Series

Vuelven las series de antes del verano a las parrillas, y es como si las cadenas recuperaran el ADN extraviado. El mapa gen¨¦tico de las programaciones es inconcebible sin ellas, pues son las que tienen la imprescindible misi¨®n de fidelizar a la audiencia, semana a semana. Ah¨ª es nada. Confieso ser poco adicto a las series. La profesi¨®n period¨ªstica no es nada amiga de las citas fijas con la pantalla. A¨²n as¨ª, algunas me han enganchado, en cuyo caso el v¨ªdeo ha acabado sacando humo. Si tuviera que citar la serie que m¨¢s me ha enganchado de cuantas he visto dir¨ªa sin dudarlo que Verdi, de Renato Castellani. Puede que, en mi caso, se trate de una pura y simple deformaci¨®n profesional, pero en todo caso no soy el ¨²nico: el gran poeta Salvador Espriu muri¨® con la palabra "Verdi" en los labios. No se trataba de ninguna enso?aci¨®n literaria, sino de una petici¨®n expl¨ªcita a sus familiares de que le grabaran el cap¨ªtulo de la noche en que ya no pudo sentarse ante el televisor.

Es curioso, pero con las series se pasan ¨¦pocas. Pese a no ser muy aficionado a la ciencia ficci¨®n, hace unos a?os me tragaba sistem¨¢ticamente las aventuras de Scully y Mulder de Expediente X. El otro d¨ªa vi la reposici¨®n de un cap¨ªtulo y no acert¨¦ a comprender c¨®mo pudo gustarme tanto en su momento. Qu¨¦ cosas. En cambio, llevo un par de temporadas con una severa adicci¨®n a House (Cuatro), y tampoco logro explicarme por qu¨¦. Cuidado que llega a caerme mal el desabrido doctor que incorpora Hugh Laurie y que me enervan las exageradas, poco cre¨ªbles, crisis de sus pacientes. Adem¨¢s, el esquema dram¨¢tico de los cap¨ªtulos siempre es el mismo: tratamiento inicial equivocado hasta que el sagaz doctor no descubre la verdad. Ahora mismo, el ¨²nico suspense que plantea la serie es si el detective Tritter acabar¨¢ encarcelando a House, aunque es obvio que antes o despu¨¦s lo har¨¢. Pese a toda esta previsibilidad, ah¨ª sigo yo, pendiente cada martes de las peripecias hospitalarias del equipo. Ser¨¢ que llevo algo en mi ADN que me impide desengancharme. Celos de House, probablemente.