Una ley tard¨ªa, pero necesaria

As¨ª como la ley de la Memoria Hist¨®rica no puede fijar doctrina sobre el pasado hist¨®rico de Espa?a, creo que tampoco debe intentar devolver la dignidad a las v¨ªctimas del franquismo, pues de ning¨²n modo la perdieron al ser perseguidas, encarceladas o asesinadas por un r¨¦gimen dictatorial y sanguinario. Quienes s¨ª perdieron esa dignidad fueron los responsables de ello y, en cierta medida, los miembros de una sociedad que hasta ahora daba la espalda al reconocimiento pleno de las v¨ªctimas y a su justa reparaci¨®n. Est¨¢ por ver que la ley supere esa injusticia al completo, pero, al menos, da un paso adelante importante, aunque es lamentable que su retraso haya impedido que muchas personas hayan podido acogerse a ella.

Por lo dem¨¢s, es dudoso que, como dice el editorial, las leyes en vigor obliguen al Estado a exhumar, identificar y enterrar dignamente en los cementerios los restos yacentes en fosas comunes de la guerra civil. Esas actividades las vienen haciendo asociaciones de voluntarios, como es sabido, no siempre con la colaboraci¨®n de las administraciones p¨²blicas (aunque algunas de ellas ¨²ltimamente otorgan subvenciones). Y cuantas veces estas asociaciones han solicitado a los juzgados su intervenci¨®n en estas cuestiones, han hallado la inhibici¨®n m¨¢s absoluta.