Un escritor con br¨²jula
Javier Mar¨ªas confiesa en Segovia que su "vida es modestamente calamitosa"
Cuando a mediados de los noventa Javier Mar¨ªas (Madrid, 1951) volvi¨® a tener con Ma?ana en la batalla piensa en m¨ª un ¨¦xito de la envergadura del que hab¨ªa cosechado con Un coraz¨®n tan blanco, pocos imaginaron que en su siguiente libro iba a abandonar los registros de estas novelas para lanzarse a una aventura radicalmente diferente. Fue Negra espalda del tiempo, que es quiz¨¢ su obra menos comprendida, pero acaso el camino que necesitaba recorrer para abordar despu¨¦s Tu rostro ma?ana, cuya tercera parte acaba de aparecer: Veneno y sombra y adi¨®s (Alfaguara) tiene 705 p¨¢ginas, a las que hay que sumar las 475 de Fiebre y lanza y las 410 de Baile y sue?o.
"Vender unos 15.000 ejemplares, ¨¦sa es la cantidad que corresponde al tipo de literatura que yo hago. Mi ¨¦xito ha sido por tanto un golpe de fortuna y, como s¨¦ que ha sido cuesti¨®n de suerte, puedo hacer lo que quiera. Si las cosas no fueran bien, nunca podr¨ªa quejarme porque lo que ha ocurrido no es natural", dijo el s¨¢bado por la noche en Segovia Javier Mar¨ªas. No cab¨ªa ni un alfiler en la iglesia de San Juan de los Caballeros, hubo colas para entrar y colas despu¨¦s, para que el escritor firmara ejemplares de sus libros a sus lectores. Al empezar, los organizadores del Hay le entregaron una primera edici¨®n de una novela de Dickens. Era el premio por haber sido elegido el escritor de mayor inter¨¦s por el resto de los escritores que participan en el festival.
El p¨²blico lo quiere y sus colegas reconocen su grandeza; tambi¨¦n la cr¨ªtica se ha rendido a Tu rostro ma?ana, pero tiene raz¨®n Mar¨ªas. No es un libro que haga concesiones, carece de trama y de los recursos que suelen atrapar al lector, es muy literario en su manera de repetir muchos motivos, tiene unas marcas de estilo muy personales. En la conversaci¨®n de Segovia, el editor y periodista Manuel Rodr¨ªguez Rivero le pregunt¨® por la tristeza y melancol¨ªa que quedan tras la lectura de la ¨²ltima entrega. "Es un poco la vida misma", dijo Mar¨ªas. "Quiz¨¢ conocemos el rostro que tenemos hoy, pero no el de ma?ana, y, en este caso, al ir descubri¨¦ndolo me ha quedado una cierta conformidad, que no conformismo. Estoy conforme. Ya tuve lo otro y lo tuve con creces", dijo. "?Cu¨¢l de los personajes de esta novela no comete una traici¨®n? Las cosas que pasan no son para ponerse a tocar casta?uelas. Y hay melancol¨ªa. C¨®mo no haberla si en el camino han muerto algunos personajes".
Mar¨ªas empez¨® explicando su manera de trabajar. "Averiguo mis novelas a medida que las escribo", dijo. "Nunca tuve conciencia de hacer una novela tan ambiciosa, el libro ha ido creciendo desde el propio libro". Y coment¨®: "Hay escritores que escriben con mapa, y cuando lo consultan saben que van a encontrarse un r¨ªo, un desierto, una selva, un precipicio. Yo s¨®lo cuento con una br¨²jula y, de pronto, me encuentro con el r¨ªo, el desierto, la selva, el precipicio. Pongo las cosas por azar, por intuici¨®n, de manera arbitraria. Luego ya ver¨¦ c¨®mo en la novela todo eso tiene que convertirse en algo necesario. Y nunca retoco lo que voy dejando atr¨¢s para ajustar lo que encuentro m¨¢s tarde. Hago como en la vida: nadie puede cambiar a los cuarenta lo que le pas¨® cuando ten¨ªa veinte a?os".
En la conversaci¨®n de Segovia se habl¨® un poco de todo (de la Guerra Civil y la Ley de Memoria Hist¨®rica, de periodismo, de esa Espa?a que no sabe reconocer las jerarqu¨ªas, de la memoria y la manera de juzgar el pasado). Incluso Rodr¨ªguez Rivero le record¨® a Mar¨ªas una de las pocas confesiones que hizo durante una entrevista de su propia vida. "Dije que mi vida es modestamente calamitosa. Es verdad. No he hecho mucho de provecho. A un escritor se le puede agradecer por lo que has le¨ªdo, pero eso no significa que lo que haya hecho sea de provecho".
Memoria y humor
Aunque ayer fuera el brit¨¢nico Hanif Kureishi una de las figuras que participaron en la recta final del festival, lo cierto es que el Hay de este a?o ha tenido sabor espa?ol. Hubo lleno en la cita de Almudena Grandes con I?aki Gabilondo en la primera jornada, y lleno en la conversaci¨®n de Manuel Rodr¨ªguez Rivero con Javier Mar¨ªas el s¨¢bado. Ayer por la ma?ana, Julio Llamazares se convirti¨® en periodista eventual y Juan Cruz dej¨® de serlo (no del todo, faltar¨ªa m¨¢s) durante una hora. Cambiaron los papeles para que el protagonismo lo tuviera Ojal¨¢ octubre (Alfaguara), la novela que acaba de publicar el segundo. Cada vez que el escritor leon¨¦s se descuidaba, Juan Cruz le colaba una pregunta. En la entrevista que le hizo Malcolm Otero el viernes, Andr¨¦s Trapiello hizo un exhaustivo repaso de los autores que ama: Juan Ram¨®n, Gald¨®s, Cervantes... El encuentro entre Javier Cercas y F¨¦lix Romeo provoc¨® risas y estuvo cargado de humor (aunque trataran tambi¨¦n asuntos delicados), y Manuel Rivas cerr¨® su participaci¨®n con una magn¨ªfica versi¨®n gallega de la historia del lobo. En todas las charlas, de una manera u otra, sali¨® la Guerra Civil. En todas hubo cercan¨ªa con el p¨²blico. En todas, cada uno de los que entraron hab¨ªa pagado siete euros. ?sa es la noticia, la que siempre da el Hay: que merece la pena pagar para disfrutar de estas cosas.
Babelia
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