La levedad ideol¨®gica de la izquierda europea
El fin de las ideolog¨ªas, anunciado repetidamente por ide¨®logos de la derecha, del centro e incluso de la izquierda, es un puro camelo. Vivimos inmersos en m¨²ltiples magmas ideol¨®gicos. Producen ideolog¨ªa a espuertas, entre otros, las iglesias cristianas y, muy en particular, la jerarqu¨ªa de la cat¨®lica, los mesi¨¢nicos del islamismo, los neoconservadores y los neoliberales, la publicidad (con demoledora eficacia), los medios de comunicaci¨®n con la televisi¨®n al frente, que no s¨®lo la producen, sino que son difusores de casi todas las ideolog¨ªas. ?Y qu¨¦ ideolog¨ªa producen las izquierdas? Para empezar, al hablar de izquierdas hay que precisar a qu¨¦ nos referimos. Como bien dice Jorge Sempr¨²n, "es dif¨ªcil saber qu¨¦ es la izquierda en un mundo tan confuso como el nuestro" (EL PA?S, 16 de junio de 2006). ?Es izquierda el Partido Comunista chino, que impone un f¨¦rreo control pol¨ªtico, impide el ejercicio de las libertades p¨²blicas e impulsa la implantaci¨®n de un capitalismo salvaje? ?Son izquierda, y qu¨¦ izquierda son, los populismos de Nicaragua, Venezuela, Brasil y Bolivia? Hallar un denominador com¨²n entre esas experiencias resulta dif¨ªcil.
Resulta dif¨ªcil hallar un denominador com¨²n entre las experiencias de izquierdas
Tal vez Europa, que con su Revoluci¨®n Industrial fue la cuna de la izquierda pol¨ªtica moderna, siga siendo una referencia obligada. Pero, ?qu¨¦ hay que entender hoy por izquierda europea, disueltos, residuales o reconvertidos en un totum revolutum los partidos comunistas, anclados en el autismo dogm¨¢tico los grup¨²sculos trotskistas y mao¨ªstas, incapaces de dotarse de una coherencia doctrinal los altermundistas? Si existiera un partido de izquierda europeo com¨²n -el mercado ha llegado a ser com¨²n en Europa, la pol¨ªtica no-, probablemente ser¨ªa un cruce de socialdemocracia alemana y escandinava, laborismo brit¨¢nico y socialismo mediterr¨¢neo. Pero ese h¨ªbrido no existe. La izquierda sociol¨®gica y electoralmente mayoritaria en Europa est¨¢ representada por las formaciones pol¨ªticas que invocan la tradici¨®n socialista en su expresi¨®n socialdem¨®crata o laborista, cada formaci¨®n pegada al terreno, al terru?o casi, con su crisis de ideas y de creencias sobre las cosas -que no otra cosa es la ideolog¨ªa en sentido recto- a cuestas.
Un l¨²cido, a sus 83 a?os, M¨¢rio Soares ve a la izquierda europea, en su conjunto, en una impresionante regresi¨®n (ideol¨®gica), tentada por el centrismo, hu¨¦rfana de proyecto pol¨ªtico y socioecon¨®mico a largo plazo (EL PA?S, 6 de septiembre de 2007). En ese erial, el PSOE aspira a ser un referente ideol¨®gico y nada menos que a liderar la configuraci¨®n de la izquierda europea del siglo XXI. Si m¨¦ritos para ello no le faltan, no deja de ser un paradigma de las contradicciones del socialismo actual. Como no puede, ni se lo propone, zarandear el fr¨¢gil modelo econ¨®mico espa?ol, basado en la construcci¨®n, el turismo y la banca, se ha esmerado en el reconocimiento y la protecci¨®n de los derechos civiles e individuales, en el afianzamiento de la ciudadan¨ªa, en la mejora de los servicios p¨²blicos y los asistenciales, en la redistribuci¨®n por medio del presupuesto de una (peque?a) parte del excedente generado.
Todo ello est¨¢ muy bien y es, sin duda, much¨ªsimo m¨¢s de lo que habr¨ªa hecho la derecha, pero no basta; porque no basta para justificar su funci¨®n pol¨ªtica que el socialismo se conforme con ser el ala izquierda del centro. Como tampoco basta preocuparse por las necesidades inmediatas de los ciudadanos, pero ignorar los l¨ªmites del crecimiento econ¨®mico, el imperio de las multinacionales, la dictadura del capital financiero, el desastre ecol¨®gico, la degradaci¨®n cultural... Lucir una levedad ideol¨®gica atractiva -posmoderna, si se quiere- atrae electoralmente a millones de personas que no creen necesarios cambios en el modelo econ¨®mico y social, pero desmoraliza, desmoviliza y deja sin valedor a millones que s¨ª los creen necesarios. Resolver esta contradicci¨®n may¨²scula no es f¨¢cil, y ah¨ª es donde se la juegan los partidos socialistas. La levedad ideol¨®gica comporta adem¨¢s un riesgo importante, pues invita a la suplantaci¨®n a peor. V¨¦ase sino el caso italiano. El bajo perfil ideol¨®gico de la izquierda italiana, lastrada de prodismo, ha incubado el surgimiento de un Partito Democratico que, por su composici¨®n y prop¨®sitos conocidos, tender¨¢ a amortizar a la izquierda y a constituirse en el centro de la derecha.
Jordi Garc¨ªa-Petit, acad¨¦mico numerario de la Real Academia de Doctores.
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