Una roca maciza
Talmacsi, segundo en Cheste tras Faubel en 125cc, primer campe¨®n mundial h¨²ngaro
Gabor Talmacsi enga?a. Se confirm¨® en Cheste, donde se convirti¨® en el primer h¨²ngaro que celebra un t¨ªtulo mundial de motociclismo. Su mirada huidiza, desconfiada, un poco pirata, no se corresponde con su personalidad. Lo m¨¢s probable es que la haya heredado de su ¨¦poca de boxeador. A sus 26 a?os, es mentalmente una roca. Para prueba, la carrera de ayer, en la que se jugaba la corona a una sola carta con H¨¦ctor Faubel, un valenciano arropado por su hinchada. No hay emboscada que afloje a Talma, que, arrancando desde la pole vivi¨® al l¨ªmite las 24 vueltas de la prueba. Faubel le forz¨® todo el tiempo. Se le coloc¨® delante, hizo la goma (cuando un piloto se distancia y se vuelve a enganchar) para dar tiempo a los que apretaban por atr¨¢s. Pero, al final, por m¨¢s cerca que estuvo el pelot¨®n de persecuci¨®n, Faubel no consigui¨® que su rival quedara fuera del caj¨®n.
"El t¨ªtulo no ha sido para quien ten¨ªa que ganarlo", se queja el valenciano
En la ¨¦lite, las haza?as suelen ser la consecuencia de muchos a?os de trabajo y sacrificio. El caso del h¨²ngaro no es una excepci¨®n debido a la precariedad econ¨®mica de su familia. Istvan y Judit tuvieron dos hijos; Gabor, el mayor, y Gergo, cinco a?os m¨¢s peque?o. Se establecieron en Budapest, donde vivieron durante a?os en un piso de 34 metros cuadrados. Istvan, un saltador de esqu¨ª profesional, se hizo polvo la espalda mientras practicaba y tuvo que dejar de trabajar. Mientras su esposa llevaba la casa, ¨¦l se dedicaba a fabricar minimotos caseras. A cada poco ten¨ªa que venderlas para ir tirando y eso provocaba la pataleta de los retacos hasta que su padre ten¨ªa lista la nueva. Los dos hermanos se foguearon en el campeonato h¨²ngaro hasta que, en 1997, Gabor particip¨® en el Europeo. Consigui¨® varios podios que le dieron pase para disputar el Gran Premio de la Rep¨²blica Checa de 2000. En la temporada siguiente se convirti¨® en el primer h¨²ngaro en 20 a?os que participaba en el Mundial. En los ¨²ltimos siete cursos ha pilotado cuatro motos: Honda, Malaguti, KTM y Aprilia.
"Pensaba que Gabor era bueno, pero no cre¨ª que fuera tan fuerte", reconoce Jorge Mart¨ªnez, Aspar, que este fin de semana recibi¨® alrededor de 300 cartas de aficionados h¨²ngaros que le agradec¨ªan la oportunidad brindada a su compatriota. "Su pasi¨®n son los coches y el deporte", asegura Favaro Stefamo, representante y amigo del piloto. Subido al Ferrari F430 de su m¨¢nager, Talmacsi se lo pasa en grande derrapando por el circuito de Hungaroring.
Ayer, tras el calentamiento, Stefamo luc¨ªa por el paddock los guantes que Talmacsi se enfund¨® una hora despu¨¦s para la carrera. "Es una cuesti¨®n de energ¨ªa. Gabor conf¨ªa mucho en la gente que est¨¢ a su alrededor. Tiene una rutina establecida y la cumple". La explicaci¨®n es de Gabriela Budur, la ¨²nica periodista h¨²ngara que sigue el Mundial entero; "a m¨ª me toca darle un beso antes de cada carrera, el beso de la victoria".
La cara opuesta era la de Faubel. Nunca una victoria hab¨ªa sido tan amarga como la que logr¨® ante sus paisanos. "No ha ganado el que ten¨ªa que ganar", dijo muy cabreado. "A m¨ª me vendieron que esta moto era muy buena y, al final, se ha demostrado que no ha sido as¨ª", critic¨® Faubel. "He perdido el Mundial porque en Montmel¨® me tir¨® Pesek; en Misano, Talmacsi, y la moto se ha roto tres veces. Soy el piloto que m¨¢s carreras ha ganado (cinco) y el que m¨¢s podios ha acumulado (13)", zanj¨®.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.