Hugh Grant vende su 'Simply Liz'

La declarada afici¨®n del actor Hugh Grant por el arte y las mujeres quiz¨¢ no tenga parang¨®n con la pasi¨®n por el dinero que se le atribuye. El actor brit¨¢nico, de 47 a?os, ha decidido poner a la venta un retrato de Elizabeth Taylor, pintada en todo su esplendor de los a?os sesenta por Andy Warhol, y por el que espera conseguir alrededor de 17 millones de euros. Un negocio considerable, habida cuenta que Grant adquiri¨® la obra Simply Liz por cerca de tres millones de euros hace seis a?os, en la sala Sotheby's de Nueva York. El martillo de Christie's ser¨¢ en esta ocasi¨®n el encargado de sellar su precio final, durante una gran subasta de arte de la posguerra y contempor¨¢neo que se celebrar¨¢ el 13 de noviembre en su sede neoyorquina.

El protagonista de Cuatro bodas y un funeral y Notting Hill va a desprenderse del cuadro en un momento poco boyante para el mercado internacional del arte aunque, seg¨²n aseguran varios medios brit¨¢nicos, habr¨ªa obtenido una garant¨ªa de Chritie's por valor de 15 millones en previsi¨®n de que la puja no alcance las cotas esperadas. La sala de subastas, no obstante, apuesta fuerte por la operaci¨®n y ha dedicado la portada del cat¨¢logo de la subasta -que incluye obras de Lucian Freud, Jean-Michel Basquiat y Willem de Kooning, entre otros- al retrato que realiz¨® Warhol de una de las grandes estrellas de Hollywood.

El portavoz de Hugh Grant ha declinado facilitar m¨¢s detalles sobre la subasta a la prensa, con la que su cliente mantiene una tensa relaci¨®n a causa de las frecuentes intrusiones en su vida privada.

El pasado abril, el actor estamp¨® una fiambrera de jud¨ªas con tomate en la cara de un fot¨®grafo por el que se sent¨ªa acosado, episodio que le mereci¨® un breve arresto sin mayores consecuencias. De mayor calado fue su detenci¨®n por la polic¨ªa de Los ?ngeles, hace 12 a?os, tras ser cazado in fraganti con una prostituta. La amplia difusi¨®n en los medios de la foto de su ficha policial finiquit¨® su largo noviazgo con la modelo Liz Hurley, si bien su carrera de actor no se vio resentida. Aunque sigue rodando, ¨¦l insiste en reiterar su desapego al mundo del celuloide, al que antepone su vocaci¨®n de escritor y esa faceta de coleccionista que la pr¨®xima semana puede procurarle una de sus mayores alegr¨ªas.