Tirar de nacionalismo
Por no callar
La cosecha de nacionalistas antinacionalistas en este oto?o es tan abundante que son la envidia de las m¨¢s inteligentes setas, letales a veces, pero siempre pel¨ªn indigestas seg¨²n como las pilles
Uno de los problemas del nacionalismo perif¨¦rico es que existe. Otro, que perdura m¨¢s all¨¢ de la vida de sus representantes. Otro, que acostumbra a gravitar en la ¨®rbita de ese nacionalismo que es el espa?olismo, ya sea para quejarse, diferenciarse, reivindicarse o exigir la cuota pertinente acerca de lo que sea. Es muy posible que la pervivencia de los nacionalismos sea cosa detestable, pero si se los liquida de un plumazo, o de un brochazo, aunque sea en una tribuna period¨ªstica, ya me dir¨¢n que hacemos con el principal partido de la oposici¨®n o con un socialismo que se define como obrero y espa?ol. Y as¨ª, se escribe sobre los patriotas terminales, catalanes y vascos mayormente, sin aludir para nada a los centenares de metros de banderita espa?ola que Aznar y los suyos izaron cada fin de semana en la madrile?a plaza de Col¨®n. La patria gutural es una garganta profunda que aglutina todos los resfriados. Y su afon¨ªa de fondo es id¨¦ntica a los furiosos constipados que condena.
A por todas
El Rey de Espa?a ser¨¢ lo que ser¨¢, que no tengo el placer de conocerlo, pero me gustar¨ªa saber d¨®nde estar¨ªamos todos ahora si en la noche del 23-F se hubiera abstenido de ordenar nada menos que a Milans del Bosch la retirada de sus tanques de las calles de Valencia. Con todo el carisma que ten¨ªa, uno no se imagina a Salvador Allende ordenando a Pinochet que cesara inmediatamente de bombardear el Palacio de la Moneda, y, menos a¨²n, al presidente de la Rep¨²blica espa?ola ordenando al general Franco que ni se le ocurriera cruzar el Estrecho con sus tropas. Desde la COPE, entre otras tribunas de exasperaci¨®n innecesaria, se insta una y otra vez a la abdicaci¨®n de Juan Carlos a favor de su hijo, tal vez con la secreta esperanza de que resulte m¨¢s f¨¢cil tumbar al reci¨¦n llegado. El inter¨¦s de la Conferencia Episcopal puede ser meramente ret¨®rico a fin de marear la perdiz para seguir con sus privilegios, entre los que no es el menor la exenci¨®n fiscal inmobiliaria del que disfruta la Iglesia Cat¨®lica. Por ejemplo.
Pero, hombre, Federico
Como profeta, Jim¨¦nez Losantos resulta m¨¢s bien una Casandra baturrica, pero no hay duda de que es un tipo leal, a s¨ª mismo y a sus amigotes. Pero se ve que el hombre siente cierta fobia por la sombra que proyecta, de modo que muda repetidamente de s¨ª mismo para convertirse en otro al ritmo que cambia de cuadrilla de amigotes de casino, y por eso resulta tan letal como Mill¨¢n Astray para las buenas maneras, las buenas opiniones, las buenas costumbres. Ya s¨¦ que el alma humana es contradictoria, y que la madurez tiene que ver con la juventud lo mismo que el cerdo con el jam¨®n, que es comestible a pedacitos previa manipulaci¨®n. Nada peor que un cantama?anas encantado de haberse conocido, como le ocurre tambi¨¦n a S¨¢nchez Drag¨®. Qu¨¦ le vamos a hacer si confunden la libertad de expresi¨®n con la excelencia intestinal del aceite de ricino.
Oriente ha vuelto
Si es que alguna vez se fue. Basta con echar una mirada a los titulares de Internacional de este peri¨®dico para saber d¨®nde se sit¨²an los aut¨¦nticos problemas mundiales. "Reino Unido retirar¨¢ mil soldados de Irak y entregar¨¢ Basora antes de Navidad". "EE UU incluye a Ir¨¢n en su guerra contra el terrorismo". "Un informe del Congreso denuncia las actividades de los mercenarios de Blackwater en Irak". "Ir¨¢n es una amenaza para todos, no s¨®lo para Israel". "Musharraf y Bhutto ultiman un pacto para compartir el poder". "El consorcio ruso de gas natural amenaza a Ucrania con un corte en el suministro". "Las dos Coreas abren una cumbre hist¨®rica para la reconciliaci¨®n". "El enviado de la ONU se re¨²ne en un b¨²nker con el jefe militar birmano". Cualquiera dir¨ªa que no ocurre nada digno de menci¨®n en Europa. Pero no hay duda de la relevancia y la pertinencia de esas informaciones. Y en casi todas anda metido Estados Unidos.
El circuito
Ya es fuerte, ya, que se construya un circuito de F¨®rmula 1 en la maltratada zona del puerto de Valencia con una anchura equivalente a ocho carriles, pero el colmo es que su financiaci¨®n corra a cargo de los futuros propietarios de las viviendas que se edifiquen en la zona al hilo del acontecimiento. No s¨¦ si es que la locura desde?a ya del todo los l¨ªmites de la sensatez, pero hay que ser un tanto raro para comprarse una vivienda en una zona en la que los futuros vecinos tendr¨¢n que soportar el estruendo de los b¨®lidos, la aglomeraci¨®n de gente y las interminables molestias que un circuito urbano de esta clase genera, que a buen seguro ser¨¢ utilizado tambi¨¦n en carreras de menor fama. Y todo en una de las ciudades m¨¢s ruidosas del Mediterr¨¢neo.
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