?A qu¨¦ sabe el cine?
Maestros de la cocina internacional interpretan en 'T¨¢bula 35mm' momentos f¨ªlmicos de comida y placer
?A qu¨¦ sabe la piruleta que chupaba Lolita? ?Era amarga la pistola de regaliz que introduc¨ªa en su boca Spencer Tracy en La costilla de Ad¨¢n? ?Estaba tierna la bota que calmaba el hambre de Charlot en La quimera del oro? ?Tan especial era la leche plus de La naranja mec¨¢nica?
Las respuestas las dan 45 maestros de la cocina mundial en T¨¢bula 35 mm, libro que se col¨® entre los estrenos de las pel¨ªculas en el pasado Festival de Cine de San Sebasti¨¢n. El volumen forma parte de un ambicioso proyecto de "enciclopedia gastron¨®mica" impulsado por el chef de Mugaritz, Andoni Luis Aduriz, junto a Santos Brega?a y David de Jorge, responsables de la l¨ªnea editorial y el dise?o de Navarrorum Tabula (www.navarrorumtabula.com).
Momentos gastron¨®micos de grandes pel¨ªculas son los ingredientes. El men¨² (a 80 euros) consta de 200 p¨¢ginas.
Aduriz (dos estrellas Michelin) pone en bandeja El imperio de los sentidos. Huevo escalfado de yemas de erizo de mar, leche de soja y almendras, consom¨¦ de ajos tostados y algas. Es la met¨¢fora del cocinero vasco sobre el banquete de El imperio de los sentidos: "La vida es ya s¨®lo sexo, la comida es sexo... Ni siquiera hay aire. Tan s¨®lo es posible respirar la carne del otro".
El brit¨¢nico Heston Blumenthal consigue que los knichi -que Charles Boyer serv¨ªa a Jane Fonda en Descalzos por el parque- amarguen si no se comen a tiempo. El brasile?o Alex Atala cuece un consom¨¦ con setas y hierbas del huerto para Alicia en el pa¨ªs de las maravillas. La mexicana Patricia Quintana reinventa el mole de Como agua para chocolate.
El madrile?o Andr¨¦s Madrigal recrea con petazetas la dieta que el yonqui Renton segu¨ªa en Trainspotting. Yann Duytsche hace comestible la huella que dej¨® en la nieve la bota comestible de Charles Chaplin.
Albert Adri¨¤ evoca en un helado de leche lo que Alex beb¨ªa en La naranja mec¨¢nica antes de sus sesiones de ultraviolencia. Ferm¨ª Puig encierra en un sarc¨®fago de arcilla las perdices barrocas de El fest¨ªn de Babette. ?ngel Le¨®n da toque andaluz a Pijama para dos. Willie Dufresne impregna de azafr¨¢n y caf¨¦ el rodaballo de Tati en Play time.
Moreno Cedroni propone para desayunar las bandejas de comida l¨ªquida de 2001: una odisea del espacio. Jos¨¦ Ram¨®n Andr¨¦s traduce las fantas¨ªas infantiles con el chocolate del retorcido Willy Wonka. Enric Rovira mezcla la c¨¦lebre piruleta de Lolita con el febril fetichismo de Humbert Humbert. Grant Achatz endulza con naranja la pistola de regaliz. El n¨®rdico Magnus Ek llena de queso En bandeja de plata.
Thierry Marx se encarga de la hamburguesa de El cartero siempre llama dos veces. Josean Mart¨ªnez Alija recuerda los esp¨¢rragos estampados contra la pared de American beauty. Gorka Txapartegui introduce "crujientes met¨¢licos" en el chulet¨®n de Matrix. Carles Abell¨¢n da glamour con salsa de trufa al s¨¢ndwich de Kill Bill...
La publicaci¨®n del libro tuvo su miga. Seg¨²n Aduriz, "el making off fue divertido", aunque el hervor dur¨® dos a?os: la parte documental, la gesti¨®n de derechos de imagen, el dise?o y la puesta en plato y, ante todo, el casting de cocineros. Pero lo cierto es que entre plato y plato, entre eventos y viajes, los 45 cocineros convocados respondieron. "Gracias al tejido amistoso de Andoni", explica Brega?a. As¨ª que Andoni Aduriz supo contagiar a sus colegas de la pasi¨®n dual por el juego y el an¨¢lisis: "Todos aceptaron el desaf¨ªo de trabajar en contra de su pr¨¢ctica habitual: en lugar de basarse en productos, se trataba de cocinar a partir de un concepto, un deseo, una historia".
Ante el reto de crear recetas con sabor a cine, unos profesionales contestaron a vuelta de correo electr¨®nico, otros enviaron su creaci¨®n en el ¨²ltimo minuto. Entre los m¨¢s meticulosos, los japoneses. Seiji Yamamoto mand¨® un DVD (pr¨¢cticamente un cortometraje) con toda la ejecuci¨®n de su caja bento para Dolls, de Kitano. El gran Hiroyoshi Ishida (Mibu) entreg¨® en persona a los editores una paleta Miyajima, cuyo olor no se transmite al arroz, para hacer real Buenos d¨ªas, de Yasujiro Ozu.
"El objetivo del libro es atizar la memoria para provocar placer", dicen los autores de los textos cinematogr¨¢ficos de T¨¢bula 35mm, Carlos J. Plaza y Ra¨²l Nagore. Las recetas est¨¢n planteadas como un gui¨®n de cine. Son secuencias culinarias con instrucciones a veces precisas, a veces cr¨ªpticas. Santos Brega?a advierte: "Que los lectores juzguen qui¨¦n es m¨¢s creativo. Ahora que tanto se habla de la cocina como arte, este ejercicio puede dar pistas".
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