ajusta a la verdad. Russafa tiene un parque, con ¨¢rboles, c¨¦sped y todo lo dem¨¢s. Est¨¢ en la plaza de Manuel Granero. El Ayuntamiento estudia construir en ¨¦l un aparcamiento. Los vecinos lo defienden.

El Ayuntamiento dice que una vez terminado el p¨¢rking, volver¨¢ a plantar los ¨¢rboles y reconstruir el parque, pero el barrio no se f¨ªa

"Los vecinos no queremos que lo destrocen todo, oiga ?Cu¨¢ndo crecen estos ¨¢rboles si los cortas?", dice Guadalupe, de 75 a?os

"Esto antes era un pueblo", dice Inmaculada Bauset, vecina y portavoz de la Plataforma per Russafa, "y como pueblo o como barrio no ten¨ªamos ninguna plaza en la que reunirnos, que es en lo que se ha convertido el Manuel Granero. El lugar que favorece el encuentro. El lugar que favorece la identidad. Donde juegan los ni?os por las tardes y donde se encuentran los mayores. El reflejo de toda la diversidad que hay aqu¨ª. Y si habl¨¢ramos de la sostenibilidad, el Manuel Granero ser¨ªa nuestro pilar fundamental".

La Plataforma, una de las tres asociaciones vecinales de Russafa, tom¨® la iniciativa en cuanto se enter¨® del proyecto. Hablamos de noviembre de hace dos a?os. Recogieron 2.500 firmas en contra del plan, de las que 1.800, aseguran, fueron verificadas con el padr¨®n y el censo electoral. Consiguieron que se realizara un pleno extraordinario.

El Ayuntamiento expuso poco despu¨¦s la versi¨®n que mantiene hasta hoy: que el aparcamiento persigue solucionar uno de los problemas cr¨®nicos de un barrio, construido en buena medida en el primer tercio del siglo XX, antes de la popularizaci¨®n de los autom¨®viles. Que una vez terminado volver¨¢ a plantar los ¨¢rboles y a reconstruir el parque, mejorado. Y que el proyecto s¨®lo saldr¨¢ adelante si los vecinos le dan el visto bueno. "Si no se llega a un acuerdo, pues no habr¨¢ aparcamiento", asegura una portavoz.

Visto as¨ª, el negocio puede parecer redondo. Pero muchos de los vecinos siguen sin quererlo. Y no se f¨ªan. No quieren, de entrada, pasarse como m¨ªnimo dos a?os sin parque. El plazo que el Ayuntamiento calcula que tardar¨¢ en restituirlo, y por eso han presentado varios emplazamientos alternativos. Y no se creen que los ¨¢rboles vayan a sobrevivir, ni tampoco que el forjado del garaje vaya a aguantar el peso de los pinos y los olivos con los que cuenta hoy.

El ¨¦xito de un parque se mide justamente ahora. Son las 15.50. Es viernes. Acaba de llover. Se anuncia gota fr¨ªa. Y el Granero sigue teniendo gente. Sentado en un banco est¨¢ sentado Enrique Serrano, que dir¨¢: "Me parece que es ir en contra la naturaleza porque el parque es un pulm¨®n, un peque?o pulm¨®n, pero necesario. Antes esto era un estercolero, hab¨ªa campitos, ah¨ª una barraca...". Serrano tiene m¨¢s de 80 a?os y sabe quien fue, pero cuando naci¨®, Manuel Granero, el torero valenciano que iba a suceder a Joselito, ya hab¨ªa muerto. Fue el 7 de mayo de 1922, en la plaza de la carretera de Arag¨®n, en Madrid, antes de que se abriera Las Ventas, cuando Pocapena, su segundo toro de la tarde, lo volte¨® y en el suelo, apoyado contra las tablas, le clav¨® un cuerno en el ojo.

Inmaculada Bauset, cuya plataforma ha reunido la adhesi¨®n de m¨¢s de 140 peque?as asociaciones, colectivos, comercios, bares, restaurantes, comunidades religiosas y fallas (17) en contra del proyecto, recuerda que el Granero guarda tambi¨¦n parte de la historia del barrio. Durante la transici¨®n, surgi¨® en Russafa un movimiento paralelo y coincidente con el que reclamaba un cauce viejo del Turia verde, sin fincas ni carreteras. Y que aquella vez ya ganaron.

Chokri, nacido en Marruecos, que no tiene ni idea de ninguna de las dos historias y sigue atent¨ªsimo cada movimiento de su hija Laila, de dos a?os, que va de un columpio a otro comentar¨¢: "El p¨¢rking es necesario pero la soluci¨®n no es buena. Porque s¨®lo hay otro parque, detr¨¢s de Peris y Valero, y a ese nadie va con ni?os porque la avenida es peligrosa". Y Guadalupe Mart¨ªnez, de 75 a?os, que gira un aparato de gimnasia que parece un tim¨®n en la zona Biosaludable para Adultos, dir¨¢ la ¨²ltima palabra: "Los vecinos no queremos que lo destrocen todo, oiga ?Cu¨¢ndo crecen estos ¨¢rboles si los cortas?".