Somos 5 millones
Demasiado at¨®nita todav¨ªa para valorar el enredo en Les Corts con la presunta futura nueva reforma del Estatut (a cuenta de los presupuestos generales y los agravios regionales) considero un error que la financiaci¨®n de la Sanidad no haya obtenido m¨¢s atenci¨®n en el debate. Queda claro que la mayor parte de la aportaci¨®n de "pap¨¢ Estado" se la van a llevar los programas AGUA y AVE, pero aqu¨ª y ahora, si quieren, deber¨ªamos pararnos un momento en una cuesti¨®n de la que tanto depende el bienestar y hasta la vida de los nuevos y los viejos valencianos. Que entre todos parece que somos ya 5 millones pidiendo prevenci¨®n, anal¨ªticas, resonancias y antibi¨®ticos, aunque lo que no est¨¢ tan claro es que se procuren los medios para que todo el mundo contribuya a pagar la factura en la medida de sus posibilidades.
Quiz¨¢ sea ¨¦sta una de las razones para que las arcas de nuestro sistema de salud est¨¦n m¨¢s vac¨ªas que las de Astroc y Llanera, y de ah¨ª la permanencia del c¨¦ntimo sanitario. Si es que se ingresa poco "por culpa de Zapatero", si se gasta mucho o si se gasta bien... ya son cuestiones que admiten diversos puntos de vista directamente relacionados bien con la ideolog¨ªa, bien con la consigna partidaria.
O mucho me equivoco o las cifras principales son ¨¦stas: la atenci¨®n sanitaria de los desplazados nacionales e internacionales se lleva m¨¢s de 300 millones de euros al a?o (a 100 euros per c¨¢pita le sale a la ciudadan¨ªa en edad laboral). Bajo este concepto tan heterog¨¦neo hay estudiantes, pero tambi¨¦n pensionistas, que son quienes m¨¢s recursos consumen. M¨¢s del 10% de los 650.000 residentes extranjeros sobrepasa los 65 a?os, porcentualmente el doble que en el conjunto de Espa?a. En cuanto al turismo, seg¨²n c¨¢lculos del Consell cuesta 210 millones de euros, s¨®lo parte de los cuales se recuperan a trav¨¦s del Fondo de Cohesi¨®n. Luego est¨¢ la poblaci¨®n inmigrante, salvo que en este caso no se puede hablar de "clases pasivas" sino de gentes j¨®venes, muy activas y cotizantes a la Seguridad Social gracias a la ¨²ltima y tan denostada regularizaci¨®n. Antes de ella, miles y miles de trabajadores en la clandestinidad ten¨ªan derecho a que se les asistiera, pero no el deber (ni la posibilidad legal) de contribuir al sost¨¦n del sistema. Ahora este pa¨ªs nuestro, "espacio demogr¨¢fico din¨¢mico", registra un crecimiento sostenido por la inmigraci¨®n, as¨ª que por ah¨ª no hay problema.
Por otra parte, y en cuanto a los turistas que nos visitan ocasionalmente y cuyos gastos no puedan ser recuperados, no parece descabellado pensar que lo comido por lo bebido, que la riqueza que generan con su estancia bien puede compensar la aspirina y hasta la apendicectom¨ªa de urgencia.
El problema m¨¢s bien parece venir de parte de los residentes de la Europa rica, con buenas pensiones en sus bancos alemanes o suizos, que se apalancan a la luna de Benidorm porque el sistema sanitario espa?ol es el quinto m¨¢s eficiente del mundo y aqu¨ª todav¨ªa muchas cosas salen baratas y algunas hasta gratis total. Por eso el turismo sanitario de los que vienen a medicarse o a operarse. Tambi¨¦n s¨¦ de numerosos casos de africanos (no precisamente los m¨¢s pobres) que aterrizan en Manises y al d¨ªa siguiente ya se benefician de los costosos tratamientos contra el sida, sin que medie inspecci¨®n ni control.
La Generalitat reclama al menos 180 millones al gobierno de Espa?a alegando que se atiende a 740.000 personas m¨¢s que en 1999, las cuales gastan 773 millones. De los convenios con la Uni¨®n Europea se habr¨ªan recibido s¨®lo 90 en 2005 (no dice cu¨¢nto aportaban los gobiernos de Aznar, pero en fin... lo pasado, pasado est¨¢, gracias a Esculapio).
Racionalizar no es racionar. Pero en verdad apremia, precisamente a favor de la justicia social, un replanteamiento de a qui¨¦n endosar la factura sanitaria para que nadie abuse injustamente. Sea de aqu¨ª o de all¨¢. "Este es un gasto brutal", sentenci¨® el decano de los m¨¦dicos, "por tener una tierra maravillosa". Bienvenido todo el mundo. Pero, por favor, no nos tomen el pelo.
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