"Claro que sigo cabreado"
Jos¨¦ Manuel Caballero Bonald, 80 a?os, jerezano. El autor de Tiempo de guerras perdidas, uno de los grandes libros de memorias de la posguerra, ve ahora con alborozo la aparici¨®n de la antolog¨ªa de su obra po¨¦tica, Summa Vitae, editada por Galaxia Gutenberg y preparada por Jenaro Talens. Est¨¢ contento. Pero sigue cabreado. Aqu¨ª explica por qu¨¦.
Pregunta. Un t¨ªtulo en lat¨ªn. Summa Vitae.
Respuesta. Es de un poema. Lo eligi¨® Talens. Es como una s¨ªntesis de mi historia personal.
P. ?Y qu¨¦ hay en esa historia personal?
R. De todo: indignaciones, amores, amor¨ªos; una vida larga y compleja.
P. ?Un resumen agrio, dulce?
R. Da para mucho la vida de una persona que ha vivido 80 a?os y que se sigue defendiendo de muchas cosas que aparecen cada ma?ana en la prensa. Basta repasar las noticias del d¨ªa, esa sarta espantosa de im¨¢genes, guerras miserables, injusticias, lo que pasa con los derechos humanos, para imaginar el cabreo que me embarga. Yo trato de recuperar la dignidad de vivir.
"La vejez es una cosa atroz; miras atr¨¢s y ves cada vez m¨¢s pasado y menos porvenir, y eso te angustia"
"Soy un ciclot¨ªmico literario, cuando no escribo me ocupo de lo cotidiano y de la pol¨ªtica, y eso me alarma"
P. El cabreo comenz¨® con la segunda guerra de Irak. Ah¨ª volvi¨® a escribir poes¨ªa, indignado.
R. Cabreado. Y sigo cabreado. Ah¨ª empez¨® una fase de mi experiencia, que se ha mantenido con bastante intensidad durante todos estos a?os. Y no porque yo escriba de la realidad; la literatura no es una fotocopia de la realidad, sino una nueva versi¨®n de esa realidad. La verdad no tiene nada que ver con la literatura, toda literatura es ficci¨®n, incluida la poes¨ªa. El atav¨ªo del texto es lo que justifica la actividad del escritor.
P. La literatura no es la mentira.
R. Pero es una ficci¨®n, inventa la verdad. Y lo que ha de hacer un escritor es indagar en el lenguaje, huir del estancamiento, del realismo de vuelo rasante. Que las palabras signifiquen m¨¢s de lo que significan en el Diccionario de la Lengua. Eso es la poes¨ªa.
P. Dice que est¨¢ m¨¢s cabreado.
R. Lo estoy. No quiero convertirme en un viejo cascarrabias, no me gusta, pero cada vez hay una tropa mayor de majaderos, fantoches y tentetiesos. Me dan ataques de c¨®lera que procuro dominarme. Pero no tengo edad de aguantarme.
P. ?Esa tropa tambi¨¦n est¨¢ en la literatura?
R. Y es bastante copiosa, pero est¨¢n tambi¨¦n por la vida cotidiana. Yo soy un ciclot¨ªmico literario, as¨ª que cuando no escribo me ocupo bastante de la vida cotidiana y de la pol¨ªtica, y eso me alarma y me sofoca.
P. ?Qu¨¦ ve mal en la pol¨ªtica?
R. Veo incertidumbres, tanteos, por parte de la izquierda, y en la derecha veo a gente tozuda que se parapeta en esas barricadas del inmovilismo, del conservadurismo, del pensamiento ¨²nico, etc¨¦tera.
P. ?Y la cosa est¨¢ mejor o peor que antes?
R. Me alarma, me inquieta lo que pasa, y no s¨¦ qu¨¦ va a pasar. ?Pero no estamos hablando de poes¨ªa!
P. El origen de su indignaci¨®n es aquella invasi¨®n decidida por Bush despu¨¦s de hablar, entre otros, con Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. EL PA?S acaba de publicar las actas.
R. ?Y has visto, parecen un par de g¨¢nsteres! Una cosa inaudita. Un par de g¨¢nsteres intentando liquidar a una persona de la manera m¨¢s burda... Una conversaci¨®n desquiciada. En qu¨¦ manos estamos, c¨®mo es posible que esa sea una conversaci¨®n de pol¨ªticos, el m¨¢s poderoso y el m¨¢s tonto, en una sola persona, y el m¨¢s tonto que es, en ese encuentro, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar. Incre¨ªble. Parec¨ªa un invento, que alguien hubiera reproducido imaginativamente ese di¨¢logo.
P. ?C¨®mo se traslada al verso esa indignaci¨®n?
R. No necesariamente de una forma directa; a veces eso se filtra entre otras formas de hacer poes¨ªa. La poes¨ªa es un acto de lenguaje, en ¨¦l pueden salir a relucir esas indignaciones, esas c¨®leras, pero no de una forma directa.
P. En este Summa Vitae habr¨¢ memoria personal. ?Pudor?
R. Yo soy muy pudoroso para sacar a flote mi intimidad, tiendo a evitarlo por todos los medios. Hay cosas que quiero demasiado, forman parte de mi repertorio de amores, y no tengo por qu¨¦ hacerlas p¨²blicas.
P. Pero en la narrativa hay m¨¢s explicaci¨®n de la memoria...
R. Es que la poes¨ªa produce una ocupaci¨®n violenta de la memoria, y la prosa es un desarrollo laborioso de esa memoria. Es como la comunicaci¨®n entre las personas: no te comunicas de la misma manera con todo el mundo... Yo he perdido la salud buscando un adjetivo. Eso es lo que me importa como escritor; lo que me concierne como persona, como hombre preocupado por lo que pasa, es otra cosa; como poeta soy quien soy, pero como ciudadano puedo llegar a ser, incluso, un hombre de acci¨®n pol¨ªtica.
P. Tambi¨¦n la cabrea la edad.
R. La vejez es una cosa atroz; te encuentras de pronto en que te has convertido en un viejo, miras hacia atr¨¢s y ves cada vez m¨¢s pasado y menos porvenir, y eso te angustia en cierto modo. Has escrito todo lo que ten¨ªas que escribir, has cumplido con tu propia vida, con tus ambiciones, y te quedas ya como sentado en tu butaca viendo caer la tarde bajo un ¨¢rbol en el jard¨ªn. Y esa sensaci¨®n de acabamiento, de postrimer¨ªa, produce un sentimiento de fin de trayecto, y ya no hay ning¨²n nuevo punto de partida. Y todo eso es una cabronada, claro.
P. Ning¨²n punto de partida.
R. Ninguno. Lo que me importa literariamente es que estoy haciendo poes¨ªa; ya no voy a hacer ninguna novela, ni ning¨²n nuevo tomo de memorias.
P. Pues, qu¨¦ putada, dir¨¢n sus lectores de memorias.
R. Una putada, efectivamente, pero eso es lo que se me ocurre. Pero poes¨ªa s¨ª escribo; y ahora con bastante intensidad.
P. ?C¨®mo ve ahora a sus cong¨¦neres, los escritores?
R. Veo que se preocupan otra vez por el lenguaje, que la literatura sea una nueva aventura; huyen de la trivialidad a la que estamos acostumbrados. Ya sabemos que se ha institucionalizado, o casi, una novela y una poes¨ªa banales. Y lo que viene parece que se aparta de las herencias del naturalismo y del realismo, que se est¨¢n buscando otras cosas, y eso est¨¢ bastante bien. Ese desentendimiento de la literatura est¨¢ cancel¨¢ndose y se est¨¢ buscando otra literatura cuyo c¨®digo de escritura se entienda como obra de arte.
P. Summa Vitae. ?Un reconocimiento o un homenaje a la vejez?
R. Reconocimiento. Me satisface. Toda antolog¨ªa es como reunir ¨²ltimas voluntades. De esta antolog¨ªa estoy contento: un pr¨®logo espl¨¦ndido de Jenaro Talens, la edici¨®n es magn¨ªfica, cuidada, como ya hay pocas. Me llena de orgullo y me rejuvenece, que falta me hace.
P. Imagine que tiene que hacer un juicio personal de s¨ª mismo, como poeta, a partir de esta antolog¨ªa.
R. Tendr¨ªa una opini¨®n muy entusiasta. Creo que en ese ¨¢mbito literario he conseguido lo que me propuse, aunque todav¨ªa estoy esperando ese gran poema que justifica la vida de un escritor.
P. ?Se acerca alguno a ese gran poema pendiente?
R. Ser¨ªa un compendio de varios. ?De otros? Uno del mundo cl¨¢sico, Luis de G¨®ngora, Las soledades, y otro moderno, Espacio, de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez.
P. ?Y un verso suyo?
R. 'S¨®lo es verdad lo que a¨²n no conozco'.
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