M¨¢s polic¨ªas espa?oles
Tele 5 debe ser la emisora con m¨¢s polic¨ªas espa?oles en plantilla. A la veteran¨ªsima El comisario, se suma ahora el equipo de RIS. Se estren¨® el domingo noche. Hay ambici¨®n y riesgo. El peligro acecha cuando se parece demasiado a las series que la inspiran, muy particularmente a las CSI que tambi¨¦n se ven, con enorme ¨¦xito, en Tele 5. Hay trazos que parecen franquiciados y, desde la m¨¢s pura ignorancia, no nos imaginamos a la Polic¨ªa espa?ola en unos despachos tan guay y con un interfaz tecnol¨®gico de los tiempos de Minority report. Tampoco puede ser que se localice qui¨¦n tiene una direcci¨®n de Internet con tanta rapidez y sin ayuda de la operadora.
Pero por encima de estos detalles, hay un reparto muy s¨®lido, que trabaja con eficacia la austeridad expresiva y una producci¨®n m¨¢s generosa de lo habitual, lo que permite elaborar la textura de las im¨¢genes, a veces incluso sobradas de barroquismo.
Lo que siempre me ha parecido m¨¢s imposible de CSI es la facilidad con que encuentran un pelo, la pista clave, en la desordenada habitaci¨®n de la v¨ªctima. En el cap¨ªtulo inaugural de RIS tambi¨¦n hubo hallazgos f¨¢ciles, ?la suerte de los debutantes?, pero mucho pringue laboral. La chica nueva resolvi¨® un caso no precisamente desde el laboratorio sino haciendo ella misma de anzuelo del asesino. El episodio manej¨® dos tramas. La subsidiaria trataba de la pederastia en la Iglesia. El padre de la v¨ªctima de un cura, a quien la Justicia no pudo castigar, intenta asesinarlo pero mata a otro sacerdote por error. Los RIS cumplen con su obligaci¨®n y detienen al culpable, pero comprenden la rabia del homicida. Y ah¨ª llega la soluci¨®n pol¨¦mica de los guionistas, muy a lo Harry, el sucio. Lo que no hicieron los tribunales, lo hace el poli, salt¨¢ndose la ley. El jefe, enfermo y cesante, de los RIS liquida al cura. No fue un final muy edificante. Vamos a ver c¨®mo resuelven tener a un jefe tan justiciero como delincuente. ?Ser¨¢ el malo sorpresa? Para empezar, no est¨¢ nada mal.
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