Joyas urbanas sin protecci¨®n
El Colegio de Arquitectos pide la protecci¨®n de tres inmuebles al presentar su gu¨ªa sobre los 352 mejores edificios de Valencia
Los tres edificios fueron construidos en la Valencia de los a?os treinta, los tres representan valores arquitect¨®nicos que la ciudad deber¨ªa conservar, ninguno cuenta con f¨®rmulas de protecci¨®n y uno de los tres se halla, adem¨¢s, en estado "lamentable". Lo dijo ayer Francisco Taberner, presidente del Colegio Territorial de Arquitectos de Valencia, en la presentaci¨®n de una gu¨ªa que recoge 352 joyas urbanas, empezando por los romanos (L'Almoina, detr¨¢s de la bas¨ªlica, siglo I antes de nuestra Era) y terminando por David Chipperfield (2006, Veles e Vents, el icono de la Copa del Am¨¦rica), que acaba de salir a la venta y que puede consultarse en www.ctav.es.
Taberner adelant¨® que el colegio pedir¨¢ que los tres inmuebles, incluidos en la Gu¨ªa de Arquitectura de Valencia, sean declarados Bienes de Relevancia Local.
El edificio Cuadrado se llam¨® Casa Rusa porque traslad¨® a Valencia la arquitectura sovi¨¦tica
Del primero se conocen bastantes cosas: El edificio Rialto (construido entre 1935 y 1939, en plena Guerra Civil) se levanta en la plaza del Ayuntamiento y alberga la Filmoteca, un teatro, una sala de fiesta, una cafeter¨ªa y oficinas de la Administraci¨®n. Es menos conocido, en cambio, que fue dise?ado como un cine para 1.400 espectadores distribuidos en cinco plantas. Y que su fachada, firmada por Cayetano Borso di Carminati, influida por el modernismo vien¨¦s y por el dec¨® estadounidense, lo convirti¨® en el primer edificio con vocaci¨®n monumental de la ciudad.
En el segundo s¨®lo se fijan, seguramente, los especialistas, y es el que se encuentra en peor estado de conservaci¨®n. Pero tiene una historia. Est¨¢ en el n¨²mero 49 de la calle de Guillem de Castro, enfrente de los jardines del Hospital. Su construcci¨®n comenz¨® en 1930 y concluy¨® en 1933. Su nombre es Edificio Cuadrado, pero fue conocido como la Casa Rusa. Los hermanos Jos¨¦ Mar¨ªa y Manuel Cuadrado pidieron al arquitecto Joaqu¨ªn Rieta que dise?ara un inmueble que contuviera un almac¨¦n (su negocio) y viviendas "c¨®modas, higi¨¦nicas y econ¨®micas" para sus empleados. Se trata, se?alan los autores de la gu¨ªa, "de la aportaci¨®n valenciana m¨¢s importante en el campo de la vivienda social de los a?os treinta". Un intento, prosiguen, de "adaptar las experiencias sovi¨¦ticas en casas comunales a la especial idiosincrasia del pueblo valenciano".
La mezcla de socialismo real y personalidad local presenta una fachada principal "sobria y racional" y una fachada posterior definida por un patio, que comunica con un lavadero com¨²n, y que recuerda a "las casas de vecinos sevillanas".
Amando Llopis, coordinadores de la obra junto a Taberner, Cristina Alcalde, Jos¨¦ Luis Merlo y Ana Ros -en los textos han participado 18 personas-, declara su debilidad por el tercer inmueble: el Edificio Alonso, 1936-1940, en los n¨²meros 71 y 73 de la calle de San Vicente, esquina con la de X¨¤tiva, enfrente de la Fnac, en una de las manzanas del primer Ensanche valenciano que aloj¨®, anteriormente, el Convento de Jerusal¨¦n. Se trata, aseguran, de la obra m¨¢s representativa de su autor, Luis Albert, influido como el resto de arquitectos de su generaci¨®n, por "el mito del rascacielos norteamericano". Su construcci¨®n qued¨® paralizada por la guerra. Y cuando acab¨®, sus promotores tuvieron que hacer frente a la escasez de materiales.
Son tres ejemplos de una obra que permite ver la ciudad, a trav¨¦s de algunas de sus piezas, con otros ojos.
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