Rusia como tierra de corrupci¨®n
Gracias, Elena Bonner-Sajarov! ?Gracias, Anna Politk¨®vskaya! Dos mujeres notables me han abierto los ojos: Mija¨ªl Jodorkovski, el antiguo y todopoderoso patrono de Yukos, principal trust petrol¨ªfero de Rusia, ya no es el envidiado hombre de negocios al que todo le sonr¨ªe, sino un prisionero pol¨ªtico, juzgado y rejuzgado (?hasta el fin de sus d¨ªas?), que lleva cuatro a?os encerrado en lo m¨¢s profundo de Siberia.
En Francia, por tradici¨®n, no hay una gran afinidad entre los hombres de letras y los de negocios. ?Por qu¨¦ salir entonces en defensa de un capit¨¢n de la industria al que sus pares han abandonado sin pens¨¢rselo dos veces? ?Capitalistas de todos los pa¨ªses, un¨ªos? ?Que se lo ha cre¨ªdo usted! Tras la disoluci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, el Banco Mundial y Bill Clinton, presidente de Estados Unidos, avalaron las privatizaciones rusas que Yeltsin fomentaba en nombre de la reci¨¦n conquistada libertad de mercado. El desguace del siglo propici¨® el enriquecimiento de algunos listos, no a costa de los proletarios, exang¨¹es por la gracia de la "dictadura del proletariado", sino a la de unos dirigentes comunistas demasiado apoltronados para defender su pastel.
El Mosc¨² de los negocios y el Chicago de Al Capone son como gotas de agua
La resistencia de Jodorkovski le convierte en figura de la oposici¨®n
Intentemos comprender. La f¨¢bula putiniana sit¨²a por una parte a los "oligarcas" corruptos y especuladores, y por la otra a los caballeros blancos del Gobierno que combaten a los defraudadores. Estos buenos ap¨®stoles se libran mucho de redistribuir entre el pueblo unas riquezas que ¨¦ste nunca ha pose¨ªdo. Ni Robespierre, ni Elliot Ness, Putin no tiene nada de un incorruptible que limpia los establos de Augias. No en vano administr¨® los jugosos negocios y las lucrativas transferencias de la alcald¨ªa de San Petersburgo, y luego los de la Administraci¨®n del Kremlin, y parece que se enriqueci¨® enormemente (en Mosc¨² se dice que su fortuna se cuenta en miles de millones de euros). Putin encubri¨® la prevaricaci¨®n de la familia Yeltsin. Como contrapartida, fue escogido para gobernar Rusia.
El Mosc¨² de los negocios y el Chicago de los a?os treinta, en el que Al Capone y los suyos hac¨ªan estragos, se parecen como dos gotas de agua. Es un San Valent¨ªn cotidiano: chantajes, sobornos, asesinatos, encarcelamientos arbitrarios..., los diferentes clanes de los servicios secretos se disputan el bot¨ªn sin miramientos. Hablando claro, las autoridades rusas no desean suprimir a los "oligarcas", sino seleccionar a los "buenos", los que obedecen, y suprimir a los "malos", los que desobedecen. Estos ¨²ltimos son castigados y sus bienes confiscados y redistribuidos entre los colegas de la checa (FSB). Mal que les pese a nuestros soberanistas y a los ingenuos altermundialistas, esta clasificaci¨®n selectiva no obedece a una lucha antiliberal, igualitaria, ni a una batalla contra el capital... S¨®lo se ilusionan aquellos que siguen medio dormidos. Rusia es hoy una tierra de corrupci¨®n en la que, pese a su subsuelo fabuloso, o a causa de ¨¦l, el 50% de la poblaci¨®n vive por debajo del umbral de la pobreza, como bocas in¨²tiles llamadas a desaparecer. La mortalidad aumenta y al poder le trae sin cuidado. Jodorkovski hab¨ªa ofrecido a los incontables trabajadores de Yukos las mejores condiciones de trabajo de Rusia. As¨ª le fue. El gran patrono estorbaba a la "vertical del poder" por tres motivos:
1. Jodorkovski hab¨ªa vuelto a poner en tela de juicio la vertical medi¨¢tica del poder. Sus actividades humanitarias, su fundaci¨®n Rusia Abierta, le estaban haciendo popular.
2. Se opuso a la vertical pol¨ªtica del poder. El partido del Kremlin, Nuestra Rusia, no tolera oponentes poderosos. El oligarca malpensante apoyaba a los partidos liberales y democr¨¢ticos.
3. Y el pecado supremo: Jodorkovski perturbaba la vertical econ¨®mica del poder. La "reestructuraci¨®n" a la manera del Kremlin concentr¨® los sectores rentables de la econom¨ªa en torno a diversos monopolios. Los grandes ejemplos son Gazprom, en lo que al gas se refiere, y Rosneft (y tal vez muy pronto tambi¨¦n Gazprom), en cuanto al petr¨®leo. La misma concentraci¨®n tuvo lugar en la aeron¨¢utica y la explotaci¨®n del n¨ªquel. La reestructuraci¨®n se produjo en beneficio de la "corporaci¨®n Putin", que dirige el pa¨ªs en solitario, pol¨ªtica, militar y econ¨®micamente.
Otro envite, en absoluto menor, es la "gran" pol¨ªtica exterior. En 2005, cuando la Ucrania naranja se liber¨® de su tutela, Rusia le dirigi¨® una amenaza clara, y subi¨® los precios del petr¨®leo y el gas. Luego, para celebrar el a?o nuevo, hizo alarde de su omnipotencia y cerr¨® el grifo. Y lo mismo le ocurri¨® a la Georgia de las rosas, sometida a sus caprichos y embargos continuos. Cuando Polonia y los pa¨ªses b¨¢lticos, miembros de la Uni¨®n Europea, rechistaron, la firma del proyecto Sch?eder / Putin sobre el gaseoducto germano-ruso del B¨¢ltico -que da un rodeo para sortear la Ucrania rebelde, Polonia y los pa¨ªses b¨¢lticos, castigados por su independencia- se aceler¨®. Los pa¨ªses de Europa central, anta?o sometidos al Pacto de Varsovia, dependen en un 90% del suministro energ¨¦tico ruso y es f¨¢cil hacerlos temblar. ?Acaso la ambici¨®n del Kremlin es instituir una especie de pr¨¦stamo y arriendo al rev¨¦s? En la II Guerra Mundial, EE UU enviaba subsidios a Rusia. Hoy, el objetivo es enviar gas hacia la costa norteamericana a partir de Mourmansk. Rusia se dota de medios para chantajear a Occidente.
Esta "gran" pol¨ªtica da?ina exig¨ªa la dislocaci¨®n de Yukos. La empresa jugaba en la cancha de los grandes en solitario, y su patrono no era manejable. Yukos era un obst¨¢culo tanto para la pol¨ªtica interna como para la mundial, y fue desmantelada. Capaz de bloquear a las autoridades rusas mediante el juego del mercado, Jodorkovski se resist¨ªa al secuestro del conjunto de los recursos petrol¨ªferos y gaseosos, privando a Putin de su principal arma antioccidental.
El destino de Mija¨ªl Jodorkovski sirve como ejemplo negativo para los patronos recalcitrantes, lo mismo que Chechenia hace las veces de espantap¨¢jaros para el pueblo ruso. El arrasamiento de Grozny es un argumento pedag¨®gico destinado a todos los ciudadanos de la Federaci¨®n: "?Eso es lo que le pasa a los pueblos que se enamoran de la libertad!". El calabozo de Mija¨ªl Jodorkovski es una lecci¨®n destinada a las ¨¦lites: "?Doblegaos!". El asesinato de Anna Politk¨®vskaya fue planeado a modo de consejo para los periodistas curiosos. El envenenamiento radiactivo de Litvinenko disuade a los veteranos del KGB con s¨ªndrome de honestidad. La agon¨ªa en prisi¨®n del abogado Trepaskhine es una advertencia para sus pares... Los mensajes son del mismo tenor.
Pese a estar amenazado, Mija¨ªl Jodorkovski no huy¨®, escogi¨® defenderse en Rusia. A menudo se subestima a este personaje y la importancia que puede cobrar en su pa¨ªs. Para comprenderlo, hay que remitirse a Sajarov. Recuerdo el comentario de Elena Bonner, su viuda y amiga, sobre un encuentro en el Kremlin al que Putin hab¨ªa invitado a los oligarcas m¨¢s poderosos: "Cuando apareci¨® Jodorkovski, pens¨¦: ¨¦ste es demasiado inteligente, demasiado informal, valiente e inconsciente, lo pagar¨¢".
Por supuesto, Jodorkovski no es un angelito. Sajarov tampoco lo era: no en vano apadrin¨® la bomba H sovi¨¦tica. Pero, consciente de la opresi¨®n que le rodeaba, protegi¨® a los disidentes y se opuso a la dictadura roja. Jodorkovski, patrono entre los patronos, rechaz¨® el regreso de la autocracia. Muchos rusos, y Anna Politk¨®vskaya en particular, me han dicho: era rico y por eso el pueblo humilde desconfiaba de ¨¦l, pero, en Rusia, "si vas a prisi¨®n y no te sometes, se opera una purificaci¨®n a ojos de la opini¨®n p¨²blica". La resistencia de Mija¨ªl Jodorkovski le consagra como una gran figura de la oposici¨®n junto a Gary Kasp¨¢rov y a Vlad¨ªmir Bukovski...
Andr¨¦ Glucksmann es fil¨®sofo franc¨¦s. Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
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