El ej¨¦rcito de las t¨²nicas
Los monjes birmanos tienen una larga tradici¨®n de activismo pol¨ªtico
Los monjes budistas constituyen la instituci¨®n m¨¢s influyente en la antigua Birmania, no s¨®lo por su condici¨®n de gu¨ªas espirituales, sino tambi¨¦n por una tradici¨®n de activismo pol¨ªtico que arranca en su papel de intermediarios entre el pueblo y los reyes que gobernaron el pa¨ªs hasta finales del siglo XIX.
Fue este ej¨¦rcito azafr¨¢n el que encabez¨® las protestas contra el poder colonial brit¨¢nico y las movilizaciones en favor de la democracia en 1988. Son ellos, tambi¨¦n, los que han vuelto a ocupar las calles contra un r¨¦gimen que perpet¨²a los abusos y la pobreza.
No obstante, seg¨²n los expertos, s¨®lo cerca del 10% del medio mill¨®n de monjes birmanos est¨¢ realmente politizado. El resto vive, por el momento, ajeno a las actuales movilizaciones, recluidos en los monasterios que salpican todas las poblaciones de este pa¨ªs monta?oso y eminentemente rural.
Los monasterios est¨¢n lejos de ser lugares cerrados: muchos legos ingresan por periodos cortos para meditar y orar. La pr¨¢ctica del budismo, que podr¨ªa definirse como una religi¨®n no te¨ªsta (no se habla de Dios alguno), o como una filosof¨ªa de transformaci¨®n y liberaci¨®n "interior", requiere pautas concretas de comportamiento y un entrenamiento espiritual.
Adem¨¢s, los monasterios se han convertido en una alternativa educativa para los hijos de las familias pobres. Los novicios deben pasar ex¨¢menes religiosos y aceptar m¨¢s de 220 restricciones.
Los monjes ofrecen orientaci¨®n y participan en ceremonias, como bodas o funerales. A cambio, reciben donaciones en especie, puesto que tienen prohibido manejar dinero. En esta austeridad est¨¢ su fortaleza: el rechazo de una d¨¢diva supone para el donante el mayor castigo, al restarle credibilidad espiritual. De ah¨ª que el anuncio de los monjes de que no aceptar¨ªan ninguna limosna del r¨¦gimen militar es un duro golpe para los miembros de la junta, al echar por tierra su imagen piadosa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.