El valor de un v¨ªdeo
La difusi¨®n por las televisiones de varios pa¨ªses del v¨ªdeo que recoge las vejaciones y brutal agresi¨®n con tintes racistas a una adolescente ecuatoriana en un tren de cercan¨ªas de Barcelona ha suscitado una indignaci¨®n tan intensa que ha obligado a intervenir al ministro de Asuntos Exteriores. Y ya se han convocado manifestaciones de repulsa. Asociaciones de derechos humanos han manifestado que hay cada a?o miles de agresiones racistas que no son denunciadas por temor o dificultad de presentar pruebas; y que con frecuencia ocurren en presencia de otras personas que se abstienen de intervenir.
El asunto ha obligado tambi¨¦n a dar explicaciones a la fiscal jefe de Catalu?a por lo que es como m¨ªnimo una falta de coordinaci¨®n entre la fiscal¨ªa, los juzgados y la Guardia Civil, que detuvo al agresor y lo puso a disposici¨®n judicial tras recibir el v¨ªdeo grabado por las c¨¢maras de seguridad del tren.
Una primera reflexi¨®n es que tales grabaciones, con frecuencia denostadas con el argumento de que invaden la intimidad, pueden ser un instrumento de extraordinaria utilidad para defender otros derechos humanos m¨¢s sustanciales. Pues es evidente que sin el v¨ªdeo la agresi¨®n habr¨ªa quedado impune. Una segunda conclusi¨®n podr¨ªa ser que hay entre nosotros un racismo latente no reconocido que se pone de relieve siempre que el agresor se siente impune: porque no hay testigos o porque se embosca en la masa (de un estadio de f¨²tbol, por ejemplo). Pero una tercera reflexi¨®n tiene que ver precisamente con el valor o la cobard¨ªa de los testigos. El v¨ªdeo revela la pasividad de la otra persona que viajaba en el vag¨®n, que incluso vuelve la cara para no ver. Pero que no hay que generalizar lo demuestra la noticia de que hace dos d¨ªas los viajeros de otro tren, tambi¨¦n en Catalu?a, se rebelaron y casi amotinaron contra un revisor que exigi¨® con malos modos el billete a un pasajero negro, y s¨®lo a ¨¦l, en un vag¨®n lleno de viajeros; y se solidarizaron con su actitud de negarse a mostrar el billete en esas condiciones.
Valor y cobard¨ªa coexisten entre nosotros (y en cada uno de nosotros): ayer mismo falleci¨® en Valencia un estudiante que recibi¨® un golpe mortal cuando trat¨® de evitar la agresi¨®n de un hombre a una mujer en plena calle.
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