El desvelo del velo

El asunto Shaima, la ni?a a la que se pretend¨ªa quitar el velo en una escuela de Catalu?a, fue analizado por Vargas Llosa en estas p¨¢ginas hace unas semanas. En su opini¨®n, la cuesti¨®n trasciende el debate sobre el uso de los s¨ªmbolos religiosos para convertirse en todo un caballo de Troya que alberga en su vientre el multiculturalismo, peligroso mal "para el futuro de la cultura de la libertad en Espa?a".

Esta admonici¨®n, compartida por muchos, deja entrever una perspectiva de la libertad, la igualdad, la convivencia y el pluralismo que no concuerda con la aspiraci¨®n a una sociedad abierta, libre, igual, universalista y plural. ?Es necesario restringir el derecho aut¨®nomo e individual a manifestar la religi¨®n para proteger los derechos de la mujer? ?Prohibir el velo para liberar? ?Hay que desistir de las propias convicciones para ejercer el derecho a la educaci¨®n? ?Restringir la libertad en nombre de la igualdad de g¨¦nero?

?Prohibir para liberar? ?Restringir la libertad en nombre de la igualdad?

El hombre es lenguaje de arriba abajo (Ricoeur) y el s¨ªmbolo nos conduce al fondo oculto tras las apariencias, al espacio ¨ªntimo del ser humano, a la conciencia de cada cual. Quienes se arrogan atribuciones de int¨¦rprete creen ver en el velo de Shaima una amenaza para la democracia o una provocaci¨®n fundamentalista isl¨¢mica, pero posiblemente har¨ªan otra interpretaci¨®n si el velo lo usaran las mujeres occidentales por est¨¦tica o afirmaci¨®n personal.

En este tema estamos ante el ejercicio coincidente de varios derechos y libertades fundamentales, entre otros, las libertades religiosa, de conciencia y de expresi¨®n y los derechos a la educaci¨®n y a la propia imagen. Tanto la libertad religiosa y de conciencia como la de expresi¨®n podr¨¢n manifestarse individual o colectivamente, en p¨²blico o en privado, sin m¨¢s limitaciones que las requeridas por el orden p¨²blico. A esto el Convenio Europeo de Derechos Humanos a?ade la seguridad p¨²blica y la protecci¨®n de la salud p¨²blica y de los derechos de terceros. Adem¨¢s, cabe se?alar que toda restricci¨®n o injerencia de las autoridades debe estar prevista en la ley, ser necesaria para una sociedad democr¨¢tica y ser proporcionada a la finalidad que persigue.

Todo ello quiere decir que si prohibimos el velo a cualquier estudiante al considerarlo una peligrosa manifestaci¨®n religiosa o de conciencia, habr¨¢ que demostrar en qu¨¦ perjudica al orden p¨²blico. Por lo tanto, habr¨ªa que probar que la menor en cuesti¨®n (Shaima) ha mantenido una actitud proselitista perturbadora del orden y de la paz escolar o un an¨¢logo comportamiento ofensivo con las creencias de terceros. No es el caso.

Si adem¨¢s consideramos que el s¨ªmbolo que porta la ni?a nace de ese espacio ¨ªntimo de su conciencia, que conforma su identidad, ser¨ªa injustificable cualquier intromisi¨®n en esa esfera estrictamente privada.

Es cierto que las respuestas al uso del velo dadas por las escuelas p¨²blicas europeas de primaria y secundaria han sido diversas, como tambi¨¦n es cierto que en muchas de esas respuestas puede entreverse el imaginario occidental sobre el islam y el miedo a su integraci¨®n en nuestras sociedades.

No caben simplificaciones en esta variedad de situaciones. A la posible pregunta: "?No es absurdo que se proh¨ªba a las maestras lo que se permite a las alumnas?", habr¨ªa que contestar que la prohibici¨®n de uso del velo a una profesora, en beneficio y protecci¨®n de alumnos menores de edad, tiene en cuenta no s¨®lo la formaci¨®n y desarrollo psicol¨®gico y la madurez de los potenciales afectados, sino que tambi¨¦n considera la diferencia jer¨¢rquica entre profesor y alumno, distinta a la relaci¨®n de paridad entre estudiantes.

En la mayor¨ªa de los casos, el velo es un s¨ªmbolo asociado a una determinada religi¨®n que busca exteriorizarse en el ¨¢mbito p¨²blico sin "invadirlo", habit¨¢ndolo. El "dominio p¨²blico" no es un ente impoluto y neutral, m¨¢s bien est¨¢ compuesto por muchos ciudadanos cultural y religiosamente diversos. Pluralismo no equivale a exclusi¨®n ni a gueto. Los ciudadanos debemos reconocer los valores de las creencias y articular relaciones de reconocimiento no s¨®lo en lo privado, sino tambi¨¦n en el ¨¢mbito compartido de lo p¨²blico. Entendido as¨ª, el pluralismo es especialmente relevante en la socializaci¨®n y en la constituci¨®n de la identidad individual y colectiva.

Tambi¨¦n es posible adoptar otra postura: que los creyentes puedan portar el velo en sus escuelas privadas confesionales, puesto que de permit¨ªrselo en las p¨²blicas estar¨ªamos "conden¨¢ndolos a la infelicidad". Posiblemente este ¨²ltimo planteamiento incurre en un abusivo paternalismo, un paternalismo vuelto contra los derechos de la mujer, de la mujer aut¨®noma que elige desde esa libertad negativa que defendi¨® Berlin, el pertinaz profesor let¨®n.

Las prohibiciones y exclusiones evocan las tesis fundamentalistas que tales medidas supuestamente pretenden combatir. Estar¨ªamos ante una concepci¨®n laica del Estado entendida en su expresi¨®n m¨¢s combativa y divisora, nada respetuosa con la heterogeneidad multicultural. Lo que adem¨¢s acarrea sus consecuencias conocidas y peligrosas: la radicalizaci¨®n de creencias y la exclusi¨®n silenciosa de parte de nuestros conciudadanos.

Eugenia Rela?o es profesora de Derecho Eclesi¨¢stico de la Universidad Complutense.