"El mejor golfista de Pedre?a"
Severiano Ballesteros cuenta c¨®mo decidi¨® retirarse en el viaje en avi¨®n m¨¢s largo de su vida
Hace justo 75 a?os, el 9 de octubre de 1932, en Neguri nac¨ªa la Federaci¨®n espa?ola de golf. Uno de los fundadores, que actuaba como presidente del club de Pedre?a, era Marcelino Bot¨ªn... Casi 60 a?os m¨¢s tarde, el hijo de un campesino de Pedre?a (Cantabria) que de ni?o hac¨ªa de caddie en el club por 40 pesetas los 18 hoyos, que como no pod¨ªa jugar en el club se iba a la playa las noches de luna llena con un hierro 3 ensartado en una rama endurecida de abedul, acab¨® convirti¨¦ndose en el mejor jugador del mundo, acab¨® cas¨¢ndose con una Bot¨ªn, una descendiente del fundador...
As¨ª podr¨ªa comenzar a escribirse la vida de Severiano Ballesteros, pero as¨ª, evidentemente, nunca la contar¨ªa el propio jugador. As¨ª, por lo menos, no la cont¨® ayer, aprovechando que organiza el Open de Madrid, en el Foro Ferr¨¢ndiz, espacio de debate del diario As, Ballesteros, quien con sarcasmo y cierta amargura se refiri¨® a s¨ª mismo como "el mejor golfista de Pedre?a de todos los tiempos". "Es que me entrevist¨® uno en la radio el domingo y me present¨® como el mejor deportista de Cantabria...", dijo Ballesteros, quien hace tres meses anunci¨® su retirada del golf profesional. "Y yo le dije eso, que mi autoestima agradec¨ªa enormemente sus piropos, porque hasta entonces s¨®lo me cre¨ªa el mejor de Pedre?a... Nada, pura ignorancia". Para los, pocos, que no lo sepan: lo de menos en el historial deportivo de Ballesteros es que ganara tres Open Brit¨¢nico y dos Masters de Augusta entre 1979 y 1988. Su influencia sobre la evoluci¨®n del golf en Espa?a y en toda Europa ha sido descomunal. Ninguna figura individual ha tenido tanto peso.
"La edad es un n¨²mero. Tengo 50 a?os, pero hago cosas que hacen los de 25", dice Seve
Ballesteros cuenta su vida como si estuviera jugando al golf, de manera espont¨¢nea -"as¨ª est¨¢ mi museo", sonr¨ªe-, se bifurca en las an¨¦cdotas, abre par¨¦ntesis, que funcionan como hiperv¨ªnculos en Internet, se mueve el rat¨®n sobre la palabra subrayada, se abre una mano y por detr¨¢s de una an¨¦cdota sobre c¨®mo estuvo a punto de perder el dinero que le prest¨® su primer mecenas para lanzarse al profesionalismo a los 16 a?os aparece un tel¨¦fono rojo como el de la Casa Blanca en la escalera de su casa de Pedre?a; o encima de su semblanza de sus a?os de caddie hay que hacer clic sobre el nombre de un cliente, un m¨¦dico, y sabremos c¨®mo lograba Ballesteros que le diera frascos de Micebrina para aguantar los 18 hoyos y c¨®mo un delantero calvo del Logro?¨¦s le marc¨® dos goles a su Racing el primer d¨ªa que fue al Sardinero.
Dicen los malos, los realistas, los que no quieren hacerse falsas ilusiones, que a los 50 a?os s¨®lo se es joven para una cosa, para morir. Una sentencia que no est¨¢ hecha para un golfista o no para Ballesteros. "Como dijo Gary Player", reflexiona, "la edad es un n¨²mero. Tengo 50 a?os, s¨ª, pero puedo hacer much¨ªsimas cosas que pueden hacer j¨®venes de 20 o 25 a?os". Pero tambi¨¦n a los 50 Ballesteros supo definitivamente que ten¨ªa que retirarse y encontrarse a s¨ª mismo, al chaval que no pudo tener vida de chaval, ni de joven normal.
"En el fondo, yo ya llevaba mucho tiempo retirado aunque no lo hubiera anunciado", dijo. "Estaba entre el norte y el sur, sin retirarme y sin jugar. Y por eso decid¨ª en enero apuntarme al Champions, el circuito de mayores de 50. Me aburr¨ªa sin competir pero tampoco ten¨ªa motivaci¨®n ni ganas de seguir. Me entren¨¦ muy poco y me fui en mayo a jugar a Alabama. Me reencontr¨¦ con lo que menos me gusta, los viajes, la soledad del hotel an¨®nimo, las horas muertas... No me sent¨ª nada bien, no disfrut¨¦, y eso fue lo que me faltaba para decidirme. Termin¨¦ el ¨²ltimo, empatado, eso s¨ª, como en el primer torneo que jugu¨¦, pero acab¨¦ con birdie en el 18. Y tom¨¦ la decisi¨®n definitiva en el avi¨®n de vuelta, en el viaje, lo que dur¨® ese viaje...".
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