Abortos adolescentes
El n¨²mero de embarazos adolescentes sigue creciendo y en consecuencia tambi¨¦n el de abortos. De las 91.600 mujeres que abortaron en Espa?a en 2005, 5.504 ten¨ªan menos de 18 a?os y 1.421 ya hab¨ªan pasado una vez por esa traum¨¢tica experiencia. El n¨²mero de embarazos adolescentes creci¨® ese a?o un 8% respecto al anterior, hasta alcanzar la cifra de 9.600, de los cuales m¨¢s de la mitad termin¨® en aborto.
El problema del embarazo adolescente es que muy pocas veces es deseado y, cuando se produce, ninguna de las salidas es ya satisfactoria. El aborto no es nunca una buena experiencia, ni siquiera para ese porcentaje cada vez mayor de chicas que por falta de madurez o de formaci¨®n incurre con facilidad en relaciones de riesgo pensando que siempre tendr¨¢ la p¨ªldora de emergencia o el aborto como forma extrema de anticoncepci¨®n. Y continuar el embarazo supone con frecuencia asumir una maternidad para la que muchas j¨®venes no est¨¢n preparadas, ni f¨ªsica y psicol¨®gicamente.
Vivimos en la sociedad de la informaci¨®n y la educaci¨®n sexual forma parte del curr¨ªculo educativo, y sin embargo diferentes estudios han puesto de manifiesto que persisten entre las adolescentes ideas err¨®neas e incluso absurdas acerca de la sexualidad. Lo cual indica que no todas las j¨®venes tienen acceso a una informaci¨®n de calidad. Pero incluso cuando la hay, no es seguro que se traduzca en una conducta adecuada. Porque la informaci¨®n es una condici¨®n indispensable pero no suficiente. Informar no es lo mismo que formar, y eso es especialmente importante en un tiempo en que los j¨®venes tienen la oportunidad de ejercer, a edades muy tempranas, una libertad para la que a veces no est¨¢n emocionalmente maduros. La edad media de la primera relaci¨®n sexual est¨¢ en los 16 a?os. Descartada, por in¨²til, la vana pretensi¨®n de recurrir a los viejos modelos represivos para protegerles, habr¨¢ que buscar la forma de llegar a ellos de una manera educativamente m¨¢s eficiente.
No hay suficientes centros de planificaci¨®n espec¨ªficos para j¨®venes; muchas escuelas han ca¨ªdo en un planteamiento rutinario y obsoleto de educaci¨®n sexual y muchos padres han dimitido de esta dif¨ªcil responsabilidad con la excusa de que los j¨®venes ya tienen hoy m¨²ltiples oportunidades de informarse por su cuenta. El resultado es que la percepci¨®n de riesgo ha disminuido y muchos adolescentes tienen relaciones sexuales sin protecci¨®n. Para poder interiorizar esos riesgos y vivir la libertad de una forma responsable hace falta una buena educaci¨®n emocional desde la infancia.
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