Bob Denard, mercenario
Estuvo implicado en muchas operaciones de desestabilizaci¨®n de Gobiernos en ?frica tras la descolonizaci¨®n
A Bob Denard no le gustaba que le llamasen mercenario, pero admit¨ªa que lo era. Aseguraba no haber intervenido militarmente nunca en contra de los intereses franceses, pero tambi¨¦n que jam¨¢s hab¨ªa cobrado del Estado franc¨¦s para intervenir como militar en distintos golpes de Estado. Robert Denard, que ten¨ªa 78 a?os, era un artesano del golpe sucio, de ¨¦sos con los que se hac¨ªa caer a un dictador africano para reemplazarlo por otro y luego, si el anterior no hab¨ªa sido asesinado, colocarlo de nuevo al frente del Estado cuando el usurpador comenzaba a ser inc¨®modo y a creerse que gobernaba por sus propios m¨¦ritos y poderes.
Hace unos pocos a?os Denard public¨® sus memorias en un libro titulado Le Corsaire de la R¨¦publique, una larga entrevista realizada por un antiguo compa?ero militar. Denard, que a los 16 a?os se hab¨ªa enrolado como marinero, se incorpor¨® luego al Ej¨¦rcito franc¨¦s en Indochina, participando en la lucha del Ej¨¦rcito colonial contra los independentistas vietnamitas. All¨ª fue gravemente herido, con quemaduras importantes, al participar en una acci¨®n de comandos.
Acabada la guerra en Asia, Denard reaparece como agente de la polic¨ªa marroqu¨ª, al servicio siempre de los intereses franceses. M¨¢s tarde intervendr¨¢ en Kananga, es decir, en la actual Rep¨²blica del Congo, organizando atentados e implicado en maniobras de desestabilizaci¨®n a favor de los poderes coloniales. En la d¨¦cada de los sesenta particip¨® en operaciones dirigidas por los servicios secretos franceses en conflictos tras la descolonizaci¨®n.
La ¨²ltima gran aventura del personaje la vivi¨® en las Comores, archipi¨¦lago que se declar¨® independiente de Francia pero que Par¨ªs segu¨ªa controlando a trav¨¦s de peque?as tropas mercenarias. Tal y como explica en su libro, Denard hab¨ªa sido recibido en diversas ocasiones por Jacques Foccart, el hombre que manejaba los hilos de los intereses galos en ?frica a cuenta del general De Gaulle y que impulsaba las operaciones ilegales que ninguna diplomacia pod¨ªa asumir.
Esa connivencia con el poder leg¨ªtimo fue desmentida en repetidas oportunidades por Foccart, pero los indicios de su veracidad son m¨²ltiples, el ¨²ltimo de los cuales el hecho de que Denard fuese atendido durante los ¨²ltimos meses de su vida en el hospital en el que ha fallecido, el de Val-de-Gr?ce, en Par¨ªs, militar y reservado a jefes de Estado o militares de alta graduaci¨®n.
A partir de la ca¨ªda del Muro, es decir, a partir de la desaparici¨®n de la guerra fr¨ªa, que permit¨ªa a los franceses operar en tierra de nadie con el visto bueno de sovi¨¦ticos y estadounidenses, la supervivencia del oficio de mercenario ha entrado en crisis. Las grandes compa?¨ªas han asumido las responsabilidades que antes reca¨ªan sobre unos pocos hombres dispuestos a hacer lo que fuese a cambio de una soldada. ?l estuvo tambi¨¦n en Benin, Angola y Biafra. Hab¨ªa nacido en Burdeos, en 1929, y se hab¨ªa casado siete veces.
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