"Mi secta era la anorexia"
La modelo de la pol¨¦mica foto de Toscani describe su calvario en un 'blog'
Esperaba con impaciencia a que llegaran las cinco de la madrugada, hora a la que me conced¨ªa el derecho a beber por fin unos tragos de coca-cola light y mis dos tacitas de t¨¦, que degustaba en una suerte de ritual euf¨®rico, con la ayuda de la cucharilla m¨¢s peque?a que pude encontrar en el mercado". Un poco de l¨ªquido, algo de chocolate y dos pastelillos de fresa constitu¨ªan la dieta diaria de Isabelle Caro, obsesionada siempre con la b¨¢scula. Nada sorprendente en una joven anor¨¦xica atrapada en el laberinto de una enfermedad terrible y de dif¨ªcil control m¨¦dico. Una enfermedad "que responde a una voluntad activa de restringir la propia alimentaci¨®n y de perder peso, aunque se sea ya delgada", cuenta ella misma en su blog. La autora tiene una visi¨®n clara de lo que significa vivir con ese mal. "Era como la prisionera de una secta de la que yo misma era el gur¨². Rechazaba todo deseo, todo placer; nociones prohibidas en mi vida, que iba en busca de la perfecci¨®n de un ideal de pureza".
No se puede tratar la anorexia, sino a las anor¨¦xicas, dice Isabelle, enferma desde los 13 a?os
Isabelle Caro, parisiense, de 27 a?os, cuenta su lucha contra la enfermedad en un 'blog'
Isabelle Caro, parisiense, de 27 a?os, residente en Marsella, aspirante a actriz, exhibicionista supuestamente en aras de una buena causa -la lucha contra la anorexia-, ha dejado de ser esa "prisionera" de la anorexia, como ella misma se describe, gracias a una fotograf¨ªa. Aunque todav¨ªa no haya logrado vencer la enfermedad, se siente ya capaz de combatirla con ¨¦xito. Y todo gracias a una foto.
Su desnudo esquel¨¦tico, escogido como reclamo publicitario de una marca de ropa durante la semana de la moda de Mil¨¢n, ha dado la vuelta al mundo. ?Objetivo declarado? Llamar la atenci¨®n sobre el drama de la anorexia, una enfermedad que atrapa a decenas de miles de adolescentes en el mundo desarrollado, incapaces de adaptarse a la configuraci¨®n f¨ªsica y mental que exige la vida de adulto. Pero la imagen de Isabelle ha alcanzado un segundo objetivo m¨¢s lucrativo, el esc¨¢ndalo ha ampliado el efecto publicitario que buscaba la marca de moda -y el fot¨®grafo Oliviero Toscani, maestro del esc¨¢ndalo-, y la fama ha tocado con su varita m¨¢gica tambi¨¦n a la chica.
Pero ?qui¨¦n es realmente Isabelle Caro, esa desconocida aupada al estrellato seguramente ef¨ªmero gracias a un esc¨¢ndalo medi¨¢tico? Ella misma se explica en dos blogs repletos de fotograf¨ªas suyas. Isabelle, en biquini a la vuelta de sus vacaciones en la Costa Azul. Isabelle, posando con vestido transparente de un rojo brillante para las c¨¢maras de una fot¨®grafa de prensa. Isabelle, con sus vecinas de Marsella. Isabelle, con su gato Sat¨ªn. Isabelle por todas partes. Siempre sonriente. En cualquiera de sus dos blogs. Uno dedicado a sus aficiones y sus se?as de identidad m¨¢s externas, por as¨ª decir: edad, curr¨ªculo art¨ªstico, pasiones vitales. El otro, monopolizado por el relato de su infancia, poco convencional; su adolescencia, en las garras de la anorexia ya, y su paso por los hospitales, a los que dedica las mayores cr¨ªticas. Isabelle anuncia, adem¨¢s, un libro en el que dar¨¢ cuenta con todo detalle de estos episodios. Por ejemplo, el de su paso por un hospital de la regi¨®n de Hauts-de-Seine en el que la trataron como a una anor¨¦xica m¨¢s. "Quer¨ªan aislarme del mundo exterior, era el tratamiento de las anor¨¦xicas", cuenta. "No se daban cuenta de que cada caso es diferente. ?se es el problema, me humillaron durante cuatro meses con un control de peso para dejarme salir... ?Era simplemente el horror!".
Isabelle ten¨ªa entonces 23 a?os y pesaba 26 kilos. Su cuerpo era poco m¨¢s que un mont¨®n de huesos, teniendo en cuenta sus 163 cent¨ªmetros de estatura. Viv¨ªa con su madre, y estaba ya segura de los or¨ªgenes de su enfermedad: una infancia an¨®mala. La anorexia era la consecuencia directa de una vida de reclusi¨®n casi total entre los 4 y los 11 a?os, cuando su madre, obsesionada con el paso del tiempo, decidi¨® protegerla de esa contingencia encerr¨¢ndola en el peque?o chal¨¦ que compart¨ªan las dos con su padrastro, a las afueras de Par¨ªs. El amor desbordante y obsesivo de la mujer que lo era todo para ella acab¨® por arrojarla en brazos de la enfermedad.
Un nuevo tratamiento m¨¦dico y una psicoterapia adecuada han permitido a Caro afrontar la vida con nuevo optimismo. Ella misma lo confiesa encantada, junto a los detalles de su colaboraci¨®n fotogr¨¢fica con Oliviero Toscani y de las m¨²ltiples apariciones medi¨¢ticas que ha tenido en las ¨²ltimas semanas. Isabelle parece m¨¢s segura de s¨ª misma, aunque no lo tiene todo claro. A los 27 a?os, otra cosa ser¨ªa sorprendente. Pero a la luz de las decisiones que ha sido capaz de tomar y del pulso firme con el que parece manejar su carrera profesional, parecen totalmente desfasados algunos de los comentarios que figuran en su blog. "?Qui¨¦n soy? La verdad es que no lo s¨¦. Una artista, una actriz, una apasionada del teatro y, sobre todo y ante todo, una enamorada de la vida, de su belleza y de la riqueza del universo terrestre que nos ofrece la naturaleza... Sin embargo, cada d¨ªa se me presenta como una lucha permanente contra la anorexia... Anna, esta Anna, esta enfermedad a la que yo llamo Anna: la anorexia, que vive en m¨ª desde que cumpl¨ª los 13 a?os".
Ahora se abre ante ella un nuevo horizonte. Su cuerpo esquel¨¦tico, que ha provocado disgusto y admiraci¨®n a partes iguales, ha dejado de ser su enemigo. Pero ser¨ªa terrible que Isabelle Caro -y con ella las decenas de miles de chicas presas en el laberinto de la anorexia- hubiera llegado a la conclusi¨®n, a sus 27 a?os, de que en este mundo todo es susceptible de explotaci¨®n medi¨¢tica. Lo bueno y lo malo. Lo sano y lo enfermo. Y que la lecci¨®n de todo esto fuera que despu¨¦s de todo le debe la fama a ese cuerpo esquel¨¦tico, a la anorexia.

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