La fatiga de las mujeres
La paridad necesita una conciliaci¨®n efectiva y repensar muchas estructuras organizativas
El ¨²ltimo informe sobre diferencias de g¨¦nero del World Economic Forum destaca que Espa?a se ha situado entre los 10 pa¨ªses que mayor igualdad proporciona a hombres y mujeres. A este salto han contribuido sin duda las medidas de paridad impulsadas por el Gobierno. Esta paridad legal es un requisito necesario pero no suficiente para romper la enorme brecha que separa a hombres y mujeres a la hora de acceder a puestos de responsabilidad.
As¨ª lo demuestra la distribuci¨®n del poder entre hombres y mujeres en la administraci¨®n local, a pesar de que en las ¨²ltimas elecciones la Ley de Igualdad impon¨ªa la paridad -que ning¨²n sexo tuviera m¨¢s del 60% o menos del 40% de los puestos- en los municipios de m¨¢s de 5.000 habitantes. Ello ha conducido a que el 39% de todos los nuevos concejales sean mujeres, pero el 85% de las alcald¨ªas est¨¢n en manos de hombres y ellos son tambi¨¦n los que acaparan las carteras de mayor presupuesto.
El hecho de que ellas ocupen, en cambio, el 91% de las concejal¨ªas de Igualdad significa que a¨²n se considera que ¨¦ste es un asunto de mujeres y no un objetivo de toda la sociedad. Y esto ocurre con una reci¨¦n estrenada Ley de Igualdad que, record¨¦moslo, est¨¢ recurrida por el PP ante el Tribunal Constitucional precisamente porque impone cuotas en las listas.
Cambian las leyes, pero las mentalidades no tanto. El progreso es tan lento y requiere tanto esfuerzo adicional por parte de las mujeres que muchas sienten ya una enorme fatiga hist¨®rica por tener que seguir luchando por lo que durante tantos siglos se les ha negado y sobre el papel ya han conseguido. Signos de fatiga que se observan tambi¨¦n en el mundo de la empresa, donde el 30% de las mujeres ejecutivas abandona su cargo porque es incompatible con su vida familiar.
El movimiento feminista ha atribuido a la resistencia de los hombres a compartir los puestos de responsabilidad y asumir las tareas del hogar el techo de cristal que les imped¨ªa ascender a puestos de responsabilidad. Sin duda, ¨¦ste es un factor determinante. Pero no cabe duda de que sobre ese techo de cristal act¨²an tambi¨¦n otros factores. Ahora que la igualdad de acceso a la educaci¨®n ha permitido a las mujeres acreditar unos niveles de formaci¨®n y una preparaci¨®n comparables a la de los hombres, ahora que ocupan mayoritariamente las bases de la academia, la medicina o la judicatura y tienen una presencia elevada en muchos otros sectores, siguen sin avanzar como ser¨ªa de esperar.
Empresas que quieren promover la paridad en su direcci¨®n se encuentran con que muchas mujeres rechazan los cargos, y las que aceptan abandonan al poco tiempo. ?Por qu¨¦ cuando pueden, muchas mujeres no quieren? Porque no les compensa. Porque muchas veces el cargo les exige sacrificios personales que no est¨¢n dispuestas a pagar. Cada vez es m¨¢s claro que la igualdad no ser¨¢ posible sin conciliaci¨®n y que la conciliaci¨®n exige repensar de arriba abajo una estructura organizativa montada por y a la medida de los hombres.
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