"Viv¨ª la Guerra Civil como si fueran unas largas vacaciones"
Luis Garc¨ªa Berlanga, cuya obra cruza el cine espa?ol de los ¨²ltimos 60 a?os, recibe hoy un homenaje de la Academia de Cine. El motivo: la conmemoraci¨®n de los 55 a?os de una de sus obras mayores, ?Bienvenido, Mister Marshall! En esta conversaci¨®n, mantenida con ¨¦l en su despacho de la calle de Gaztambide de Madrid, el director de El verdugo y Pl¨¢cido habla, entre otras cosas, de "las parcelas infernales" a las que lleva el pesimismo que siempre ha alentado su vida, una existencia de alguien "ca¨®tico y libertario, desordenado y fren¨¦tico".
Un d¨ªa el actor franc¨¦s Michel Piccoli, que trabaj¨® para ¨¦l en Tama?o natural, lo defini¨®: "Es Don Quijote". Luego lo pens¨® mejor: "Bueno, tambi¨¦n podr¨ªa ser Sancho". He aqu¨ª algunas de sus reflexiones personales sobre el cine, la guerra, la sociedad espa?ola y la vida en general.
- Pesimismo. "Al tercer d¨ªa de nacer ya me estaba cagando en la sociedad espa?ola. Siempre he tenido la sensaci¨®n de que no iba a tener nada positivo, y he intentado crearme v¨¢lvulas de escape. La principal es el erotismo, una de las pocas cosas que me asciende desde el nivel del barro y de la mierda de esta sociedad que me ha tocado... Dice Piccoli que soy el Quijote. ?Tendr¨ªa que ser el marqu¨¦s de Sade! Hasta la Guerra Civil yo era un solitario total, no ten¨ªa amigos. Ten¨ªa la fantas¨ªa est¨²pida de querer ser invisible. Luego lleg¨® la contienda y tuve que salir de casa. En el 36 yo ten¨ªa 15 a?os. Y a los 13 ya sab¨ªa qu¨¦ pasaba en Espa?a, porque mi padre era diputado republicano y mi abuelo hab¨ªa sido senador con Sagasta... Mi familia era una familia de pol¨ªticos, y con ellos supe que la pol¨ªtica era una cagada, como todo...".
- Crispaci¨®n. "Era evidente que desde que gan¨® el Frente Popular se produjo en Espa?a una crispaci¨®n espantosa, y yo ve¨ªa eso desde mi sitio de solitario. Era una crispaci¨®n tan grande como la que hay ahora, pero ahora nosotros estamos vacunados contra el fusil y contra la trinchera, pero todo se parece mucho".
- La Guerra Civil. "La viv¨ª maravillosamente, si se puede decir as¨ª. Hab¨ªa persecuciones, muertes, pero, f¨ªjate, en medio de aquel caos yo sent¨ªa que estaba viviendo unas largas vacaciones. Descubr¨ª qu¨¦ eran los amigos, aprend¨ª a encontrar felicidad en los libros... Mi padre, republicano, pudo huir a T¨¢nger, pero all¨ª lo apres¨® Franco. Y le pidieron la pena de muerte. F¨ªjate, hubo dos divisionarios de la Divisi¨®n Azul, Luis Ciges y Luis Garc¨ªa Berlanga, y los padres de ambos eran diputados de Uni¨®n Republicana, el de Ciges hab¨ªa sido gobernador en ?vila y mi padre era diputado. Al de Ciges lo fusilaron los franquistas y mi padre tuvo que huir tanto de los franquistas como de los anarquistas. Lo que es la vida".
- La Divisi¨®n Azul. "Fui porque me lo pidi¨® la familia, porque mi padre estaba con petici¨®n de pena de muerte. Pero en realidad lo que me motiv¨® a ir fue una chica. Yo estaba enamorado de ella, cre¨ª que estando en la Divisi¨®n Azul se quedar¨ªa prendada de mi valor; no me mand¨® ni una carta y se hizo novia de mi amigo m¨¢s ¨ªntimo. Me lo pidieron: 'A lo mejor sirve para que conmuten la pena a tu padre'. Nunca dispar¨¦ un tiro, jam¨¢s mat¨¦ a nadie. Me pusieron a vigilar en una torre vig¨ªa pero no ve¨ªa nada y me inventaba las cosas. Hac¨ªa un fr¨ªo intenso y a lo que tem¨ªa era a Dr¨¢cula... No, no entend¨ª la guerra. Si no he entendido la vida, ?c¨®mo voy a entender una guerra? La guerra es una complicaci¨®n de la vida. No sirvi¨® para nada ir a la Divisi¨®n Azul. Para conseguir la conmutaci¨®n de la muerte que reca¨ªa sobre mi padre hubo que pasar por el estraperlo de la muerte. Hab¨ªa dos personas, un m¨¦dico de los ojos y una hermana suya, que cobraban ese estraperlo. Mi padre ten¨ªa una f¨¢brica de electricidad y una finca. Lo vendimos todo y le salvamos la vida, pagando".
- Los otros. "He trabajado con muchos: Bardem, Azcona, L¨®pez V¨¢zquez, Alexandre... Alfredo Landa dijo de m¨ª lo que mejor me define: 'Berlanga es un hijo de puta con ventanas a la calle, pero si me llama, siempre me tendr¨¢ a su lado'. Se hacen amigos m¨ªos, pero en los rodajes me odian... Con Azcona dej¨¦ de hacer guiones y eso ha hecho que dejemos de vernos; nos junt¨¢bamos para buscar ideas... No nos vemos porque ya no se hacen tertulias, la ciudad est¨¢ llena de coches. Con Azcona siempre hubo una amistad profunda, y se nota cuando nos hemos visto de nuevo, aunque estemos cag¨¢ndonos en la vida mutuamente".
- El cine y ¨¦l. "En el cine he querido contar lo que me ha salido. Lo que hay en mis pel¨ªculas es pesimismo, aunque he tenido la suerte de recubrirlo con un sainete c¨®mico... Busco situaciones que no sean cotidianas, que sean disparatadas. Pero algunas se han dado. En la Guerra Civil fui a un palacio en el que hab¨ªa vivido un marqu¨¦s que guardaba fotos en las que se le ve¨ªa follando, y guardaba tarritos que almacenaban vello p¨²bico. Los guardaba en tubos de aspirina, y yo saqu¨¦ eso en La escopeta nacional. ?Si lo hubiera hecho Duchamp imag¨ªnate lo que hubiera valido!".
- El Partido Ego¨ªsta. "Me intent¨¦ hacer del Partido Ego¨ªsta, que cre¨® Tucker, el de los coches, en Estados Unidos. Cuando me quise hacer, ya se hab¨ªa disuelto. Y me quise hacer ciudadano del mundo. Y as¨ª me siento, ciudadano del mundo. Cuando acab¨® la guerra quise hacer una tertulia de falangistas y de anarquistas y de otros partidos. Estaba Pepe Mart¨ªnez, de Ruedo Ib¨¦rico, se junt¨® Pepe Hierro. Ahora no puede haber tertulias as¨ª".
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