La arquitectura que escucha al paisaje
Durante a?os fueron tres, Artengo, Menis y Pastrana, los que llevaron las riendas de este estudio tinerfe?o. De ah¨ª deriva su nombre: AMP. Luego, discrepancias sobre la naturaleza de sus proyectos y sobre la oportunidad de dedicarse a la parte acad¨¦mica de la arquitectura les llevaron, hace unos a?os, a separarse. Desde entonces, Felipe Artengo y Jos¨¦ Mar¨ªa Rodr¨ªguez Pastrana (Santa Cruz de Tenerife, 1954 y 1952) son la cabeza visible de un despacho de doce arquitectos que reivindica todos los lugares y ning¨²n nacionalismo. As¨ª, su arquitectura ha crecido lejos de todo: la Pen¨ªnsula, la tecnolog¨ªa y las modas.
Alejados y poco a poco, han conseguido un idioma plural y sin embargo propio. Autores del edificio para la Presidencia del Gobierno de Canarias o del Museo Arqueol¨®gico de Zonzamas, en Lanzarote, han concluido el nuevo Estadio Insular de Atletismo, en Tenerife, que busca, como todos sus proyectos, exprimir lo local para trascenderlo.
"La madera, la piedra y el hormig¨®n envejecen bien porque cambian. Lo que no sabe cambiar no sabe envejecer"
Artengo y Pastrana dise?an a partir de un entorno. Por eso su piscina del Guincho, tambi¨¦n en Tenerife, es un charco junto a la costa mientras que otra piscina suya, en el paso del r¨ªo Spree por Berl¨ªn, naci¨® de reconvertir una antigua gabarra. En su obra el lugar es siempre protagonista.
"Es de donde agarramos los proyectos. Nuestra arquitectura responde al paisaje. Pero no tiene que ver s¨®lo con las islas Canarias. Responder¨ªamos a cualquier lugar", apunta Felipe Artengo. Su socio, Jos¨¦ Mar¨ªa Pastrana, explica de qu¨¦ hablan ellos cuando hablan de lugar: "No es s¨®lo la ubicaci¨®n f¨ªsica. Un lugar es todo lo que hay en ¨¦l. Contiene memoria, un clima, una topograf¨ªa. Por eso de ah¨ª surge todo el proyecto. F¨ªsicamente, a veces la arquitectura se camufla en un lugar. Otras lo potencia. Al vivir en islas, tenemos referentes muy marcados. El paisaje est¨¢ siempre presente. En las Canarias, la omnipresencia del Atl¨¢ntico contrasta con un interior muy abrupto. Yo creo que el paisaje influye a cualquiera que pretenda que sus edificios echen ra¨ªces. ?Por qu¨¦ a Frank Lloyd Wright le sal¨ªa todo horizontal? Seguro que porque viv¨ªa en el desierto de Arizona. El infinito que nosotros tenemos en el Atl¨¢ntico, ¨¦l lo ten¨ªa all¨ª en el desierto. ?Y c¨®mo va la arquitectura a desentenderse de un infinito?".
Uno de los factores que singulariza la obra de este estudio es, parad¨®jicamente, la pluralidad de soluciones que son capaces de hallar para proyectar sus edificios. Igual rehabilitan un dep¨®sito de petr¨®leo de la refiner¨ªa de Cepsa en Santa Cruz de Tenerife para convertirlo en el centro cultural El Tanque que dibujan un inmueble p¨¦treo que busca asimilarse en el paisaje, como en el Museo de Zonzamas.
"El estadio de Tenerife", apunta Pastrana, "evoca un cr¨¢ter. Pero no nos interesa esa relaci¨®n figurativa, mim¨¦tica, del paisaje. Simplemente, sali¨® as¨ª por una cuesti¨®n funcional. Se trataba de intervenir poco en la tierra, pero ten¨ªamos que proteger el campo de juego del viento. De modo que lo que m¨¢s sentido ten¨ªa era hundirlo en el entorno. De nuestra arquitectura dicen que es mat¨¦rica, tect¨®nica o brutalista. Pero nadie dice lo que en verdad sucede, y es que responde al contexto. Y los contextos var¨ªan. Por eso no se puede hacer lo mismo en un contexto urbano que en plena naturaleza".
Esa pluralidad que resulta de tratar de responder al contexto hace que cueste ponerles fecha a muchos de los proyectos de este despacho. Y esa cualidad atemporal tiene una lectura positiva obvia, pero podr¨ªa tambi¨¦n tener otra negativa: la de no reflejar el tiempo en el que construyen. "Nos parece m¨¢s importante el lugar que el tiempo", responde Pastrana. "Y es evidente que el contexto fuera de nuestras islas es otro. Aqu¨ª el aire atemporal puede darlo el lugar. Trabajamos con artesanos, y eso imprime un car¨¢cter de fuera de tiempo. Cuando construimos una piscina en el r¨ªo Spree de Berl¨ªn empleamos otra tecnolog¨ªa porque el contexto era otro. Por lo dem¨¢s, nos preocupa m¨¢s que el edificio envejezca bien que revele su tiempo. La madera, la piedra y el hormig¨®n envejecen bien porque cambian. Lo que no sabe cambiar no sabe envejecer", explica Pastrana. Felipe Artengo a?ade las claves para el buen envejecimiento de los edificios: "Los materiales apropiados, que cambian, son los mejores. Las formas terminan por desaparecer. La piscina del Guincho, que hicimos en Tenerife, se ha incorporado tanto al paisaje que al erosionarse ya casi parece un charco. Con el hormig¨®n sucede lo mismo", apunta. Y sabe de qu¨¦ habla. Ellos emplean el hormig¨®n texturado, y ese tratamiento hace que un material industrial parezca aut¨®ctono, como si fuera la piedra local: "Porque lo manipulamos para que se haga con el sitio. Empleamos el ¨¢rido de la excavaci¨®n para darle color o texturas", a?ade.
Admiten que tratan de explotar el lado humilde de la tecnolog¨ªa, pero, aclaran, que no pretenden hacer bandera de ello: "Creemos que el regionalismo en s¨ª es algo caduco. Se puede ser contempor¨¢neo y universal con piezas no tecnol¨®gicas que apelen a algo que todos puedan compartir. No se trata de reivindicar nada, se trata de aprovechar lo que hay", insisten. Pastrana explica la lecci¨®n que ense?a el uso de tecnolog¨ªas b¨¢sicas: "Hoy se habla mucho de sostenibilidad, de aprovechamiento energ¨¦tico, pero eso lo hacen casi todos los edificios que trabajan con poca tecnolog¨ªa. Nuestro estadio o el Cabildo son autosuficientes energ¨¦ticamente. El agua caliente proviene de energ¨ªa acumulada en placas fotovoltaicas, y para la ventilaci¨®n ideamos sistemas a medida. Por ejemplo, en el estadio, tenemos una visera negra que provoca un efecto chimenea, succiona el calor y facilita una ventilaci¨®n continua. Eso nos interesa y marca nuestra arquitectura. Pero cuando haces una arquitectura casi de supervivencia, de trabajar con lo que tienes a mano, eso te sale casi natural, sin ponerle nombres", apunta.
"Nosotros hacemos nuestros los edificios que construimos. Eso motiva, te hace part¨ªcipe a ti y tambi¨¦n al artesano. Porque tambi¨¦n ¨¦l est¨¢ decidiendo. Tambi¨¦n ¨¦l est¨¢ poniendo todo su conocimiento al servicio del edificio. No nos gusta perder el contacto con los artesanos ni dejar de aprender de ellos", insiste Pastrana.
En una visita a Tenerife, la directora de la revista francesa Architecture d'Aujourdhui dijo del edificio de la Presidencia de Gobierno canario que era como un pedazo de isla. "Eso es lo que busc¨¢bamos: representar la isla. En los edificios se trasluce si las decisiones se tomaron en el lugar o en el despacho", a?ade Artengo.
Por lo dem¨¢s, no les preocupan las modas: "Valoramos la arquitectura contempor¨¢nea. Pero nuestra opci¨®n es la nuestra. No nos importa la teor¨ªa. Nosotros investigamos. Y elegimos en cada momento lo que consideramos m¨¢s apropiado. En el estadio, la excavaci¨®n y el terrapl¨¦n se compensan, est¨¢n contenidos con piedra bas¨¢ltica. Tienen una parte m¨¢s ligera que, sin embargo, hemos construido con hormig¨®n", dice Pastrana.
?Y c¨®mo se aligera el hormig¨®n? "Cre¨¢ndole fisuras. Desdibuj¨¢ndolo y rompi¨¦ndole el volumen con huecos. Es una cuesti¨®n de escala. El estadio, desde arriba, parece casi una membrana. Es de piedra con estructura de hormig¨®n, pero un tratamiento, que es s¨®lo una idea, puede aligerarlo visualmente", asegura. Parece f¨¢cil. Recursos de artesano para una arquitectura tan sostenible y radical como poco medi¨¢tica. Contempor¨¢neos y sin embargo cl¨¢sicos, los edificios de Pastrana y Artengo les deben m¨¢s a la investigaci¨®n sobre el terreno que a la vigilancia de las revistas especializadas. -
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