El Ecuador que saldr¨¢ de la cabeza de Correa
El l¨ªder ecuatoriano pretende redactar una Constituci¨®n que impulse un pa¨ªs m¨¢s presidencialista y con mayor presencia del Estado
El presidente ecuatoriano, Rafael Correa, tiene bastante claro c¨®mo quiere que sea su "patria nueva", como ¨¦l define a la "refundaci¨®n" pol¨ªtica y econ¨®mica del pa¨ªs andino. Si sus candidatos obtienen la mayor¨ªa de los asamble¨ªstas que ser¨¢n elegidos hoy para redactar la nueva Constituci¨®n, algo bastante probable seg¨²n los sondeos, propondr¨¢n un Estado descentralizado, muy presente en la econom¨ªa y con un fuerte r¨¦gimen presidencialista, m¨¢s de lo que ya es.
"Nosotros propusimos rebajar el poder del presidente, crear una figura parecida a la de un primer ministro que sirviera de enlace con el Congreso. Creemos que si tras la Asamblea surge un Parlamento m¨¢s profesional y serio, es el momento de buscar un mayor equilibrio de poderes. Desafortunadamente, el proyecto final fortalece el presidencialismo y da plena facultad del Ejecutivo para gestionar el presupuesto y para disolver el Congreso", explica Edwar Vargas, miembro de la comisi¨®n a la que Correa encarg¨® redactar un borrador de Constituci¨®n. La comisi¨®n estaba compuesta de ocho acad¨¦micos de diferentes universidades y un representante del Gobierno.
La Asamblea contar¨ªa con ocho meses para redactar la nueva Constituci¨®n
"?Qu¨¦ Constituyente? Lo esencial es respetar la ley y dejar de robar", dice el taxista Franklin
Vargas explica que el texto, de m¨¢s de 300 art¨ªculos, es s¨®lo orientativo para la Asamblea y que para redactarlo se tuvieron en cuenta casi 200.000 propuestas que los ciudadanos enviaron a la comisi¨®n, una iniciativa que puso en marcha el ex presidente Alfredo Palacio en 2005, tambi¨¦n para retocar la ley fundamental.
"La mayor¨ªa de la gente pide tres cosas: descentralizaci¨®n y reordenaci¨®n territorial -Quito, Guayaquil y Cuenca aventajan mucho en prosperidad al resto del pa¨ªs-, un Consejo de Planificaci¨®n Econ¨®mica capaz de dise?ar pol¨ªticas a largo plazo -existe pero es una mera dependencia del Ejecutivo- y un Congreso ¨¦tico y profesional", cuenta.
"Con la Constituci¨®n de 1978 [a?o en que Ecuador recupera la democracia] y la de 1998, el presidente se ha ido fortaleciendo con el control del dinero p¨²blico mientras el Congreso se ha dedicado a bloquear las propuestas y chantajear al Gobierno de turno. Para sacar adelante una ley econ¨®mica, el Ejecutivo lo hac¨ªa por decreto o comprando a los legisladores. Esta forma de funcionar se hizo tan habitual que nos costar¨¢ cambiar de mentalidad, pero tenemos que intentarlo", dice Juan Paz y Mi?o, reconocido historiador de las Constituciones ecuatorianas y cercano al presidente Correa.
No hay una propuesta concreta de qu¨¦ Congreso se quiere para el nuevo Ecuador, pero al final es la sabidur¨ªa popular la que tiene la respuesta: "Lo esencial es respetar la ley y dejar de robar; si logramos s¨®lo esto, ya tendremos una nueva patria, qu¨¦ Constituyente ni qu¨¦ cuentos", dice el taxista Franklin Zambrano mientras conduce por las desiertas calles de Quito en la jornada de reflexi¨®n. A su lado, Nelson, uno de los tres pasajeros del taxi, dice que lo que no quiere es que el gasto p¨²blico se dispare.
Nelson tiene 24 a?os y estudia Econ¨®micas en la universidad. "En este momento se dan casi 4.000 millones de d¨®lares [2.800 millones de euros] s¨®lo en subsidios, sin contar los gastos corrientes. Eso es alrededor del 30% del presupuesto... No estoy en contra de que el Estado ayude a quien lo necesite, s¨®lo espero que ¨¦sa no sea la ¨²nica pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno... Y no se crea que nos salva el petr¨®leo, nos salvan las remesas de los que emigraron".
El proyecto econ¨®mico de los candidatos del Gobierno y sus aliados de los partidos de izquierda se llama "econom¨ªa solidaria". "En esta idea el ser humano es el mayor beneficiario, pero tambi¨¦n el mayor productor... En Ecuador a¨²n hay una explotaci¨®n salvaje del trabajador, la sanidad y la educaci¨®n no son universales y no se respeta el medioambiente", explica Alberto Acosta, cabeza de lista del grupo de Correa. "El Estado tiene que tener una funci¨®n reguladora y de control, estar donde sea necesario. No hablo del Estado como un actor ¨²nico, pero convengamos en que el mercado no lo puede dar todo. ?C¨®mo era esa frase? El mercado es buen sirviente pero un p¨¦simo amo". Sobre la nacionalizaci¨®n de los llamados sectores estrat¨¦gicos, Acosta responde: "El Estado es el estrat¨¦gico, no los sectores".
"Cr¨¦ame que Correa cada vez toma mayor distancia del proyecto chavista. La nueva Constituci¨®n no hablar¨¢ de r¨¦gimen socialista, ni vulnerar¨¢ la propiedad privada, ni nada de eso... Es un texto de principios: solidaridad, equidad...", explica Paz y Mi?o. "Reconozco que no ha sido muy afortunado por parte de Rafael hablar del "socialismo del siglo XXI" porque es inevitable que se le asocie con Hugo Ch¨¢vez, que recurre a esa idea permanentemente... Correa es terco, pero tiene una gran formaci¨®n acad¨¦mica", a?ade.
Es dif¨ªcil saber hasta d¨®nde ser¨¢ capaz de llegar Correa para imponer su modelo, pero tal vez sea ¨²til saber que es un arduo lector del Nobel de Econom¨ªa Joseph Stiglitz y seguidor de la doctrina social de la Iglesia, admira a Mahatir Mohamad (el ex primer ministro malaisio que dio un portazo al FMI cuando intentaron imponerle un plan de ajuste para salir de la gran crisis de 1998), se emociona con Huasipungo, la novela de Jorge Icaza publicada en 1934 que denuncia la cruel explotaci¨®n ind¨ªgena, e idolatra a Eloy Alfaro, el presidente liberal que moderniz¨® Ecuador a principios del siglo XX y cuya ciudad natal, Montecristi, fue elegida por el presidente para establecer la Asamblea que, si Correa obtiene hoy la victoria, a partir del lunes tendr¨¢ de seis a ocho meses para redactar la nueva Constituci¨®n de Ecuador.
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