El PSdeG quiere negar la gesti¨®n de obra p¨²blica a las fundaciones
Faltan todav¨ªa la mitad de las comparecencias solicitadas por los grupos parlamentarios en la comisi¨®n que investiga la Cidade da Cultura, pero el PSdeG ya avanz¨® ayer que una de las conclusiones que propondr¨¢ en la redacci¨®n final incluir¨¢ una recomendaci¨®n para que las fundaciones no vuelvan a tener responsabilidades en la gesti¨®n de obras p¨²blicas. Xaqu¨ªn Fern¨¢ndez Leiceaga, portavoz socialista en esta comisi¨®n, asegura que ya hay elementos suficientes como para afirmar que la decisi¨®n de someter la gesti¨®n de las obras de construcci¨®n de la Cidade da Cultura al control de una fundaci¨®n est¨¢ en el origen de muchas de las irregularidades del proyecto. "Este modelo no deber¨ªa repetirse", asegur¨®.
Leiceaga, sin embargo, distingui¨® la imposici¨®n de l¨ªmites a las fundaciones para dirigir obras p¨²blicas de la gesti¨®n y explotaci¨®n de instalaciones como las que se est¨¢n construyendo en el Gai¨¢s. Por otra parte, precis¨®, con compromisos plurianuales que afectan a empresas y trabajadores como los que mantiene en la actualidad la Fundaci¨®n Cidade da Cultura, es "muy dif¨ªcil" devolver el control directo de las obras a la administraci¨®n auton¨®mica. "Todo est¨¢ muy avanzado y no es posible dar a la manivela para atr¨¢s", se?al¨®.
Una investigaci¨®n ¨²til
En un balance provisional de los trabajos realizados por la comisi¨®n, Leiceaga consider¨® probada, definitivamente, la utilidad de la investigaci¨®n. "Cumple el objetivo democr¨¢tico" de conocer la verdad, algo que la Xunta del PP siempre neg¨® al Parlamento y a la sociedad, subray¨®, y que contrasta con "la amnesia" de algunos comparecientes.
Gracias a la comisi¨®n, explic¨® el representante socialista, ha sido posible conocer la ausencia de planificaci¨®n de las obras "y, en cierta medida", de los contenidos, as¨ª como los mecanismos de modificaci¨®n del dise?o inicial, con las consecuencias ya sabidas en el coste final de la construcci¨®n: un incremento de m¨¢s de 200 millones de euros.
Las comparecencias, record¨® Leiceaga, han revelado adem¨¢s la ausencia de controles eficaces del gasto, incluyendo la obligaci¨®n de realizar auditor¨ªas p¨²blicas, que s¨®lo se realizaron los dos primeros a?os. El anterior Gobierno tampoco fue capaz de establecer los costes de mantenimiento ni de evaluar el impacto econ¨®mico del complejo cultural, alimentando as¨ª un proyecto con "bases movedizas" y envuelto en una "espesa niebla".
La Cidade da Cultura no era el Guggenheim, ironiz¨® Leiceaga. Entre otras cosas, concluy¨®, porque no hab¨ªa control de costes y no formaba parte de un proyecto asociado m¨¢s all¨¢ de lo puramente arquitect¨®nico.
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