Confederaci¨®n para Kosovo
A Kosovo se le acaba el tiempo. Si no se logra un acuerdo respaldado por Naciones Unidas de aqu¨ª a principios de diciembre, es muy probable que la mayor¨ªa albanesa de la provincia declare de forma unilateral la independencia, una medida que Estados Unidos ha anunciado que tal vez pueda apoyar.
Ser¨ªa una decisi¨®n desastrosa. Rusia se enfurecer¨ªa, porque tiene miedo a que la secesi¨®n de Kosovo -al margen de que la comunidad internacional la reconozca o no- pueda animar a otros movimientos separatistas en el antiguo imperio sovi¨¦tico. La oposici¨®n de Serbia es incluso m¨¢s en¨¦rgica. Dusan Prorokovic, secretario de Estado de Serbia para Kosovo, ha dicho que su pa¨ªs estar¨ªa quiz¨¢ dispuesto a emplear la fuerza para conservar su soberan¨ªa. E incluso si el Gobierno de Belgrado tiene dudas, los grupos ultranacionalistas podr¨ªan empujar al primer ministro, Vojislav Kostunica, a enviar tropas: la presencia actual de la ONU en Kosovo es muy escasa (s¨®lo 40 "observadores militares" y 2.116 polic¨ªas), pero la llegada de 15.000 soldados de la OTAN puede hacer que cualquier choque armado sea muy peligroso.
Despu¨¦s de ocho a?os de Administraci¨®n internacional, la mayor¨ªa albanesa de Kosovo ha conocido lo que es la libertad y est¨¢ deseando ser plenamente independiente. Pero Serbia asegura que la provincia es una parte fundamental de su tradici¨®n hist¨®rica y cultural, y la poblaci¨®n serbia no aceptar¨ªa la independencia, porque hace tiempo que est¨¢ viendo con desolaci¨®n c¨®mo se desintegra la Gran Serbia, en un proceso cuya etapa m¨¢s reciente fue la secesi¨®n de Montenegro. Serbia s¨®lo est¨¢ dispuesta a conceder a Kosovo una "autonom¨ªa mejorada" y cierta capacidad de firmar acuerdos internacionales.
Sin embargo, aunque ahora las dos partes parecen irreconciliables, no es demasiado tarde para alcanzar un compromiso. Pero eso s¨®lo ser¨¢ posible si se resucita -y se pone al d¨ªa- una vieja instituci¨®n de la comunidad internacional: la Confederaci¨®n de Estados.
Una resoluci¨®n vinculante del Consejo de Seguridad de la ONU podr¨ªa conceder a Kosovo autoridad total y exclusiva sobre sus ciudadanos y su territorio, as¨ª como una capacidad limitada en el escenario internacional. Podr¨ªa autoriz¨¢rsele a firmar tratados comerciales y otros acuerdos que afecten a las personas (por ejemplo, sobre admisi¨®n y circulaci¨®n de extranjeros, extradici¨®n, etc¨¦tera), adem¨¢s de darle derecho a pedir el ingreso en la ONU (que no necesita plena soberan¨ªa ni independencia).
De esa forma, Kosovo podr¨ªa disponer de ciertos s¨ªmbolos del Estado. Sin embargo, habr¨ªa un ¨®rgano decisorio, formado por delegados de Kosovo, Serbia y la Uni¨®n Europea, que tendr¨ªa plena autoridad en los asuntos de pol¨ªtica exterior (por ejemplo, las alianzas y las relaciones con las instituciones econ¨®micas internacionales), defensa, fronteras (en caso de que Kosovo quisiera unirse con Albania) y el trato a la minor¨ªa serbia de la provincia. Es decir, Kosovo y Serbia ser¨ªan dos sujetos internacionales independientes, pero unidos en una confederaci¨®n que depender¨ªa de un ¨®rgano decisorio com¨²n.
Por supuesto, dicha confederaci¨®n ser¨ªa asim¨¦trica, porque la soberan¨ªa del Gobierno serbio sobre el resto del pa¨ªs permanecer¨ªa intacta y ser¨ªa ilimitada, mientras que la "soberan¨ªa" del Gobierno kosovar sobre la provincia tendr¨ªa restricciones. Para evitar que una de las dos partes tuviera ventaja e impusiera decisiones arbitrarias, el ¨®rgano decisorio com¨²n deber¨ªa tener cuatro representantes serbios, dos representantes kosovares y tres representantes de la Uni¨®n Europea, de tal modo que las dos partes necesitaran contar siempre con el voto de los delegados europeos. Adem¨¢s, la UE deber¨ªa crear una fuerza militar peque?a pero eficaz (por ejemplo, unos 5.000 soldados) para respaldar las decisiones del ¨®rgano com¨²n.
Como con cualquier compromiso, las dos partes saldr¨ªan ganando y perdiendo a la vez con este acuerdo. Serbia salvar¨ªa las apariencias y seguir¨ªa teniendo voz en asuntos importantes relacionados con Kosovo, incluido el trato a la minor¨ªa serbia. A su vez, Kosovo obtendr¨ªa una independencia limitada y pasar¨ªa de ser una provincia de un Estado soberano a tener condici¨®n de sujeto internacional capaz de suscribir ciertos acuerdos con otros Estados e incluso incorporarse a la ONU.
La Uni¨®n Europea tambi¨¦n se beneficiar¨ªa, al contribuir a estabilizar una zona muy vol¨¢til. Despu¨¦s, la UE seguir¨ªa vigilando la situaci¨®n para impedir cualquier disputa susceptible de degenerar en violencia.
Una ¨²ltima ventaja de esta soluci¨®n es que ser¨ªa provisional. Hist¨®ricamente, las confederaciones, tarde o temprano, se convierten en federaciones (como ocurri¨® en Estados Unidos, Alemania y Suiza) o, empujadas por fuerzas centr¨ªfugas, se dividen (como en la Rep¨²blica ?rabe Unida, creada en 1958, que tres a?os despu¨¦s se dividi¨® entre Egipto y Siria).
La confederaci¨®n que propongo ser¨ªa, pues, una etapa intermedia (que tendr¨ªa entre cinco y diez a?os de duraci¨®n), al final de la cual Kosovo, seguramente, obtendr¨ªa su plena independencia. Esta manera de retrasar la soluci¨®n definitiva proporcionar¨ªa tiempo suficiente para comprobar las perspectivas de que Kosovo se integre en la Uni¨®n Europea y, por tanto, compartir la "autoridad soberana" con otros Estados independientes, lo cual servir¨ªa quiz¨¢ para desinflar las exigencias nacionalistas desmesuradas de los kosovares.
Antonio Cassese fue el primer presidente del Tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia (TPIY) y es profesor de derecho en la Universidad de Florencia. ? Project Syndicate en colaboraci¨®n con La Repubblica, 2007. Traducci¨®n de M. L. Rodr¨ªguez Tapia.
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