Ibarretxe se envuelve en la bandera 'abertzale'
El PNV celebra hoy un Alderdi Eguna marcado por la renuncia de Imaz y la consulta anunciada por el 'lehendakari'
El plan de acci¨®n marcado el viernes por el lehendakari, Juan Jos¨¦ Ibarretxe, ha dejado a la vista que, a efectos pr¨¢cticos, est¨¢ ejerciendo como primer dirigente y principal referente ideol¨®gico del PNV, quebrando la tradicional bicefalia peneuvista. El Alderdi Eguna (D¨ªa del Partido) lo dejar¨¢ ver hoy en las campas de Foronda, cerca de Vitoria.
La divisi¨®n interna, la preocupaci¨®n por sus consecuencias ante las cercanas elecciones generales, que el PNV afronta en plena curva descendente de resultados desde las auton¨®micas de 2005, y el miedo a una escisi¨®n han permitido a Ibarretxe jugar muy fuerte. Ya durante el mes de julio, y en torno a las fechas de la publicaci¨®n del art¨ªculo de Josu Jon Imaz en el que echaba el freno a la consulta, tanto Joseba Egibar ante la ejecutiva guipuzcoana que preside, como el m¨¢ximo dirigente alav¨¦s del PNV, I?aki Gerenabarrena, agitaron la alternativa de la disoluci¨®n inmediata del Parlamento vasco para convocar elecciones anticipadas.
El 'lehendakari' gana la batalla interna e intenta convertirse en el referente nacionalista
El PNV sab¨ªa que Ibarretxe no continuar¨ªa si se le cortocircuitaba su apuesta por la consulta
El argumento coincidente de ambos l¨ªderes del sector soberanista fue que la postergaci¨®n de la consulta privaba a Ibarretxe de programa de calado pol¨ªtico para el resto del mandato y lo condenaba a languidecer en la mera gesti¨®n, seg¨²n fuentes del PNV. Quedaba sin sentido, argumentaban, continuar una legislatura ya de por s¨ª correosa por las derrotas parlamentarias y las discrepancias entre los tres partidos del Gobierno (PNV, Eusko Alkartasuna y Ezker Batua), con sus relaciones muy deterioradas tras los pactos y traiciones que siguieron a las elecciones locales de mayo.
El PNV supo que Ibarretxe, tal y como revel¨® indirectamente en su discurso del viernes, no seguir¨ªa "ni un minuto m¨¢s" si se le cortocircuitaba la consulta sobre el derecho a decidir (la autodeterminaci¨®n). En el nacionalismo hay un precedente similar, salvando todas las distancias temporales y circunstanciales: el pulso que plante¨® a la direcci¨®n del PNV el entonces lehendakari Carlos Garaikoetxea durante los meses anteriores a las elecciones de febrero de 1984. El enfrentamiento tambi¨¦n llev¨® aparejada la renuncia, en aquel caso claramente t¨¢ctica y temporal, del entonces presidente del partido, Xabier Arzalluz.
Garaikoetxea amenaz¨® in extremis con no ser candidato y gan¨® el pulso, aunque s¨®lo moment¨¢neamente. Garaikoetxea dej¨® de ser lehendakari un a?o despu¨¦s del episodio y en otro m¨¢s Arzalluz hab¨ªa vuelto a la presidencia del partido, que sufri¨® la escisi¨®n de Eusko Alkartasuna, de la que an¨ªmicamente no se ha recuperado todav¨ªa. La diferencia, adem¨¢s de la consolidaci¨®n del lehendakari como instituci¨®n con el transcurso de los a?os, y de que Arzalluz, a diferencia de ahora Imaz, era ya un l¨ªder consolidado en el partido, estriba en que Ibarretxe lleva ya seis a?os ejerciendo ese papel de principal referente ideol¨®gico del PNV. Y hasta ahora nadie ha cuestionado ese papel, que rompe con la divisi¨®n de funciones (bicefalia) particular del partido entre el presidente del ¨®rgano ejecutivo del partido (EBB) y el lehendakari. Ibarretxe se aup¨® a esa posici¨®n en 2001, tras vencer, en el momento m¨¢s angustioso para el nacionalismo, al frente constitucionalista de Jaime Mayor Oreja y Nicol¨¢s Redondo Terreros, y con la bendici¨®n de un Arzalluz mayor y en retirada.
La victoria del PSOE, la l¨ªnea de entendimiento abierta por Imaz con Zapatero, sus malos resultados de 2005 y el proceso de paz, con el protagonismo en las conversaciones entre el PSE, el PNV y Batasuna, esquinaron a Ibarretxe, pero la recuperaci¨®n del control de las tres diputaciones, que ha permitido a sus aliados dentro del partido (Egibar y Gerenabarrena) lavar sus malos resultados de Guip¨²zcoa y ?lava, terminaron por colocarle en la situaci¨®n de fuerza necesaria.
El alcance del plan expuesto en el Parlamento y la posici¨®n sobresaliente en la que le sit¨²a desmienten que el partido est¨¦ en condiciones no ya de imponerle nada, sino ni siquiera de modularle; al menos, en el corto plazo y hasta que cubra las primeras etapas que se marc¨® el viernes.Ibarretxe ha ganado la batalla interna y todo el plan que expuso en el Parlamento vasco se pone ahora al servicio de la que se apresta a librar externamente en las dos citas electorales del a?o pr¨®ximo, y con la clientela nacionalista y abertzale en su conjunto como diana. Su determinaci¨®n apunta a una vocaci¨®n de extender ese papel de referente integral reconquistado en su partido a la totalidad del nacionalismo. Eso incluye a la izquierda abertzale, a la que ha arrebatado su bandera, la autodeterminaci¨®n, dej¨¢ndole como se?a de identidad casi exclusiva la que s¨®lo le lastra: su vinculaci¨®n al terrorismo.
Todo el dise?o parece dirigido al intento de crear una situaci¨®n lo m¨¢s parecida posible a la de las auton¨®micas que tuvo que adelantar en 2001, tras obligarle el asesinato del socialista Fernando Buesa a romper su pacto de colaboraci¨®n parlamentaria con la izquierda abertzale. Si se da esa situaci¨®n, volver¨¢ a reclamar el voto desde ese justo centro que para ¨¦l es la distancia entre ETA y el Gobierno que niega el derecho a decidir.
La inc¨®gnita es el efecto que sobre su figura hayan tenido tambi¨¦n los a?os transcurridos desde 2001 y si el electorado percibe de nuevo la situaci¨®n como tragedia o la repetici¨®n la convierte a sus ojos en farsa. Las elecciones generales de marzo ofrecer¨¢n un primer contraste y las auton¨®micas del oto?o el definitivo.
Ibarretxe busca una situaci¨®n como la de 2001: una confrontaci¨®n de tal calibre con el constitucionalismo que le funcione de nuevo como resorte electoral y que movilice en su favor todo el voto nacionalista, incluido el que sigue fiel a la ilegalizada Batasuna.
[La organizaci¨®n terrorista ETA afirma en su ¨²ltimo zutabe (bolet¨ªn interno) que el Gobierno "suscribi¨® un acuerdo pero sin voluntad de cumplirlo" , s¨¦g¨²n informa Gara en la edici¨®n de hoy. ETA manifiesta que "la llave" para alcanzar el final del conflicto reside ahora en "el acuerdo pol¨ªtico entre los agentes vascos, en preguntar a los ciudadanos vascos y el respeto de Espa?a y Francia a la voluntad de la ciudadan¨ªa"].
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