Joyas para duques sin corona
Cartier exhibe en Madrid 18 piezas de la colecci¨®n de los Windsor
Tuvieron todo a su alcance, renunciaron a la monarqu¨ªa por amor y fueron capaces de crear un estilo. Una colecci¨®n de las joyas de los duques de Windsor creadas en la casa Cartier se exhiben desde el 7 al 23 de noviembre en una de las joyer¨ªas de Madrid (Serrano, 64).
Las 18 piezas que podr¨¢n ser contempladas por el p¨²blico son una muestra de lo que significaron estos valiosos objetos en la vida de esta pareja. El artista que cre¨® las joyas para ellos fue testigo y c¨®mplice de una historia de amor marcada por la adquisici¨®n de collares, broches, brazaletes, pitilleras, anillos y otros regalos que se entrecruzaron entre 1935 y 1956.
Las piezas de los Windsor, que posee de nuevo la casa Cartier, fueron adquiridas en subastas, igual que otras pertenecientes a otros famosos clientes del pasado siglo fueron compradas en anticuarios -algunas de ellas se encontraban en lamentable estado de conservaci¨®n y han tenido que ser restauradas con piedras de menor valor a las originales-.
En la exposici¨®n se pueden contemplar, adem¨¢s de las joyas, fotograf¨ªas, documentos de archivo in¨¦ditos, dibujos, extractos del libro de encargos, cartas del duque destinadas a Cartier y textos que ponen de relieve la estrecha relaci¨®n que exist¨ªa entre el joyero, la dise?adora de alta joyer¨ªa Jeanne Toussaint y la duquesa de Windsor. ?Qu¨¦ se puede contemplar que no se haya exhibido hasta ahora? Un coraz¨®n de diamantes monogramado, una pulsera de piedras tricolor, una diadema de esmeraldas o la pulsera Panth¨¨re. A Toussaint, creadora del famoso broche de la pantera, se la conoc¨ªa con ese apodo entre los c¨ªrculos parisienses de la ¨¦poca.
Tanto Eduardo, duque de Windsor, como su esposa, Bessie Wallis, realizaron a lo largo de su vida en com¨²n encargos muy especiales a la casa Cartier. Tras su viaje de novios se intercambiaron una pitillera de pro y una polvera con piedras preciosas engastadas en las que qued¨® grabado el itinerario seguido por la pareja. En ambas piezas est¨¢ dibujado un mapa de Europa y las ciudades por las que atraviesan est¨¢n marcadas con piedras de colores de talla cabuj¨®n y unidas mediante l¨ªneas de esmalte rojas y azules. Su vida de esplendor y lujo se contrapon¨ªa a la de hambre y miseria de la mayor¨ªa de pa¨ªses europeos azotados por la guerra.
Apasionada de los animales -viajaba con seis perros-, esta pasi¨®n la llev¨® al extremo de poseer una importante colecci¨®n de joyas con figuras de felinos. Pocas mujeres eran capaces de lucir como ella un broche con una pantera sentada sobre un zafiro cabuj¨®n de 152 quilates. La duquesa de Windsor muri¨® en 1986 y sus joyas fueron vendidas por Sotheby's en 1987 y adquiridas por Cartier, ya que las piezas, seg¨²n los responsables de la firma, "reflejan ante todo un estilo, una ¨¦poca y la audacia creativa de un joyero".
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