La otra 'batalla' de Sarajevo
Cultura rehabilita la Biblioteca de Bosnia, pero ¨¦sta puede acabar convertida en Ayuntamiento
Nermin Ibrulj recuerda bien el d¨ªa en que vio volar p¨¢ginas quemadas en Sarajevo. Fue el 26 de agosto de 1992, tras una madrugada de ataques de la artiller¨ªa de los radicales serbios: bombas de f¨®sforo y granadas de mortero lanzadas desde el sur y el este de la ciudad sitiada provocaron el incendio que acab¨® con dos millones de libros, peri¨®dicos, mapas y documentos almacenados, y destruy¨® gran parte de la Biblioteca Nacional y Universitaria de Bosnia-Herzegovina (BiH), convirti¨¦ndola en un s¨ªmbolo de la cultura pisoteada, en v¨ªctima de un renovado grito de muera la inteligencia.
En la capital hay una revuelta contra la decisi¨®n de convertir el edificio en Consistorio
El ministro Molina visita el lunes la ciudad para entregar un mill¨®n de euros
"Bajamos las obras m¨¢s valiosas al s¨®tano y las guardamos en cajas fuertes porque en las jornadas anteriores tuvimos que apagar hasta tres fuegos. No hab¨ªa luz ni agua. ?ramos pocos y costaba mover los libros por las escaleras. Dorm¨ªamos junto a la colecci¨®n para protegerla y por nuestra seguridad. La primera bomba de f¨®sforo cay¨® el d¨ªa 25 en la segunda planta. Eran las 21.15. Gastamos los 90 extintores del sistema antiincendios pero no logramos sofocar las llamas. Despu¨¦s explotaron otras dos. Buscaban la destrucci¨®n total de Vijecnica
[nombre original y como la llaman los bosnios]. Decenas de vecinos, bomberos y soldados, cargaron durante horas libros en los camiones pese a que nos disparaban con r¨¢fagas de ca?ones antia¨¦reos", explica Ibrulj.
Quince a?os despu¨¦s, gran parte de los libros, mapas y documentos sanos (unos 500.000 en total) est¨¢n apilados en las antiguas caballerizas de un viejo cuartel, en espera de su regreso a Vijecnica. "No podemos conservarlos en el edificio porque no aguantar¨ªa el peso", explica Amra Residbegovic mientras muestra algunos de los tesoros rescatados, entre ellos un incunable de 1483, y para los que tienen habilitada una habitaci¨®n especial.
Ibrulj, por su parte, pasa el d¨ªa embutido en una caseta prefabricada en el patio de un antiguo cuartel militar. Ayudado del material que don¨® la Biblioteca Nacional de Espa?a, restaura alguno de los ejemplares da?ados. Cuenta con la ayuda de un par de estudiantes pero le faltan especialistas y presupuesto. "Necesitar¨ªa cinco vidas para terminar este trabajo", dice se?alando los ejemplares en lista de espera.
El ministro de Cultura, C¨¦sar Antonio Molina, viaja el lunes a Sarajevo para entregar un mill¨®n de euros destinado a restauraci¨®n de la fachada del edificio. En el solemne acto que se celebrar¨¢ el lunes dentro de Vijecnica tendr¨¢n la palabra el presidente de turno de BiH, Zeljko Komsic, la alcaldesa de la ciudad, Semiha Borovac, y el ministro espa?ol. La ausencia de Ismet Ovcina, director de la Biblioteca Nacional y Universitaria, relegado al papel de espectador, no es casual, sino la consecuencia de otra guerra.
Vijecnica, que significa consejo, fue construido entre 1892 y 1896 por el imperio austroh¨²ngaro para albergar a la municipalidad de Sarajevo. Inspirado en la Alhambra de Granada y en algunos palacios cairotas, el edificio no gust¨® a la poblaci¨®n local, ofendida por la ignorancia de Viena, que supon¨ªa ¨¢rabes a sus vasallos bosnios. Vijecnica sobrevivi¨® a la gran guerra -cuya ignici¨®n se produjo en Sarajevo tras el asesinato del heredero del trono Francisco Fernando el 28 de junio de 1914, minutos despu¨¦s de visitar el edificio- y a la II Guerra Mundial. Dej¨® de ser Ayuntamiento en los a?os cincuenta para transformarse en biblioteca, en el alma de la ciudad y s¨ªmbolo de la cultura multi¨¦tnica bosnia (musulmanes, croatas, serbios y jud¨ªos).
A Semiha Borovac, alcaldesa de Sarajevo, no le agrada la palabra biblioteca para referirse al edificio que Espa?a ayudar¨¢ a restaurar. Se revuelve en su asiento y corrige: "Vijecnica". Desde 2004 existe una pol¨¦mica en Bosnia entre el poder municipal y el mundo cultural, que se disputan la utilizaci¨®n de un edificio, que ya fue apuntalado y techado con fondos de la Comisi¨®n Europea y del Gobierno de Austria en los noventa. "Fue construido como alcald¨ªa, y es l¨®gico que vuelva a su uso original. Destinaremos una parte a la municipalidad al despacho del alcalde y a recibir delegaciones; el resto ser¨¢ biblioteca", dice Borovac, que pretende segregar la parte universitaria y mandarla a la Universidad de Sarajevo. Cuando se le pregunta c¨®mo ser¨¢ el reparto de los 8.000 metros cuadrados disponibles, responde: "Tres mil para la biblioteca; m¨¢s de 3.000 para el Ayuntamiento, y, el resto, compartidos".
Dvrdevic Alidanovic trabaja en la Biblioteca Nacional y Universitaria de BiH, situada provisionalmente desde hace 12 a?os en el viejo cuartel, frente al laboratorio de Ibrulj. Junto con su compa?era Amra Residbegovic lidera la revuelta contra la decisi¨®n de la alcald¨ªa de reocupar Vijecnica. "Son dos actividades incompatibles que no pueden ni deben habitar el mismo espacio. Le hemos ofrecido que se quede con todo si quiere y que construyan una biblioteca en otro lugar, pero se niega a esa soluci¨®n. No contesta a nuestras cartas. Somos gente inc¨®moda. Tampoco nos han invitado a los actos con el ministro espa?ol", dice Alidanovic.
Cuando se le pregunta a la alcaldesa Borovac si los donantes saben que el destino del edificio no ser¨¢ el mismo que ten¨ªa antes del bombardeo, replica con voz de l¨¢tigo: "No enga?amos a nadie. Ser¨¢ biblioteca y alcald¨ªa". El Ministerio de Cultura no quiere caer en pol¨¦micas: "Vamos a ayudar a la rehabilitaci¨®n de un edificio hist¨®rico, s¨ªmbolo de Sarajevo, sin entrar en cu¨¢l ser¨¢ su utilizaci¨®n", aseguran en el gabinete de prensa.
En el logotipo del restaurante "To be or not to be", en la parte turca de la ciudad, aparece ligeramente tachada la negaci¨®n. Se trata de una proclama de resistencia y optimismo: ser o ser. En sus paredes cuelgan varias fotograf¨ªas de la biblioteca en llamas acompa?adas de frases contra el olvido: "No es ficci¨®n, es un hecho". En una de ellas est¨¢ Vedran, el c¨¦lebre celista que tocaba dentro del edificio destruido desafiando al silencio y a los francotiradores. Una mujer llamada Meliha mira esas im¨¢genes y recuerda la cita del escritor croata Miroslav Krleza: "Cuando se quema un libro, se rompen tambi¨¦n los huesos humanos". Muchos de esos recuerdos, del espanto del cerco de Sarajevo, estar¨¢ en el s¨®tano de Vijecnica restaurado (se calcula que se necesitaran otros 10 millones de euros para el interior), pues en ¨¦l se va a instalar un museo del horror, un espacio que explique al mundo el drama colectivo de una ciudad, de un pa¨ªs, y ayude a recomponer los huesos de millones de personas.
La Alhambra de los libros
El hispanista Muhamed Nezirovic, profesor em¨¦rito de la Universidad de Sarajevo y que perdi¨® en la guerra su biblioteca particular de 5.000 vol¨²menes, que quedaron en el lugar equivocado del frente opina que "Vijecnica fue bombardeada por ser el n¨²cleo de la memoria colectiva y de la identidad multi¨¦tnica de Bosnia-Herzegovina". "Fue un intento de destruir la memoria escrita. Es hermoso pensarla como un ave f¨¦nix que renace frente a la barbarie. No puede volver a ser un centro administrativo. ?Se imagina la Alhambra convertida en Ayuntamiento? Mi propuesta es que se habilite adem¨¢s un espacio para crear una escuela de traductores hermanada con la de Toledo".
Sasa Madacki, ex presidente de la Asociaci¨®n de los Libreros de BiH, ve las cosas de otra manera: "Como ciudadano, me gustar¨ªa que volviera a ser biblioteca. Nadie en Sarajevo ve a Vijecnica como un Ayuntamiento. Pero como librero tengo otra opini¨®n", dice "Debo reconocer que no es el mejor lugar para almacenar libros si pensamos en el futuro. La mejor soluci¨®n ser¨ªa convertir Vijecnica en un gran centro de la cultura, donde se expongan las obras m¨¢s valiosas de la Biblioteca Nacional. Un lugar para exposiciones, conferencias y representaciones de teatro y m¨²sica, un lugar donde haya un espacio para la restauraci¨®n de los libros da?ados. Vijecnica fue atacado por ser la sede de la cultura bosnia. No admitirlo ser¨ªa como terminar el trabajo que empezaron los artilleros serbios".
S?MBOLO CA?DO
- El 26 de agosto de 1992, un bombardeo de la artiller¨ªa serbia destruy¨® dos millones de libros, mapas y documentos
- La biblioteca, construida entre 1892 y 1896, fue un inmejorable ejemplo de la convivencia multicultural en Sarajevo
- En la actualidad, m¨¢s de 500.000 vol¨²menes permanecen apilados en las antiguas caballerizas
Babelia
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